Ronald Weinland

FAMILIA: SALIENDO DE LA ESCLAVITUD – 4° PARTE

Ahora que Dios está comenzando a revelar más plenamente lo que ocurrió en el comienzo de todo, después del primer pecado de los dos primeros seres humanos en el mundo, es importante que entendamos una verdad fundamental, que ha sido afirmada tantas veces antes.

Sin la ayuda de Dios, a través de la intervención directa y la revelación de Su Espíritu trabajando en la mente humana, el ser humano no puede ver ni entender lo que es de naturaleza espiritual. La ausencia o la separación del Espíritu de Dios deja a una persona entregada únicamente a su propio razonamiento y su manera de pensar – en la total dependencia de uno mismo o de otros, que también están ciegos. La incapacidad para ver lo que es espiritual es la “ceguera espiritual” – tantear en la completa oscuridad respeto a todo lo que es espiritual.

Esto parece algo fácil de entender, pero sólo es sencillo (fácil de entender) y “real” para una mente espiritual – una mente en la que habita el Espíritu de Dios. Esto significa que la inclinación “natural” y la única posibilidad que tiene la mente humana es interpretar las verdades, profecías, y caminos de Dios en un plano físico, ya que “no es capaz de ver” en un plano espiritual. Esto es fácil de comprender cuando se trata de las personas en el mundo, que nunca han conocido la verdad de Dios. Pero algunos parecen tener más dificultades para entender que esto también puede pasar con cualquiera que ha conocido la verdad, y a quien después le ha sido “cortado” el acceso al Espíritu de Dios. Esto es lo que pasó con Adán y Eva.

Aquellos que ahora sólo pueden ver (mediante el razonamiento físico humano) la maldición de Eva como algo que tenga que ver con los dolores físicos de parto, lo hacen porque están separados del Espíritu de Dios. Es el mismo tipo de mentalidad que ve (en estos momentos en la “presente” revelación de Dios) a Petra en Jordania como un lugar de seguridad, al Papa como el Anticristo o el hombre de pecado, a la abominación de la desolación como algo que tenga que ver con una profanación de un templo o un altar físicos, que Jesús Cristo siempre ha existido eternamente, etc.

Cómo la mente “natural” ve a Dios
La mente natural, carnal del ser humano no puede ver a Dios como el único Creador de todo el universo físico, que no sólo creó todo, pero que también a todo lo sostiene continuamente. No puede entender que Dios no sólo creó leyes que regulan la creación física, sino que Él también ha creado leyes que regulan los relacionamientos (físicos y espirituales). Incluso con el espíritu de Dios y teniendo la capacidad de creer que esto es cierto, uno todavía no puede comenzar a comprender esto plenamente. Es una cuestión de fe. Entonces, ¿cómo la mente humana carnal ve a Dios? Esta mente verá a Dios desde una perspectiva física, limitando a Dios, al compararlo con lo físico en Su apariencia y comportamiento.

Hay ejemplos simples, pero reales, de esta manera de pensar, que se destacan más cuando Dios trae a una nueva persona a Su Iglesia. Cuando Dios llama a una persona del mundo del cristianismo tradicional, se necesita tiempo para que esta persona crezca y tenga la mente limpia de estos falsos conceptos acerca de Dios y de Cristo. Incluso con (y solamente con) el Espíritu de Dios habitando en una persona, la transformación de su manera de pensar no ocurre de la noche a la mañana, pero esto toma tiempo.

Toma tiempo para que una persona tenga la mente limpia de una falsa imagen de Cristo, con el pelo largo y de apariencia frágil, piadosa, o de esa misma imagen de él en la cruz. Se necesita tiempo para que las personas se deshagan de los conceptos protestantes (limitados al razonamiento humano y a la falsa emoción) en la manera en que uno piensa que debe hablar de Dios, o hablar con (orar) Dios. Puede que pasen años hasta que una persona que ha tenido una mala experiencia con su padre físico pueda a ver a Dios verdaderamente como un Padre, se alegrando y estando a gusto con esto. Puede costar años para que una persona pueda abrazar la belleza, la libertad y la paz verdadera que existe en el gobierno de Dios, si su experiencia con la autoridad (en el gobierno, negocios, en la iglesia, y/o en su familia) ha sido mala debido al abuso, la opresión, la injusticia, o simplemente el resultado de ser maltratado por la controladora y egoísta naturaleza humana.

