Ronald Weinland

4 AÑOS Y MEDIO EXTRAORDINARIOS – 4° PARTE

Al comenzar esta serie de entradas, fue enfatizado el hecho de que las personas muy a menudo contemplan sus vidas como algo común y corriente. Eso pasa incluso con aquellos que son llamados para hacer parte de la Iglesia de Dios.

Por experiencia propia, deberíamos entender que el “llamado” de Dios está lejos de ser algo común y corriente, y que nunca debe ser visto como tal. Eso significaría no comprender la grandeza de algo así, y que no estamos tan agradecidos por las bendiciones derramadas sobre nosotros como deberíamos estar. Realmente necesitamos ver nuestro llamado como lo que es.

Pero mucho más allá de sólo ver el increíble llamado que nos es dado, tenemos que comprender profundamente lo que hemos experimentado a lo largo de estos extraordinarios 4 años y medio, que terminaron el 19 de mayo del 2013. Dios ha trabajado durante mucho tiempo para que se cumpliera lo que había planeado y preparado, con un propósito muy especial, en este momento tan singular en los 6.000 años de toda la historia de la humanidad. Hemos sido bendecidos por haber sido llamados a ser los primeros a participar en eso.

Todo lo que hemos vivido como Iglesia empezó con algo que Dios planeó y se propuso hace mucho tiempo, algo sobre el que Él sólo ha revelado un esbozo básico a Daniel.

1.335 días
Como se mencionó en una de las entradas de esta serie, Dios me reveló en aquel viernes por la noche, el 1 de febrero del 2008, que los 1.335 días de Daniel tenían que ver con el sellamiento de los 144.000. En aquel momento Dios no reveló que este sellamiento abarcaría todo el período de los 1.335 días. Cuando Dios nos hizo ver que Cristo regresaría en un Pentecostés en lugar de en una Fiesta de las Trompetas, corrigiendo de esta manera lo que creíamos, supimos en seguida que la Fiesta de las Trompetas del 2008 fue el comienzo de estos 1.335 días. La cuenta atrás había comenzado, en ese 30 de septiembre del 2008.

Los versículos de Daniel, que hablan sobre este período, no estaban destinados a ser interpretados por cualquier persona, con sólo leerlos o estudiarlos. Su significado estaba totalmente oculto y cerrado a la comprensión, hasta que Dios comenzó a revelar eso. Mismo cuando Dios comenzó a abrir nuestra mente a esta comprensión, Él no reveló todo. Porque si Dios hubiese revelado todo desde el principio, eso hubiera interferido en el propósito de lo que Él está realizando en la Iglesia y en el mundo espiritual. La forma y el momento exacto de Dios para la revelación de estos versículos han sido estratégicos, y Dios utilizó eso para cumplir Su plan en realizar lo que tenía que ocurrir en Su Iglesia. Y eso también sirvió para prepararla para el año de retribución que vendría a seguir.

A medida que avanzamos a través de estos versículos en Daniel y todo lo que se aborda más allá de esto, es importante recordar que Dios no sólo se está preparando para marcar el comienzo de Su gobierno para reinar en la tierra, sino que también está preparando el fin del reinado de Satanás y del mundo de los demonios. Dios no sólo está trabajando para crear ELOHIM, y para enviar a Su Hijo para ser el Mesías de la humanidad, pero también está trabajando para poner un fin justo al gobierno de Satanás en el reino espiritual.

Vivir a través de los acontecimientos del tiempo del fin es algo extraordinario, ya que este es el momento del cumplimiento de muchas profecías. Estas profecías, que Dios predijo sobre el final de la era del hombre, de su autogobierno, el fin del dominio de Satanás, y la transición a una nueva era, donde el gobierno de Dios reinará en la tierra, revelan toda la planificación y el proyecto de Dios, desde el principio, para criar ELOHIM. Cuando comenzamos a comprender la magnitud de todo esto, y que nosotrossomos los principales participantes en esa transición, eso entonces nos hace realmente humildes y nos hace más consientes de nuestra realidad, ¡y es algo simplemente impresionante!

“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta (que) la abominación desoladora (sea concluida), habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.” (Daniel 12:11-12).

Al traducir estos versículos al Español ellos se vuelven aún más enigmáticos de lo que ya son en hebreo. Pero recuerde que no era la intención que fuesen entendidos, sea cual fuera el idioma. Dios simplemente dijo a Daniel que “siguiera su camino”, y que estas profecías estarían “cerradas” y “selladas” hasta el fin. Como mencioné en el sermón dado en febrero del 2008: “Esto es algo que sólo puede ser dado mediante la revelación profética y por ningún otro medio”. He dicho esto en referencia a lo que Dios había revelado acerca del hecho de que los 1.335 días estaban relacionados con el sellamiento de los 144.000. Todo lo que es revelado en estos versículos debe ser hecho por revelación profética, y Dios hace eso de “manera progresiva”, como Él nos ha mostrado que ha estado haciendo a lo largo de los últimos 6.000 años. En febrero del 2008, saqué más conclusiones de lo que debería, ya que no me di cuenta que había mucho más que Dios aún iba revelar más adelante acerca de estos versos.

