Ronald Weinland

FAMILIA: SALIENDO DE LA ESCLAVITUD

He dicho antes que hay tres importantes factores que se destacan, porque producen un resultado negativo y perjudicial para la vitalidad, la estabilidad, la felicidad, y la plenitud de la vida familiar; como lo que debe ser. Estas tres cosas no están siendo abordadas en un orden específico de importancia. Pero todas las tres son igualmente catastróficas para la vida en familia.

Maridos “dominantes”
El siguiente importante factor que se destaca, se presenta en lo que Dios dijo a Eva como parte del resultado de su pecado – la maldición: “A la mujer le dijo [Dios]: Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás [anhelo] a tu marido, y él te dominará.” (Génesis 3:16). La familia no ha sido creada para ser “así”. El propósito de Dios nunca ha sido que el hombre (el marido) tuviese que dominar sobre la mujer (esposa), para que la familia pudiese ser realmente bendecida. Sino todo lo contrario, ellos han sido originalmente creados para estar “lado a lado” espiritualmente – en unidad con Dios (en conformidad con los caminos de Dios), y por lo tanto, en armonía el uno con el otro, en todos los aspectos de la vida y de la familia. Con esto, Dios estableció un orden (normas) que debería existir en la familia, que es “cómo” (el camino de Dios) la familia debería funcionar normalmente. Pero nunca ha sido la intención de Dios que el marido fuera “dominar” sobre la esposa.

El pecado ha cambiado todo, en lo que se refiera al propósito inicial de Dios para la familia. El pecado trajo la obstinación y el egoísmo, deformando la “correcta manera de pensar”. Y los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos, y la arrogancia de la vida (el decidir por sí mismo lo que está bien y lo que está mal – lo que es mejor para uno mismo – vivir a su manera ) llevaron a la esclavitud espiritual. El ser humano empezó a ser esclavizado por “su propio” razonamiento, y a perder el control de su vida (el control de su mente), y ya no podía estar en unidad y conformidad con Dios.

Lo que Dios dijo a Eva era esencialmente parte de una maldición – que el hombre dominaría sobre ella. Los hombres tienden a interpretar eso como algo de lo que pavonearse, como si Dios les hubiera otorgado autoridad, o les hiciera hecho superiores a las mujeres. Todas estas tres cosas son crueldades y mentiras acerca de la verdad de todo eso. El hombre está lleno de orgullo (es engreído, cree que está en lo cierto en lo que se refiere a su manera de pensar sobre las mujeres, y su manera de tratar a las mujeres, incluso su propia esposa). Pero todo eso es muy cruel. Los hombres no son superiores a las mujeres. Esto es falso e ignominioso, porque en el comienzo de todo, ninguna autoridad ha sido otorgada a los hombres para “dominar” sobre las mujeres, sino todo lo contrario. ¡Eso ha sido una consecuencia natural del pecado! Así, el judaísmo, el islam y el cristianismo tradicional siembran confusión y tergiversan el verdadero papel de los hombres y las mujeres, especialmente en el matrimonio y en la familia. Hay cosas que Dios ha permitido en el matrimonio y en la familia desde el principio (como la poligamia, el divorcio, etc. ) debido a esta naturaleza humana egoísta – la dureza de corazón – de una mente no natural (en el pensamiento y en el razonamiento) que se ha desarrollado después de que Adán y Eva han pecado. Es ésta la mente que necesita ser sanada por Dios .

Con el pasar del tiempo, a lo largo de los milenios que se siguieron, Dios ha ido revelando progresivamente, cada vez más, a la humanidad acerca de la verdad y de Su propósito para la familia. Dios ha estado llevando al ser humano de vuelta a Su propósito para la familia, que Él ofreció a Adán y Eva en el principio.