Al leer en las Escrituras sobre “la venganza, la ira o los celos” de Dios, las personas tienden a comparar eso con las emociones y reacciones humanas, y con los arrebatos injustos en la vida, que no tienen nada que ver con el comportamiento de Dios. Dios hace todas las cosas de acuerdo con las formas más altas de justo juicio, abnegado amor, infinita paciencia, y abundante misericordia, a niveles que la mente humana no puede ni empezar a entender. Un concepto típico del mundo del cristianismo tradicional es el que presenta a Dios Todopoderoso como un ser despiadado, demasiado severo, inflexible y sin compasión. Eso es solamente una comparación con el concepto humano de los gobiernos opresivos y excesivamente estrictos, y con el comportamiento humano. Por otro lado, Jesús Cristo es presentado como alguien a quien uno siempre puede acudir, que siempre nos entenderá y nos amará incondicionalmente. Sin embargo, no alcanzan a comprender que Jesús Cristo procede completamente “de Dios”, y refleja los mismos atributos, cualidades y el carácter amoroso de Dios Todopoderoso.

Pablo explica muy bien todo este asunto de la tendencia humana para hacer de Dios alguien más físico y limitado, como el ser humano: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios, ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos (se han vuelto soberbios en su propio razonamiento, su manera de pensar sobre Dios y Sus caminos, y se alzaron a un nivel igual o superior a Dios), y se les oscureció su insensato corazón (espiritualmente ciegos). Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal (incorruptible en su esencia y imperecedero, irreprochable, perpetuo) por imágenes que eran réplicas del hombre mortal (corruptible, perecedero, débil), de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad (caminos) de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.” (Romanos 1:21-25).

La mentalidad del Pecado 
Llegado a este punto, seria bueno hacer un repaso de lo que ya hemos abordado hasta aquí. Tan pronto Adán y Eva han pecado, ellos han contaminado, dañado y infectado la preciosa mente que Dios les había dado al crearles. Con la tecnología moderna y el uso de las computadoras, hoy es para nosotros un poco más fácil entender lo que pasó con sus mentes. Si un “programa” es infectado por un virus, ya no puede funcionar de la misma manera como ha sido diseñado y construido. Lo mismo puede decirse sobre los efectos del pecado en la mente humana.

Así, el resultado del primer pecado fue que su pensamiento (razonamiento) ha sido “deformado” y se volvió hacia dentro, hacia si mismos. Se tornaron más activamente consciente de sí mismos – “conscientes” de una manera muy negativa y perjudicial. Una de las definiciones del diccionario de la palabra “autoconsciente” describe exactamente lo que pasó con Adán y Eva. Es estar “incómodamente consciente de sí mismo como objeto de la observación de los demás, no estando a gusto con eso”.

Esa definición les describe a la perfección. Esto ayuda a explicar en parte por qué pensaban que podían “esconderse” de Dios. Ellos se sentían incómodos por tener que encontrarse con Dios, sabiendo que lo habían desobedecido. También comenzaron a “sentir” algo más, como parte de esta nueva conciencia de sí mismos. Empezaron a estar incómodos por los sentimientos de culpa e inadecuación. Comenzaron a experimentar lo que se siente al estar avergonzado. A pesar de que habían justificado para si mismos el hecho de que hubiesen tomado del fruto prohibido, ellos violentaron y dañaron su mente – la conciencia pura que Dios había creado para existir en la mente humana. Por eso, insensibilizar la propia conciencia es una cosa peligrosa.

Hay otro aspecto en aquello que el pecado hace a la mente humana. El pecado infecta la mente en otra área de la conducta moral, que tiene que ver con un pensamiento sano y correcto en lo tocante a los asuntos relacionados a la sexualidad. Esta es la razón por la cual Adán y Eva, ambos, comenzaron a “sentirse” desnudos y quisieron cubrir sus órganos sexuales. Mismo siendo los dos únicos seres humanos en la tierra, ellos no sólo se sentían incómodos al estar ante Dios, y por eso han tratado de esconderse de Él, pero también se sentían incómodos con el hecho de que Dios les viese “desnudos”. Todavía no habían comprendido que todas las cosas están desnudas ante Dios, tanto física como espiritualmente. ¡Dios lo ve y lo sabe todo!

La singularidad de la creación de Dios de los dos sexos, masculino y femenino, tanto en la vida humana como en la vida animal, está en el hecho de que eso permite la existencia de un ciclo de producción continua (reproducción), que sirve para perpetuar estas especies. El proceso de reproducción sexual en los seres humanos ha sido diseñado para ser diferente a todas las demás formas de vida. La diferencia está en la mente que Dios dio a la humanidad. Dios revela que las motivaciones egoístas de la humanidad provienen de tres factores básicos que influencian (regulan y controlan) el proceso de pensamiento de todos nosotros. Estos son los malos deseos de los ojos, los malos deseos de la carne, y la soberbia de la vida (1 Juan 2:16).