Dios comenzó a revelar más sobre esto en una de las últimas entradas titulada “De Pentecostés a Pentecostés todavía”. Esto es algo realmente muy profundo y emocionante, ya que ha sido lo que ha abierto el camino para que Dios nos revelase muchas más cosas relacionadas a lo que hemos experimentado en los últimos 4 años y medio. Estas cosas no han podido ser plenamente reveladas hasta ahora, ya que Satanás no podía estar al tanto de lo que Dios estaba haciendo. Nosotros tampoco lo podríamos saber, porque esto era lo que iba ser usado para realizar una “obra de fe”, de perfeccionamiento, de desarrollo y purificación en la Iglesia.

Como se ha dicho en la mencionada entrada: “La Fiesta de las Trompetas del 2008 fue el día en el que comenzó el proceso del sellamiento para los que serán contados entre los 144.000, que vendrán con Jesús Cristo para establecer el gobierno del Reino de Dios en la tierra”.

“Este proceso de sellar a todos los que aún deben ser añadidos con el fin de completar el total de 144.000 comenzó en esa Fiesta de las Trompetas del 2008, pero no terminó hasta el Pentecostés del 2012. Algunos fueron sellados en ese mismo día de la Fiesta de las Trompetas del 2008, mientras que otros fueron sellados durante los siguientes 1.335 días, incluyendo el último día. Durante ese período de tiempo y en el período del “último testimonio”, algunos han sido puestos a prueba y testados para determinar quienes aún serian añadidos al número específico de los que reinarán con Cristo.“

Daniel 12:11-12
Esos versículos en Daniel 12 son de hecho “enigmáticos”, hasta que Dios da Su Espíritu que comunica Su verdad a la mente de quien Él quiere. Antes de que más sea dado a respecto de lo que Dios continúa revelando sobre el significado de estos versículos, creo que es importante compartir con ustedes mi propia emoción y agradecimiento por lo que estoy experimentando al escribir la presente entrada, y sobretodo en lo que se refiere a estos versículos. No había experimentado esto, con esta intensidad y de esta manera, desde que escribí el libro 2008 – El Testigo Final de Dios, cuando Dios me reveló lo que yo había que escribir mientras yo lo estaba escribiendo. Lo mismo ocurre ahora, y de la misma manera como ha sido entonces, cuando pensaba que sabía lo que iba a ser abordado en la siguiente página, pero Dios simplemente me guiaba para algo que yo no sabía, y que tampoco lo había sabido antes, sobre lo que Él quería que yo escribiese. Eso no es algo fácil de explicar, pero es emocionante e inspirador cuando la mente de pronto recibe la revelación de algo que Dios no había revelado antes.

El versículo “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio” se trata del cumplimento de cómo el verdadero sacrificio de nuestro Pésaj actúa en nuestras vidas a diario, a través del arrepentimiento y del perdón de los pecados. “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados” (Colosenses 1:14). Para los que llegaron al momento en el tiempo en que fueron sellados como uno de los 144.000, la obra del sacrificio de Jesús Cristo ya había cumplido “su tarea” en ellos. ¿Cómo? Si una persona se arrepiente de sus pecados, pudiendo así ser perdonada a través de la sangre del sacrificio del Pésaj, Dios y Cristo estarán trabajando continuamente en ella para transformarla. Una vez que este proceso de completa transformación haya terminado, de modo que esta persona ha podido recibir el sello de Dios, el trabajo que el sacrificio diario estaba haciendo ha cumplido su propósito en la vida de esta persona y ella ha sido “firmada” en carácter y convicción – lista para ser transformada en ELOHIM. El hecho es que el sacrificio ha sido quitado porque ese proceso de “transformación” ha sido totalmente determinado en su vida – ha sido concluido, porque esta persona ha recibido el sello de Dios. Esto no quiere decir que esta persona ya no cometerá pecado, porque sí que lo hará. Pero su proceso de sellamiento está completo, y ella ha llegado a un grado de madurez espiritual en el que siempre va a arrepentirse y siempre podrá ser perdonada.

Esta fase inicial en el versículo 11 habla de los 144.000 que recibieron el sello de Dios, durante los 1.335 días que comenzaron el la Fiesta de las Trompetas del 2008. Dios está dejando claro que esto es lo primero en importancia, al igual que es lo primero que es revelado en estos últimos versículos del libro de Daniel acerca de los acontecimientos finales que deben cumplirse en el tiempo del fin, para que todo pueda entonces ser “concluido” – estando todo listo para marcar el comienzo del Milenio. Esto tenía que cumplirse para que el gobierno de Dios, que reinará bajo Cristo durante ese tiempo, estuviera completo. El completo sellamiento se cumplió por el Pentecostés, en el 27 de mayo del 2012. Esto ha concluido un proceso que revela el gran poder de Dios para crear. Esto fue la creación de ELOHIM – la primera gran etapa en aquello que es revelado en las primicias. Esta creación ha tardado 6.000 años. ¡Esto es algo realmente increíble!