Cuando la Iglesia fue fundada, Dios comenzó a revelar más, a través de los apóstoles, acerca de la importancia de se tener solamente una esposa. Aunque esa norma ya se había establecido en el sacerdocio levítico mucho antes. Eso se puede encontrar en la instrucción sobre las ordenaciones. Además, la instrucción sobre el matrimonio parte del principio que el hombre debe tener solamente una esposa. Los apóstoles comenzaron a enseñar más sobre la correcta mentalidad espiritual que un esposo debe tener hacia su esposa, y que la esposa debe tener hacia su marido. Todo esto ha pasado en un tiempo, y dentro del contexto de una sociedad que era (aún) extremadamente dominada por los hombres. De este modo, Dios ha dado un gran paso adelante con Su Iglesia, al comenzar a trabajar con mentes corruptas, al comenzar a trabajar con hombres y mujeres en su condición (estado) actual, de la mejor manera posible; mientras que ellos (los que eran parte de la Iglesia) todavía tenían que vivir en este mundo – un mundo bajo el gobierno del hombre; el mundo de Satanás .

Como la Iglesia todavía estaba empezando, aún no era “el momento” para sacar a la familia de la esclavitud. En aquel entonces, la liberación de la esclavitud no pudo tener lugar debido a las condiciones del mundo y de la sociedad en general. Ya era bastante que las personas tuviesen que ir en contra de las costumbres (del mundo ) al no trabajar en el día del Sabbat semanal y en los Días Sagrados anuales de Dios, esforzándose para vivir de una manera completamente diferente al mundo alrededor de ellos, ya que se esforzaban para vivir según los Diez Mandamientos. Ahora hemos llegado al momento para que estas cosas empiecen a ser abordadas dentro de la Iglesia; ha llegado el “momento” para la liberación de la familia, el momento para sacarla de la esclavitud, porque el Milenio está a las puertas.

Entonces, Dios empezó a dar al hombre (el marido) y a la mujer (la esposa) más conocimiento (espiritual) sobre cómo vivir en unidad con Él y el uno con el otro. Él comenzó a hacer esto dentro de la Iglesia y a través de los apóstoles, que enseñaban y escribían las Escrituras. Dios estaba guiando la Iglesia a comenzar a salir de debajo de esta maldición que el hombre trajo sobre sí desde el principio – el dominio del hombre sobre la mujer. Dios les enseñó cómo tener un verdadero relacionamiento “espiritual” con Él, esforzándose para tener un verdadero relacionamiento espiritual el uno con el otro. Dios reveló que en la estructura física del matrimonio, el hombre iba a ser cabeza de la mujer (no “dominar” sobre ella); pero la aplicación del gobierno de Dios en el relacionamiento debe ser espiritual. Es en éste área que los hombres y las mujeres han fracasado en comprender la aplicación espiritual de los caminos de Dios en la familia.

Verdadero Gobierno versus Dominio
En la narración, cuando a Eva se le dice que debido a su pecado el marido iba a “dominar” sobre la esposa, Dios no estaba hablando del orden y de la estructura de gobierno que debería haber “en” la familia. Más bien, Dios estaba revelando que lo que ahora vendría era un dominio injusto y pernicioso (sometimiento y abuso de autoridad) de los maridos sobre las esposas. Como consecuencia de los pecados del hombre (rechazando los caminos de Dios ), ahora los maridos (por naturaleza) abusarían del poder de su masculinidad (inherente presencia masculina) de una forma controladora que se impondría de manera imprudente y severa (aunque no se den cuenta de eso). Eso sería una actitud “dominante”, controladora y egoísta, en combinación con un espíritu de superioridad (lleno de soberbia) .

Con los años, la Iglesia ha pasado a referirse a tal actitud equivocada, que tenían algunos en el ministerio, como “sheriffing”. Esa misma mentalidad y todo lo que eso representa, se refleja en los gobiernos (la opresión de Asiria), en los negocios y también en el alma de la propia sociedad – la familia. “Sheriffing” es el espíritu de Asiria, que se expresa por el egoísmo opresor (poder y codicia), el control y el autoritarismo (una mentalidad terca, predominante, y exageradamente auto-protectora ) en el ejercicio de gobierno.

