Ronald Weinland

EL TIEMPO SE HA ACABADO

Es sábado por la mañana cuando empiezo a escribir esta entrada y me sorprende lo rápido que ha pasado el tiempo desde mi último mensaje, exactamente tres meses atrás.

Ese mensaje fue intitulado: El tiempo de Dios. Como la Iglesia de Dios se había concentrado en el 27 de mayo como siendo el “día” literal del regreso de Cristo, escribí en esa entrada que:
“… había algo más en el significado de este último día en el que nos encontramos. Este día literal fue el comienzo de un último día profético.”

La Iglesia de Dios cree que en el día 27 de mayo Dios reveló que habíamos entrado en el “día” de la venida de Cristo, pero que se trataba de un “día profético”, que dura literalmente un año, desde el Día Sagrado de Dios de Pentecostés de 2012 hasta el Pentecostés de 2013. A partir de ahora, quedan sólo 35 semanas antes de la venida del Rey de reyes para reinar sobre todas las naciones de este mundo.

Estamos en el profético “Día del Señor”, que es un tiempo de transición en el que Dios va a intervenir en los asuntos del mundo y prepararlo para el regreso de Su hijo. Jesús Cristo vuelve para establecer Su gobierno en esta tierra y poner fin al autogobierno del hombre, que ha existido durante 6.000 años. La humanidad no puede gobernarse a sí misma con éxito. Ninguna nación, o grupo de naciones, logró traer la paz a este mundo.

Todos los esfuerzos realizados para asegurar la paz para las naciones, en el siglo 20, fracasaron. Primero con la Liga de las Naciones, y ahora con las Naciones Unidas, que tienen probada la incapacidad del hombre para lograr la paz. La verdad es que la fundación de las Naciones Unidas es el mayor testimonio de todos los tiempos de que la humanidad es totalmente incapaz de se conducir por el camino hacia la paz. Esta institución se ha burlado de los más nobles intentos del hombre para alcanzar eso.

En el comienzo de este siglo 21, todos los esfuerzos de los gobiernos para trabajar hacia la paz sólo han magnificado un trazo fundamental de la naturaleza del hombre, que es el egoísmo. Esta naturaleza se manifiesta en los intereses personales que impiden la paz, y en cambio fortalece las divisiones entre las personas y las naciones.

Incluso en una nación como los Estados Unidos de América, que se considera como la mayor democracia del mundo y el bastión de las libertades, predominan las divisiones y motivaciones egoístas. Dos partidos políticos están ahora compitiendo por el poder, para que puedan gobernar en país según lo que cada uno cree que sea la mejor manera de asegurar la libertad, la estabilidad económica, la paz, etc. Pero no pueden lograr tal cosa porque la inestabilidad económica, las diferencias políticas, los intereses especiales, y la propia división son el resultado de la falla básica y la gran debilidad de la naturaleza humana: el egoísmo. Esta es una de las razones por las cuales Dios concedió a la humanidad 6.000 años de autogobierno. Dios hizo eso para dar un testimonio poderoso (testimonio real) de que la naturaleza humana egoísta es incapaz de gobernar con éxito o criar una forma de religión que traiga la justicia o la paz para la humanidad.

La naturaleza humana, siendo una de egoísmo, produce perjuicio. Sin embargo, la mayoría de las personas cree que está por encima de los prejuicios. No obstante, el prejuicio es la esencia y el centro del egoísmo. Pero como la mayoría de los hombres cree que ellos sí están en lo correcto y que los demás están equivocados, este prejuicio no se puede ver fácilmente.

El Día de Dios 
Ahora nos encontramos en el Día de Dios, y restan tan sólo 35 semanas para el cumplimento de este día. Todo aquello de lo cual el mundo ha sido advertido que tendría lugar, pero no quiso escucharme, ahora está a las puertas. Como testimonio final de Dios dado a la humanidad, el mundo está a punto de entrar en su última guerra mundial y esto vendrá como resultado de un enfrentamiento entre las tres grandes religiones, que tienen sus orígenes en los descendientes de Abraham.

¡Estas tres religiones no se pueden reconciliar! Y eso no nos lleva a la paz. El mundo está a punto de presenciar esa gran verdad. Las divisiones y las diferencias están siendo ampliadas y la esencia de la verdadera naturaleza humana se manifiesta con mayor claridad.

Varios países islámicos están siendo testigos de una erupción de odio en sus calles contra los Estados Unidos y otras naciones que profesan el cristianismo “tradicional”. Otro conflicto aún mayor y que está a punto de explotar, es el que existe, ya hace años, entre la nación judía de Israel y varias naciones islámicas, de las que Irán es el cabecilla, que les incita a la guerra y la aniquilación del Estado Judío.

La mayor parte del mundo occidental es ajeno a la verdad más básica sobre las principales motivaciones que impulsan a la jerarquía religiosa iraní y las principales autoridades civiles de este país al desarrollo de armas nucleares. Ellos no son solamente motivados por su creencia religiosa, pero son sobretodo controlados por ella.

Esta fuerza profundamente motivadora viene de la convicción absoluta de la mayoría de los musulmanes chiítas de que el mundo está entrando en una era final de juicio y que los acontecimientos del fin de los tiempos les traerán a un salvador: el 12° Imam. Este Imam, juntamente con su ejército (Ejército del Mahdi), pondrá un fin al sufrimiento de su pueblo y traerá su juicio final sobre este mundo. Estos líderes iraníes llevan esto aún más lejos, porque creen que es su responsabilidad, como herramienta de Allah, preparar el mundo para la llegada del Mahdi.

Los gobiernos del mundo saben muy bien lo que Irán pretende con su programa de desarrollo nuclear, pero cada uno se ocupa de sus propios y “sutiles” juegos políticos, ignorando lo inevitable. En este mundo, en esta era de la humanidad, al Estado de Israel sólo le queda una opción, una vez que el actual gobierno de los Estados Unidos no se compromete a ayudar a Israel. Ahora Israel sabe que debe actuar por cuenta propia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dejado claro a los EE.UU. que “¡el tiempo se ha agotado!” Esto es mucho más cierto que cualquier persona en este mundo pueda imaginar. El tiempo se ha agotado para Israel, por que no puede esperar más, y el tiempo también se ha agotado para este mundo.

La tormenta perfecta 
Esta expresión está ganando impulso en los círculos religiosos, económicos, y gubernamentales en la medida que las condiciones en este mundo siguen empeorando. Lo que las personas no entienden es que no hay nada que alguien pueda hacer para cambiar el rumbo de lo que ahora tenemos delante de nosotros.

El mundo se tambalea al borde del precipicio. De hecho, una “tormenta perfecta” se aproxima, una vez que las condiciones económicas y políticas están tan precarias en todo el mundo que bastará un pequeño empujoncito para provocar el colapso total.

Los seguidores del Islam ya no tendrán que esperar mucho más tiempo por su Mahdi. Los Estados Unidos no han encontrado ningún salvador. Europa no puede ser unida. ¡E Israel se ha quedado sin tiempo! Mientras seguimos oyendo el retumbar de los truenos que anuncian una “tormenta perfecta”, que se acerca cada vez más rápidamente, el mundo está cada vez más cerca de la Tercera Guerra Mundial.

Gracias a Dios, este es Su “día”. Ahora, el Dios único y verdadero, que existe eternamente pondrá fin a todos los gobiernos y religiones del hombre, cuando ordene que suenen las “Trompetas”, anunciando por fin, el final de esta era y abriendo el camino para el verdadero Mesías de este mundo, que vendrá el día de Pentecostés de 2013.