1.290 días
Como ya hemos abordado antes sobre el conteo registrado en estos versículos de Daniel, los 1.335 días fueron seguidos por un segundo conteo de 1.290 días, y estos dos períodos terminaron simultáneamente, en el 27 de mayo del 2012. Esto marcó la apertura del último sello – el Séptimo Sello del Apocalipsis. Este período está vinculado directamente a los 1.260 días del último testimonio, con un período profético de “silencio” en el cielo. Esta es una interesante palabra en griego, ya que tiene que ver con la expresión usada “para pedir que se haga silencio” para que se pueda oír algo que está a punto de ser anunciado.

Dios está revelando que estos 1.290 días tienen que ver con Satanás y el mundo demoníaco. Aunque cuando este periodo de tiempo ha empezado, su propósito no tenga sido revelado al reino angélico, Dios les ha dado la “percepción” de que este período de silencio era un momento muy importante en el tiempo, que llevaría hasta el tiempo del último testimonio, en el “conteo de 1.260 días”, que seguiría 30 días después.

El período del último testimonio tuvo que ver con el “testimonio” que se establecería como una cuestión del justo juicio de Dios sobre este mundo. Este período de 3 años y medio estaba relacionado con el último testimonio de cómo este mundo ha sido por 6.000 años, de cómo Dios y Sus caminos han sido continuamente rechazados por la humanidad. La Iglesia y aquellos que han sido enviados específicamente por Dios al mundo, han sido siempre odiados, rechazados y perseguidos. A través de la avanzada tecnología de este mundo, este testimonio fue poderosa y firmemente establecido.

Una vez que se estableció este último testimonio, el mundo recibió la sentencia definitiva que Dios traerá sobre él cuando la manifestación física de las Siete Trompetas sea revelada, en el último profético “Día del Eterno”.

Sin embargo, antes de que la manifestación física del juicio final pudiera comenzar, también había otro gran juicio que debía ser establecido como resultado del último testimonio de Dios a través de Sus dos testigos y de la Iglesia, sobre Satanás y el reino demoníaco. No sólo es necesario que el autogobierno del hombre llegue a su fin, pero también el gobierno de Satanás debe llegar a su fin, antes que el Milenio pueda ser establecido. Durante esos 3 años y medio del último testimonio, Dios estableció Su testimonio y también Su sentencia justa sobre Satanás y los demonios. Esta sentencia comenzará a ser ejecutada con el regreso de Jesús Cristo como Rey de reyes.

La revelación de Dios comenzó con el significado que los 1.335 días tenían para la obra de completar el recuento total de los 144.000, que estarán en el gobierno de Dios, que será establecido al regreso de Cristo. Los 1.260 días han sido un período de testimonio, para poner fin a la autonomía del hombre. Sin embargo, los 1.290 días tienen que ver con un conteo que tiene como resultado el juicio final de Satanás, porque su gobierno llega al fin al mismo tiempo que el autogobierno del hombre termina y el gobierno de Dios es establecido.

En este punto, voy a volver a ese sermón del 2 de febrero del 2008. Hay otra declaración que debe ser citada aquí. Es sobre esos versículos en Daniel 12, pero esta vez es en referencia a los 1.290 días: “Aún quedan 45 días (desde el inicio de los 1.335 días) antes de que la abominación de la desolación se acabe.”

Estaba claro que los 1.290 días tenían que ver con la abominación de la desolación. Muchos de nosotros que estábamos en la Iglesia a principios del 2008 y habían pasado por la experiencia de la Apostasía en 1994, sabíamos que eso se trataba de la abominación que desoló la Iglesia. Jesús nos ha dicho algo acerca de la comisión del Sr. Herbert W. Armstrong, (algo que el Sr. Armstrong sabía sobre sí mismo y sobre la Iglesia), que se ha registrado en Mateo 24:14, sobre el evangelio (las buenas noticias) que “seria predicado a todo el mundo como testimonio a todas las naciones”. Jesús explicó que después que esa misión fuese cumplida, llegaría el fin de los tiempos y que entonces íbamos a ver la abominación de la desolación, que estaría en el lugar santo (la Iglesia).

Nuestra comprensión de la verdad en ese momento en el tiempo (febrero del 2008 y hasta la fecha) era la 25ª Verdad: “La Abominación de la Desolación es sobre lo que Joseph Tkach hizo en la Iglesia”. Hay más cosas que ahora debemos añadir a esa comprensión.