En el principio, Dios estableció la manera cómo una familia debe funcionar, lo que abarca un orden – con el fin de lograr “metas comunes” y esforzarse para acabar con las animosidades, desavenencias, la división y/o confusión. Ese “orden” era la manera en la que el gobierno de Dios debería ser aplicado en la familia (sus caminos que rigen la vida y los relacionamientos). La maldición que Dios reveló era simplemente la consecuencia natural del hecho de que el hombre escogiera seguir su propio camino, rechazando el camino de Dios. Al rechazar el camino de Dios, el hombre ha sido automáticamente separado del camino que verdaderamente conduce a matrimonios y familias felices, significativos, y altamente gratificantes y productivos. Al rechazar a los caminos de Dios uno es separado del espíritu de Dios. El espíritu de Dios es el que aviva la verdadera aplicación del gobierno de Dios, en amor (ágape), en la vida del ser humano.

Las leyes, los caminos y el gobierno de Dios se basan en un amor desinteresado y totalmente altruista (ágape – el amor de Dios). Esto es algo que para el hombre es imposible de vivir y aplicar en su vida, porque ese amor es algo que solamente el espíritu de Dios puede producir. Por lo tanto, en la Iglesia, entre aquellos que Dios ha llamado para ser Su morada y también la morada de Su Hijo, la mente, el corazón y la manera de pensar del pueblo de Dios deben ser transformados. Entonces, y sólo entonces, las personas podrán empezar a experimentar y aplicar el amor de Dios en sus vidas. Sólo así los cónyuges empezarán a “ver” cómo la vida matrimonial y la vida familiar deben ser vividas. Sin embargo, mismo así, la lucha por cambiar la mente sigue siendo una gran batalla, porque uno tiene que luchar no sólo contra su propia naturaleza egoísta, sino que también tiene que luchar contra las tentaciones y los caminos de este mundo, y contra las actitudes y la mentalidad negativas, difundidas por un mundo espiritual maligno.

Pero esto está a punto de cambiar para la humanidad. Satanás y sus demonios están a punto de ser quitados de en medio, de ser completamente alejados de la presencia de la humanidad. El mundo cambiará drásticamente cuando el gobierno de Cristo sea establecido sobre todas las naciones, y cuando sólo exista la única y verdadera Iglesia – que tiene pleno acceso al conocimiento del Dios Eterno. Debido al momento en que nos encontramos en el tiempo, Dios está (primero) llevando Su Iglesia a “ver” el cuadro completo de la verdadera profundidad de la estructura familiar y de matrimonios significativos y profundamente gratificantes. Todo eso está a punto de empezar a ser “restaurado” para la humanidad. Este proceso ya está teniendo lugar “en la Iglesia” desde que estas verdades comenzaron a ser reveladas en este tiempo del fin.

Desde el principio, Dios ya había predispuesto que el ser humano tendría normas (orden) en la familia. Como Pablo reveló a la Iglesia, el marido debería ser la cabeza de la mujer. Por 6.000 años el gobierno de Dios sobre la familia se ha basado en esta estructura (orden). Este era el medio por el cual Dios podía bendecir y guiar las familias – a los que Él había llamado. Sin embargo, Dios sabía desde el principio lo que el ser humano iba hacer – rechazar a Él y a Sus caminos. Dios sabía de las luchas y dificultades que vendrían sobre el matrimonio y la vida familiar. Y el propósito de Dios para Su pueblo (para aquellos a los que Él fuese llamando) durante esta “era del hombre”, es que ellos tendrían que esforzarse para vivir dentro de la mejor estructura posible para el matrimonio y la familia, en medio de la crueldad y la desobediencia de una sociedad predominantemente masculina.

Dios ha estructurado la vida matrimonial y familiar para ser gobernada de manera específica, durante el tiempo del autogobierno del hombre. Una vez que el gobierno de Dios sea establecido, en el reinado del Mesías, las personas podrán experimentar, en mayor profundidad, el propósito de Dios para el matrimonio y la familia, con todas sus bendiciones espirituales, mediante el poder de Su Espíritu, que será derramado sobre la humanidad. Las personas serán llevadas a ver eso, y aprenderán a vivir de acuerdo con una mayor profundidad de propósito espiritual en el matrimonio y en la familia – porque esa estructura y ese propósito son “espirituales” – proceden completamente del espíritu de Dios. A medida que Dios derrame Su Espíritu con mucho más abundancia y el ser humano tenga un mayor acceso al poder de Su Espíritu (su vida ) para trabajar en (transformar) la mente humana, el matrimonio y la familia serán sacados de la esclavitud espiritual. Maridos y esposas serán llevados a “ ver”, conocer y vivir lo que significa compartir la vida (lado a lado) en unidad de espíritu entre sí. Y del mismo modo, y al mismo tiempo, estarán más capacitados para vivir de esta manera también hacia Dios.