La mentalidad del sexo
Hay un área de la vida que al parecer afecta a estos tres patrones de pensamiento (motivación) más que cualquier otro. Es el pensamiento y el razonamiento que es influenciado por las hormonas que Dios creó en el hombre y la mujer, para que sean únicos y diferentes, pero que también afectan la forma en que se sienten atraídos el uno hacia el otro. Ansiamos por alimentos cuando tenemos hambre y por líquidos cuando tenemos sed. Sentimos la necesidad de calentar el cuerpo cuando tenemos frío, y viceversa. Pero el aspecto de las hormonas sexuales que actúan en el cuerpo humano tiene un efecto totalmente diferente en la mente humana. Sexo es una de las principales áreas de la vida humana que puede revelar mucho sobre el “estado de ánimo” de la mente y de cómo uno realmente razona y piensa.

Dios creó la mente humana de forma tal para que respondiese a cuestiones relativas al sexo de un modo específico. La manera que cada persona “elige” responder a aquello que Dios creó para ser bello y bueno en las relaciones, determina en gran parte cómo la “mente” pensará (razonará) y luego actuará (vivirá). La manera como uno trata el tema sexual en su mente es una de las influencias más poderosas e importantes sobre el “pensamiento”, y determina (establece) el tipo de interacción y comportamiento social que esta persona tendrá en todos sus relacionamientos con los demás. No hay ninguna otra influencia que afecte tan grandemente el razonamiento humano y los relacionamientos en toda la vida. Gran parte de este desarrollo se aprende de los ejemplos de los demás en la infancia, y luego esto comienza a asumir un “desarrollo más personal” en la adolescencia.

Ya que Dios creó a la humanidad de la manera como lo hizo, según Su diseño y Su propósito, con la poderosa influencia de las hormonas, que pueden influenciar en gran medida el pensamiento y el comportamiento del ser humano, Él también reveló cómo tales cosas deben ser controladas y vividas. Sin embargo, del mismo modo que Él nos ha dado instrucciones sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto en la manera de pensar sobre sexo, Él también ha hecho mucho más. Él creo el ser humano de tal forma que “cualquier pecado” en la vida afectaría negativamente y perjudicaría nuestra mente (el razonamiento y el pensamiento), y también resultaría en la deformación de nuestra manera de pensar sobre sexo. Esto se debe a que todo el pensamiento (mente) está infectado, y el resultado de esto entonces se manifiesta en esta forma de pensar, y las consecuencias de esta forma de pensar se manifiesta en los relacionamientos en la vida de uno – cómo uno “piensa” sobre los demás. Esto es mucho más importante de lo que las personas pueden ver y entender ahora. Cuanto más uno peca e insensibiliza su conciencia, más eso se manifestará en su relacionamiento con los demás. Si usted infecta su mente con el pecado, eso también afectará de manera negativa sus relacionamientos.

Dios está comenzando a revelar mucho más acerca de la “causa” de la esclavitud, bajo la cual la “familia” ha estado, y porque. Esto es algo que nunca ha sido plenamente comprendido por el ser humano, o incluso por la Iglesia de Dios. Es a través de este continuo proceso de incesante revelación de Dios a Su Iglesia y la transformación que Su pueblo hace en su forma de pensar y de vivir, que las mujeres serán liberadas de 6.000 años de esclavitud. Los hombres también han estado bajo esta esclavitud, pero eso es algo que puede ser más fácilmente visto y entendido si consideramos la manera como las mujeres han sido tratadas y vistas por los hombres. Los hombres crecerán y podrán ver que esta perspectiva distorsionada, desde la cual han mirado a las mujeres, les ha mantenido también en el cautiverio y les ha privado de una vida más feliz, más satisfactoria y mucho más plena. A medida que continuemos a tratar y entender más plenamente eso en la Iglesia de Dios (que muy pronto abarcará a todo el mundo), el término “familia” ganará un significado mucho más profundo, y añadirá más propósito y más alegría a la vida. Todo esto tiene mucho que ver con el proceso por el cual Dios está sanando cada vez más la mente humana.

Hay una correlación directa entre la medida en que la humanidad se ha alejado de Dios, y se ha hundido aún más en el pecado, y el aumento de la deformación, la perversión y los trastornos en el pensamiento humano en lo tocante al tema sexual. Antes de seguir, y nos profundizar más en este tema, sería bueno hacer una pausa y comenzar a considerar esta correlación entre nuestro modo de pensar y la manera que eso afecta a la humanidad tan negativamente. Pida la ayuda de Dios para que usted pueda empezar a ver algo de esto en su propia vida, como parte de su propia experiencia de vida y/o la de los demás. Esta es la “clave” para entender cómo los relacionamientos, especialmente en la familia, van a ser liberados de esta gran esclavitud.

Esta serie de entradas está siendo publicada según un patrón – el patrón de Dios – para que usted pueda comenzar a digerir mejor lo que Dios está revelando, y para que pueda edificar más fácilmente sobre cada parte que es dada y estar mejor preparado para recibir la siguiente. Toda esta revelación que Dios está dando, resultará ser una de las fases más emocionantes e inspiradoras de la liberación de la esclavitud, que jamás se ha dado a la humanidad.

[Esta serie continuará la próxima semana con la 5ª Parte.]