La Abominación de la Desolación
La Abominación de la Desolación es evidentemente acerca de lo que Joseph Tkach hizo en la Iglesia. Una “abominación” en el griego es algo “abominable y detestable”, principalmente en lo que se refiere a la idolatría. Al dar el sermón infame del 17 de diciembre de 1994, Joseph Tkach se convirtió en el profetizado “hombre de pecado” e “hijo de perdición” de 2 Tesalonicenses 2. En un acto abominable y infame, él se volvió en contra de Dios y de Cristo, tratando de destruir las doctrinas fundamentales de la Iglesia de Dios y sustituirlas por las falsas doctrinas del “cristianismo tradicional”. El día en que ese sermón fue dado, Jesús Cristo abrió el Primer Sello del Apocalipsis. Esto comenzó con el intento de Satanás para destruir la Iglesia de Dios.

La desolación vino sobre la Iglesia de Dios, que estaba espiritualmente débil y tibia. Pero la Iglesia de Dios no fue destruida, porque hubo un remanente que fue llevado rápidamente al arrepentimiento y ha sido restaurado. Dios permitió que una apostasía se produjera en Su Iglesia, como parte de Su propósito de enseñar algunas de las más grandes lecciones en lo tocante a Su propósito en la creación de ELOHIM.

Lo que hizo Joseph Tkach fue una abominación delante de Dios y de Su Iglesia, y sus acciones trajeron una horrible desolación sobre la Iglesia. Pero quien realmente estaba por detrás de todo eso era el adversario de Dios, el verdadero destructor y desolador, el maestro de las abominaciones – Satanás. Pablo fue inspirado a escribir sobre este “hombre de pecado”: “cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:9). Cristo advirtió sobre una “abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel” que “estaría en el lugar santo” en el tiempo del fin. Se trata de Satanás, que estaba en medio de la propia Iglesia de Dios, después que Joseph Tkach dio aquel sermón. Eso ha llevado a un tercio de la Iglesia a recibir y aceptar sin tardanza todo lo que él ha afirmado en ese sermón detestable. Otro tercio simplemente renunció por completo a cualquier tipo de “religión”.

Ha sido una abominación lo que causó estragos y devastación en la Iglesia de Dios, pero es Satanás quien es el padre de las abominaciones y “su camino” es desolación y destrucción. La profecía de los 1.290 días de Daniel es sobre Satanás y de cómo Dios estableció de modo justo la ejecución de la sentencia final de Satanás, durante el período del último testimonio de Dios.

Hay mucho más que Dios nos revelará acerca de lo que Él ordenó que fuese registrado en los últimos capítulos de Daniel. Estos capítulos son acerca de los medios y del proceso por los cuales Dios irá establecer una era de gobierno justo en la tierra, a través de Su Hijo. Al mismo tiempo que Dios pondrá fin al dominio de Satanás. Dios está comenzando a darnos una “pequeña muestra” de lo que implica todo esto en Daniel, y más adelante Él va a revelar la imagen completa, cuando rellene los detalles con las piezas que faltan.

A menudo me he preguntado en los últimos años (al considerar los acontecimientos del fin de los tiempos registrados en Daniel) por qué Dios no nos estaba revelando más, acerca de cosas como el rey del sur y el rey del norte. Siempre ha habido muchas interpretaciones de tales cosas. Muchos intentan hacer con que eso se encaje en sus ideas sobre Europa, el Medio Oriente, Estados Unidos, así como Rusia y China, y los posibles escenarios. Pero estas profecías tienen un propósito y significado diferentes. Gran parte del contexto del capítulo 9 de Daniel es acerca de Dios levantando el Mesías, a quien será entregue el señorío del nuevo gobierno de Dios, una vez que Él acabe con el gobierno de Satanás sobre la tierra. La historia contada a través de todo esto es sobre guerras (espirituales) que culminan con la destitución del gobierno de Satanás y el establecimiento del Reino de Dios, para gobernar.

Desde el principio de la narración de Daniel hasta el momento en que él interpreta el sueño de Nabucodonosor, este libro trata del tiempo del fin (el fin del autogobierno del hombre bajo el reinado de Satanás), cuando una gran transición de gobierno tendrá lugar en la tierra: “Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Pero la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.”(Daniel 2:35).

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.” (Daniel 2:44).

Pronunciada la sentencia de Satanás
El dominio de Satanás ha llegado a su fin. ¡Se ha acabado! Ahora estamos en una fase de transición, en la que el gobierno de Satanás está siendo derribado y el gobierno de Dios está siendo establecido. Todo lo que aún queda es la humillación de la humanidad, cuando se cumplan las Trompetas del Apocalipsis. Todo lo que resta es la “manifestación física” de esta transición de gobierno en la tierra.

Lo que está registrado en los últimos capítulos de Daniel estuvo increíblemente encubierto – cerrado y sellado – desde que Daniel lo escribió. Estos capítulos contienen algunas de las revelaciones más impresionantes, increíbles, y verdaderamente emocionantes de la profecía. No hace mucho que Dios nos ha dado una visión mucho más clara y la comprensión de que la Profecía de las Setenta Semanas en Daniel 9 es acerca de Cristo. El último versículo es realmente revelador, en lo que se refiere a la transición del gobierno de la tierra, pero la mayoría de las traducciones no lo deja claro. Voy a citar ese versículo a partir de la traducción que figura al pie de la página de la versión King James: “Confirmará el pacto con muchos por una semana, y en la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y las ofrendas, y sobre las murallas (las más altas fortalezas de guerra) de la abominación vendrá el desolador con los (sus) ejércitos abominables, incluso hasta la consumación (realización, cumplimiento, conclusión) y hasta que lo que está determinado sea derramado sobre el desolador”. (Daniel 9:27).