Dios ha revelado que ahora y en el Milenio, en la estructura “básica” para la familia, el esposo seguirá siendo la cabeza de la esposa. Pero Dios ahora ya ha comenzado a revelar que Su estructura de gobierno para la familia es “totalmente espiritual”, y debe ser aplicada espiritualmente. La ordenación de las mujeres muestra más claramente cómo el gobierno de Dios debe trabajar (funcionar), tanto en la Iglesia como en la familia. La estructura de gobierno de la Iglesia funciona por ordenación, y siempre debe ser aplicada espiritualmente. Dentro de la Iglesia, hay un orden en la estructura de la “aplicación” de los caminos de Dios. La mayoría de las personas en la Iglesia está familiarizada con esa estructura, que empieza con elders, seguido de evangelistas, profeta, y luego un apóstol.

El pueblo de Dios está siendo llevado a “ver” más claramente que la aplicación de los caminos de Dios (gobierno, leyes, etc.) es espiritual, en la forma en que deben ser practicados y vividos en la Iglesia y en la familia. Las ordenaciones también revelan cómo el Espíritu de Dios puede (y lo hace) cambiar el orden (la disposición) del gobierno de Dios, no sólo en la Iglesia, pero también en la familia. Si un sr. elder es ascendido a evangelista, eso afecta la forma (el orden) de cómo el Espíritu de Dios (la aplicación de los caminos de Dios) funciona dentro de la Iglesia. Cualquier otro ascenso en las ordenaciones tiene el mismo efecto. Lo mismo ocurre en una familia. Si una esposa en una familia es ordenada como elder (y el marido no lo es), esto afecta a la forma – el orden – de cómo el espíritu de Dios (la aplicación de los caminos de Dios ) funciona dentro de la familia. Muy pronto serán dados sermones y se escribirán artículos que explican este principio, al igual que se ha hecho en el pasado, utilizando las directrices dadas por Pablo a los esposos y esposas.

Por medio de la 53ª Verdad, en la que Dios reveló que las mujeres ahora pueden ser ordenadas en el ministerio de Su Iglesia, Dios también ha abierto más “el camino” para la eliminación de la maldición, que ha estado sobre las mujeres desde el principio. Esta única gran verdad revela mucho sobre el “espíritu” del matrimonio, que va a producir un relacionamiento mucho más estrecho dentro de las familias y con Dios, durante todo el milenio.

Una relación de fidelidad
Hay aún un otro relevante aspecto, que va mano a mano con los otros dos ya mencionados, y que afecta negativamente a la vitalidad, la estabilidad, la felicidad, y la plenitud de la vida familiar. Esto nos lleva de vuelta al punto de partida, a lo que hemos discutido anteriormente sobre cómo el pecado lleva a la distorsión del pensamiento y del razonamiento en el tema del sexo.

Dios dijo a Eva que su deseo (anhelo) como esposa sería para su marido. Ya hemos hablado antes de cómo una mujer desea y anhela que su marido “comparta” más de su vida juntos. Esto es especialmente cierto en lo que se refiere a su deseo de que él comparta (que de más de si mismo) en los esfuerzos y tiempo que son necesarios para se construir un matrimonio y familia sólidos. Sin embargo, hay otro “anhelo” que es muy típico en el matrimonio, que es el anhelo por seguridad, sinceridad, confianza y “fidelidad” en el matrimonio.

Esto nos lleva de vuelta a cómo el hombre ha sido creado, y al “poder” que le ha sido dado, y la responsabilidad que Dios vincula al correcto uso de ese poder. Cuanto menos Dios y Su autoridad están presentes (y esto es hoy día básicamente nulo), más se abusa de este poder. Una mujer es desconfiada, sabe o siente cuando hay traición en lo que debería ser un relacionamiento de fidelidad entre marido y mujer. Esto puede empezar con algo tan simple como un giro de la cabeza, indisciplinado e indiferente (sin preocuparse que la mujer lo vea o se sienta herida por eso), para “mirar” a otra mujer. Obviamente la falta de disciplina y de amor conduce a cosas mucho peores. Esto es sólo un pequeño síntoma de algo mucho más evidente y peligroso para el matrimonio .