Satanás es el gran desolador que sólo trata de destruir lo que Dios ha creado. Él quiere poner todo en un estado de ruina, de confusión y de destrucción. Parte de la raíz de la palabra en hebreo usada para describir este período final del juicio de Satanás y de sus “caminos” de abominación y de “desolación” tiene un significado similar a “cero” en el sentido de contar, o “nada” en el sentido de existir. Esta palabra en hebreo es conocida por su contraste con una palabra que se usa para describir el poder creador de Dios de “algo”, es decir, la creación de “algo a partir de la nada”. Sin embargo, los caminos de Satanás, y el único resultado de “su poder”, “es crear la nada a partir de algo”.

Durante el período de los 1.260 días de testimonio, Dios proveyó un testimonio final, que estableció una sentencia justa sobre la humanidad. Dios sabía lo que el hombre haría con los avances tecnológicos y científicos que Él le daría. Dios sabía lo que Efraín y Manasés harían con su herencia de la promesa (las mayores porciones de las riquezas de la tierra) en el fin de los tiempos. Dios predijo tales eventos, pero el tiempo para el juicio final, que seria establecido en justicia, sólo vendría al final de los 6.000 años, durante un período específico de 1.260 días. Este período de tiempo se divide aún en etapas de juicio de 280 días, basado en una medida de “juicio misericordioso”: el conocimiento del pasado de “tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo”. Fue en este último período de 1.260 días que Dios ha usado a Sus dos testigos (y a la Iglesia) como instrumentos para exponer el verdadero espíritu, la actitud y las acciones, atestiguando así en contra de la humanidad y en contra de Satanás y su reino demoníaco .

Así que, Dios inspiró a Sus dos testigos y a la Iglesia para que supiesen que este proceso final comenzaría el 14 de diciembre del 2008, y terminaría en el Pentecostés de 27 de mayo del 2012. Como apóstol, he llegado a la conclusión de que esto sólo podía significar (a causa de la verdad que teníamos en ese momento) que Jesús Cristo volvía en el Pentecostés de 2012. Yo estaba equivocado. Mi conclusión fue un gran error. Sin embargo, Dios podría haber dado más (revelado más) en cualquier momento, ya que sólo podemos conocer lo que Él nos revela. Dios sabía lo que yo iba a hacer y lo que Su Iglesia iba a hacer con el conocimiento que tenia hasta “aquel momento en el tiempo”. Sabíamos que el trabajo de los dos testigos iba a comenzar, y que la cuenta atrás de los 1.335 y de los 1.290 días había comenzado. Sabíamos que Cristo regresaría en un Pentecostés. Había incluso aún más “presente verdades” sobre las cuales eso se basaba. Sin embargo, el escenario estaba preparado.

La Iglesia de Dios no sabía nada acerca de que habían dos períodos de tiempo del “Día del Eterno”, que también deberían ser cumplidos antes del regreso de Cristo. Así que Dios nos dejó pasar por una experiencia (según Su plan y propósito) por la cual nadie había pasado antes. Y la mayoría del pueblo de Dios pasó por eso en espíritu y en verdad, con una fe viva y absoluta. Todo este proceso, que ha durado 4 años y medio, ha producido un crecimiento espiritual acelerado y un grado de madurez nunca antes experimentados por la Iglesia de Dios.

Debido a todo lo que se había escrito y la gran expectativa de la fecha para el regreso de Cristo, este período del último testimonio, los 1.260 días, también ha sido intensificado por la reacción de la humanidad y de Satanás hacia el pueblo de Dios – hacia Dios. Así, su juicio se estableció de forma rápida y ha sido establecido por Dios en justicia. En el mundo del hombre y en el mundo de Satanás este período de 1.260 días promovió una acelerada reacción de odio y burla hacia el pueblo de Dios (hacia Dios). Esta reacción estableció un claro testimonio en contra de Satanás y en contra de la humanidad, y sobre la sentencia que vendría después. Para la Iglesia, sin embargo, esa reacción aceleró el proceso de la transformación espiritual, del crecimiento espiritual y del desarrollo de una fe madura, en un período muy corto de tiempo.

Aunque Dios nos esté revelando mucho en este momento, usted (ninguno de ustedes) no será capaz de comprender todo solamente con leer (mismo que lo haga una y otra vez) esta entrada. Cada vez que usted lea esto, mismo que sea después de un par de semanas, usted será capaz de ver más. La importancia y la magnitud de lo que la Iglesia de Dios ha vivido y de todo lo que ha sido testigo durante los 1.260 días del “último testimonio”, está mucho más allá de los conceptos básicos que Dios nos ha revelado luego de haber entrado en ese período final. Dios nos había revelado que este testimonio de 3 años y medio era el período en el que Él establecería Su juicio final sobre la humanidad. Entendimos que esta sentencia se ejecutaría en el cumplimiento de las Trompetas del Apocalipsis.

No ha sido sino poco antes del pasado Pentecostés, en el 2013, que Dios nos ha revelado que Él usó este período de tiempo de 3 años y medio para probar Su Iglesia, al mismo tiempo que Él ha estado trabajando (en Su creación de ELOHIM) para acelerar el proceso de moldeo y transformación, de desarrollo de una fe madura, un carácter piadoso, la convicción, la determinación y la fuerza espiritual dentro de nosotros. No hay palabras par describir esta experiencia que hemos vivido, ni para describir lo extraordinario que esto ha sido, ¡entre todas las experiencias de la humanidad en los últimos 6.000 años!

Finalmente, Dios también está revelando, a nosotros y el reino espiritual, cómo los 3 años y medio de testimonio también estaban relacionados con el establecimiento de Su justo juicio final sobre Satanás y los demonios por sus propias acciones (obras) durante ese período. Ellos han recibido su sentencia definitiva, que ya ha comenzado a ser ejecutada a partir del primer “Día del Eterno”. Su poder para obrar (o persuadir) cualquier abominación significativa dentro de la Iglesia de Dios ha sido anulado. La siguiente fase de la sentencia en contra de ellos es su confinamiento por 1.000 años, cuando serán sacados completamente de la presencia de todo ser vivo creado por Dios, al regreso de Cristo. Hace mucho que este juicio fue predicho y determinado, pero este juicio sólo ha sido establecido con justicia durante los 1.260 días del último testimonio. Dios inspiró a Daniel a dejar constancia de que Satanás y sus ejércitos abominables iban a seguir defendiendo a sus propios ídolos en guerras espirituales, “hasta la consumación (realización, cumplimiento, conclusión) y hasta que lo que está determinado sea derramado sobre el desolador”. (Daniel 9:27).

Ha sido sólo ahora (en esta cuarta parte de esta serie de entradas) que Dios ha revelado que todo lo que está escrito en Daniel, acerca de estos asuntos de juicio, tiene que ver con Satanás y los demonios. Yo no tenía la más mínima idea de la gran magnitud de algo que Dios me inspiró a escribir en una reciente entrada:

“Otra razón para que Dios nos revele las cosas de la manera como Él lo hace, es debido a que Él está se preparando para llevar a Satanás y a los demonios a un tiempo de gran juicio (sobre los 1.260 días), y debido a las guerras espirituales, que son parte de este proceso. Y la estrategia y el factor tiempo son cruciales en las grandes guerras”. (El tiempo profético y nuestra misión).

Un tiempo para finalizar todo
Todo lo que hemos abordado acerca del momento para el juicio de Satanás en Daniel, añade aún más solidez, significado y propósito al muy especial ‘timing’ que Dios dio a Su Iglesia y que identifica el fin del poder de Satanás sobre la Iglesia. Fue este ‘timing’ que dio inicio a un recuento, de la apertura del Primer Sello, cuando la apostasía ocurrió el 17 de diciembre de 1994, hasta Pentecostés en el 27 de mayo del 2012. Ese fue un período de tiempo que identifica a Satanás (el 13 es el número que representa “rebelión y apostasía”) y la influencia del poder que él ejerció sobre la Iglesia de Dios, hasta que Dios lo trajo al momento de la ejecución de su sentencia. Habíamos creído anteriormente que esto ocurriría cuando Cristo regresase y ejecutase la primera fase del juicio, con los 1.000 años de confinamiento. Pero esos 6.370 días (7 x 70 x 13) abarcaban el completo plan de Dios (7 es el número que representa plenitud) para llevar a Satanás al momento de su juicio final, seguido de la rápida ejecución del mismo.

En el libro de Daniel Dios nos presenta una imagen progresiva, que se superpone en el tiempo. Él comienza con los 1.335 días, que completarían Su trabajo en la creación de los primeros frutos de ELOHIM, en el Pentecostés del 2012. La siguiente gran obra que debería ser finalizada estaba contenida en los 1.290 días, que establecieron el juicio final de Satanás en el Pentecostés del 2012. Este juicio pondrá un fin al gobierno de Satanás. Para finalizar todo eso y para que todo estuviera listo para el regreso de Cristo, el “juicio final” sobre la humanidad también había de der establecido. Eso también ha sido completado en el Pentecostés del 2012, después de los 1.260 días del último testimonio.

Como ya hemos abordado, Daniel 9:27 se refiere a la suma importancia de la fecha de Pentecostés del 2012 en el establecimiento del definitivo juicio de Satanás. Después que este juicio ha sido establecido, se seguiría la conclusión de “todas las cosas” relativas a la eliminación y el confinamiento de Satanás al regreso de Cristo. Esto se describe en el versículo 27 como “hasta la consumación” (hebreo – llevar algo a un final completo, completar, concluir, finalizar). Esto se refiere al momento en que la sentencia debe ser ejecutada. Esto también se refiere a lo que está escrito en Daniel 12:11, sobre cuando “la abominación desoladora sea concluida”, o sea, después que el juicio sea establecido por Dios, una vez que los 1.290 días estén concluidos. Es “después de que” todo esté terminado – con el juicio de Dios, que se ejecutará con el propósito de “finalizar” todo.