Debería ser obvio. Una mujer, una esposa, desea profundamente la fidelidad de su marido – que él la acaricie, la admire, la respete, la defienda, la proteja, que provea en sus necesidades, y que la ame profundamente, y con total fidelidad. Sin embargo, hoy vivimos en un mundo de gran tecnología, donde la música, la televisión, las películas y muchas otras formas de entretenimiento, enseñan, fomentan, y tratan de “normalizar” la promiscuidad, el adulterio, la fornicación, la perversión sexual, el engaño, los hogares rotos, los múltiples matrimonios, etc. En todo esto, los hombres no se dan cuenta de los profundos deseos, necesidades y anhelos de la mujer. Si usted preguntase a un hombre sobre eso, su mente probablemente iba primero pensar que esta pregunta está relacionada (en el contexto) al sexo, cuando es muy probable que esta es la última cosa que vendría a la mente de una mujer acerca de tal cuestión .

Dios habló de Judá, refiriéndose a este espíritu de infidelidad en su relacionamiento con Él y con los demás. Este espíritu se revela, y se hace muy visible, en la manera cómo los hombres se tornan “infieles”, cuanto más (los hombres) se alejan de Dios y fallan en “enseñar” y “vivir” los caminos de Dios en la familia.

“¿Por qué habré de perdonarte? Tus hijos me han abandonado, han jurado por los que no son dioses. Cuando suplí sus necesidades, ellos cometieron adulterio y en tropel se volcaron a los prostíbulos. Son como caballos bien cebados y fogosos; todos relinchan por la mujer ajena.” (Jeremías 5:7-8) .

Esto describe muy bien a la sociedad moderna, que hoy día es mucho peor que en cualquier otro momento en la historia del hombre, en lo que se refiere a la práctica de la infidelidad, la promiscuidad sexual y la propagación de la inmoralidad sexual, debido al fácil acceso a eso, en esa era de gran tecnología. La estabilidad y la estructura de la familia ha alcanzado el nivel más bajo de toda la historia humana. La “familia” se encuentra en medio de una gran crisis, y en una profunda esclavitud espiritual.

La Verdadera Libertad
La capacidad que el ser humano ahora tiene para destruirse muchas veces físicamente, mediante la destrucción de toda la vida en la tierra, es lo mismo que él ser humano ha estado haciendo espiritualmente, mediante su rechazo a los caminos de Dios; destruyendo por completo la verdadera belleza de aquello que la familia estaba destinada a ser desde el principio. De hecho, sólo la intervención de Dios en este tiempo del fin podrá preservar la vida humana. Y solamente la intervención de Dios podrá “restaurar” la familia, y sacarla completamente de la esclavitud espiritual a la que ha sido sometida.

Dentro de la Iglesia, Dios ya ha iniciado el proceso por el cual Él está llevando a la familia de vuelta a los relacionamientos que ella debería experimentar y vivir desde el principio. Primero Dios comenzó esa liberación con la remoción de la maldición que estaba sobre las mujeres, a través de Su verdad y la posibilidad de “vivir” esta verdad. Como en Su Iglesia, Dios también hará eso en el mundo, a través del poder del Espíritu de Dios que será derramado sobre toda la humanidad, junto con el establecimiento del reinado de Jesús Cristo, que gobernará sobre todos los gobiernos y sobre la verdadera Iglesia de Dios, en toda la tierra. ¡Gracias a Dios que este día se acerca rápidamente!

[Aquí termina esta serie de entradas sobre la “Familia”. Si usted desea más información sobre algunos de los temas aquí abordados, usted puede leer la entrada titulada “Las mujeres y la maldición”, del 15 de enero del 2010 (disponible solamente en ingles). Haremos una pausa en las entradas hasta después de la Fiesta de los Tabernáculos.]