La primera fase de la ejecución de la sentencia de Dios contra Satanás empezó en el primer “Día del Señor”, que tuvo lugar del Pentecostés del 2012 hasta el Pentecostés del 2013.

¿Qué pasó durante ese tiempo? Aunque la Iglesia de Dios ha estado viviendo por la fe, en espíritu y en verdad, Cristo no regresó en el Pentecostés del 2012. Además, tuve que comparecer a una audiencia del gobierno para ser juzgado por una supuesta “evasión deliberada de impuestos”, que resultó en una condena rápida y una pena de prisión. Satanás no ha perdido tiempo y aprovechó la ocasión pensando que ahora era su oportunidad para sembrar nuevamente la total devastación en la Iglesia, como lo había hecho durante la Apostasía. Pero Satanás no sabía nada de lo que Dios había estado moldeando y formando en Su Iglesia, de una forma muy acelerada, durante los 1.260 días de testimonio que acababan de terminar. Esos días fueron también una evidencia, en el testimonio, de la increíble sabiduría creadora de Dios para moldear en Su pueblo un carácter más fuerte, una mayor unidad y una fe espiritualmente madura, del modo más rápido y más poderoso que nunca.

La Iglesia no estaba débil como antes de la Apostasía. A medida que el “Día del Señor” se acercaba, el pueblo de Dios crecía cada vez más en fuerza. Entonces Dios desafió a Satanás sobre Su pueblo, al igual que lo había hecho sobre Job. Satanás y su ejército de demonios recibieron carta blanca para “atormentar” al pueblo de Dios durante 5 meses completos, en un esfuerzo para que se volviesen en contra de Dios, así como Satanás trató de hacer con Job. Este desafío ha sido diseñado por Dios, como parte de un cumplimiento inicial, pero estrictamente espiritual, de una parte de la Quinta Trompeta (como un “tipo” del cumplimento físico real, que se manifestará después de la Cuarta Trompeta). Pero Satanás experimentó un castigo “espiritual” con este desafío, ya que eso era parte del comienzo de su castigo y de la revancha de Dios por la causa de Su Iglesia, con una venganza justa sobre Satanás. Este castigo ha sido para Satanás y los demonios una especie de castigo y tormento mental – en su espíritu. El tormento que deseaban infligir se les fue infligido. Dios estaba siendo glorificado en lo que Él estaba creando en Su familia – en la controversia de Sión.

Ya he escrito sobre esto en una entrada anterior, pero debemos entender que Dios mantuvo a la Iglesia “de pie”, capacitándonos para resistir espiritualmente con fe, constancia y carácter, de un modo impresionante. Satanás y los demonios siempre han atacado al pueblo de Dios, pero nunca de forma tan generalizada y constante como lo han hecho durante esos cinco meses. Ciertamente, estos ataques dejarán secuelas y todavía seremos el blanco de otros ataques esporádicos que aún se producirán, pero hemos sido preparados para permanecer firmes. La mayoría del Cuerpo que ha permanecido firme, de forma digna y positiva, está definida. Hemos experimentado unos 4 años y medio que han sido de veras complejos y extraordinarios, y con el tiempo vamos aprender que esto es verdad, de una manera mucho más profunda de lo que podemos hacer ahora.

¿Qué queda?
Mi esposa, Laura, estuvo aquí hoy, y discutimos varios asuntos de la Iglesia, como solemos hacer. Compartí con ella el contenido de esta entrada. Voy a decirles algo de lo que le dije. Le expliqué que esto es una de las cosas más emocionantes que he escrito y que lo que Dios está revelando es de veras increíble, porque explica con muchos más detalles lo que Dios ha estado haciendo en estos últimos años.

Luego compartí con ella acerca de lo animado e inspirado que yo me siento por todo esto, sabiendo que soy homólogo de Juan, como apóstol y como profeta. Pero aún más, porque compartimos, y eso no podría ser de otra forma, la experiencia de ser encarcelado por nuestro gobierno. Sin embargo, ha sido mientras estaba en prisión, que Dios le dio grandes revelaciones a Juan, para que él las escribiese. Y es aquí, en la cárcel, que Dios me ha dado algunos de los más grandes entendimientos sobre el proceso de la manifestación de esas revelaciones. Estoy muy agradecido en poder “compartir” una experiencia con Juan – una que se tendrá en cuenta con él.

Entonces, ¿qué nos queda? Ahora estamos en el momento en que Dios concluirá, según Su perfecto ‘timing’, la ejecución de todo el juicio que ya ha sido establecido en justicia. Dios tendrá Su día – el último “Día del Señor”. Este será el momento de la manifestación física de las Trompetas y también de la intensificación de los Truenos.

Hay otro emocionante versículo en Daniel sobre el ‘timing’ de todos estos acontecimientos, que sólo ahora ha sido revelado más plenamente. El escenario es el momento en que Daniel pregunta a uno de los seres angélicos el significado de todo lo que Dios ha revelado a él, sobre todo en los últimos capítulos, acerca de los eventos que conducen a la venida del Mesías en el Reino de Dios y el fin de la era del hombre. Él se limitó a preguntar: “¿Cuándo será el fin de estas maravillas?” (Daniel 12:6). Esto es seguido por una respuesta asombrosa:

“Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.” (Daniel 12:7).

La pregunta sobre el ‘timing’ para el “fin” de estos asuntos es contestada primeramente con la declaración de que habrá un período de tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo, que como ahora sabemos, corresponde al periodo de los 1.260 días de testimonio, un periodo que implica un juicio misericordioso de Dios.

La respuesta sigue con lo que se describe como un momento en que se acaba la “dispersión del poder del pueblo santo”. Lo que habíamos creído ser la “presente verdad” sobre esta expresión era que la “dispersión” estaba relacionada con alguna de las fases de la dispersión física del pueblo de Dios, desde después de la apostasía hasta el período de “tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo”. ¡Pero eso no es así! Se trata de un acontecimiento que sigue a los 1.260 días de testimonio. ¿Quiénes son los santos de esta época? Sabemos que ellos sólo pueden ser referidos como “santos” por que tienen a Dios habitando en ellos. Este “pueblo santo” es Su Iglesia.

Esta palabra “dispersión” es como el ejemplo de la cerámica que es tirada al suelo y se rompe en mil trocitos – que se dispersan. La palabra “poder” tiene un significado muy amplio y puede ser usada de varias maneras. ¿Qué poder ha sido dispersado en el pueblo de Dios, después de los 1.260 días? Ciertamente las esperanzas se desvanecieron, sobre todo la esperanza del regreso de Cristo. Pero en todo esto, ¿por qué permitiría Dios que “Su poder” se dispersara en nosotros? No se trataba del poder de Dios, pero de nuestro propio poder. La verdad y la realidad es que, durante este período, que fue el “Día del Señor” para la Iglesia de Dios, hemos sido muy, pero muy fortalecidos, y Dios nos ha dado mucho poder espiritual. Fue nuestro propio poder – el poder del YO – que Satanás vio y trató de utilizar para destruirnos. Ese poder del “yo” viene en la forma de la auto-confianza, del orgullo, de la vanidad, del uso del intelecto en la determinación de cómo vemos las cosas, del juicio humano, etc. Satanás nos ha atacado en un esfuerzo por utilizar el “yo” (la naturaleza humana egoísta) en contra de nosotros, de una manera similar como ha tratado de utilizar el “yo” de Cristo (cuando él estaba ayunando), justo antes de comenzar su ministerio. Pero al acecharnos de la manera que lo hizo, lo que en realidad ha conseguido fue hacernos más fuertes, a causa de la obra que Dios ha estado realizando en nosotros durante el tiempo del testimonio. Dios nos ha preparado para esta increíble situación – ¡para que pudiésemos resistir! Esta expresión de Daniel no se trata de algo negativo que pasó con el pueblo santo, pero de algo increíblemente positivo.

Como resultado de la obra que Dios ha estado haciendo en nosotros durante los 3 años y medio del último testimonio, seguido de la experiencia de pasar por ese día profético que nos llevó a un periodo de 5 meses de constantes ataques de Satanás y del mundo demoníaco, vivimos lo que Dios dijo a Daniel en ese juramento (la promesa de Dios) en lo que se refiere a ser “disperso” – dispersión del poder. ¡Qué cosa tan increíble poder entender que era nuestro propio poder egoísta que estaba siendo destrozado para que Dios pudiera vivir más plenamente en nosotros, mediante Su poder! Fue el poder deDios, viviendo más plenamente dentro de nosotros, lo que nos capacitó para resistir a los ataques de Satanás: “Porque mayor es el que está en vosotros, que el (Satanás) que está en el mundo.” (1 Juan 4:4).

A continuación, la última cosa que Dios “prometió”, y Su juramento a través de la declaración hecha por este ángel, era que entonces – después de todo esto – “todas las cosas” serian concluidas. Todo lo que queda es exactamente lo que esta promesa nos muestra. Eso sólo puede ser en un momento muy específico en el tiempo. Este momento es ahora – es el momento en que Dios cumplirá Su “promesa”. Es el momento que tenemos ante nosotros, es todo lo que aún debe ser cumplido. Queda ahora ejecutar la sentencia que ha sido determinada después de los 1.260 días sobre este mundo. Lo que aún debe ser concluido es la manifestación física de las Trompetas del Apocalipsis.

El tiempo de Dios está ante nosotros. El último “Día del Eterno” es la promesa de Dios. ¡Y Sus promesas son verdaderas!