Ronald Weinland

LA VERDADERA COMUNIÓN – 11° PARTE

La Presente Verdad y Corrección de Error: Antes de continuar con esta serie de entradas, es necesario abordar y aclarar algunas creencias pasadas; creencias estas que han sido recientemente corregidas, en el último par de años. Esta corrección abarca algunos eventos de los cuales habíamos creído que ellos ocurrirían hacia el final del Milenio, pero que en realidad van a tener lugar después de que el Milenio haya terminado.

En la edición de febrero de 1972 de la revista El Mundo de Mañana, en las “Notas del Editor”, el Sr. Herbert W. Armstrong abordó el tema de la corrección de errores en la Iglesia de Dios. Sería bueno citar aquí una parte de lo que él dijo:

“Nosotros (la Iglesia) no hemos tenido que corregir errores muchas veces. Pero cada vez que hemos corregido errores, hemos tenido un error a menos; uno que dejamos atrás. Si supiéramos de cualquier error que aún queda ahora, ¡queremos cambiarlo! Si y cuando encontrásemos uno en el futuro, ¡vamos a corregirlo! ¡El que sigue este principio es el más libre de errores! ”

“Así que, la confesión de tales errores es una de las pruebas más seguras para identificar a las personas por medio de las cuales el Cristo vivo está trabajando, y a quien Él está usando.”

Esto está muy bien dicho, y es muy cierto, en lo que se refiere a la importancia de cambiar cuando somos confrontados con errores. Desde el momento en que el remanente de la Iglesia de Dios quedó plenamente establecido en el Pentecostés de 1998, 36 nuevas verdades han sido dadas a la Iglesia. Cada vez que una nueva verdad ha sido dada, un error ha sido expuesto (revelado) y la Iglesia ha cambiado, de acuerdo con la “presente verdad” que Dios le ha dado.

Cuando Dios da la verdad a Su Iglesia, esto no quiere decir que Él revela todo lo que tenemos que saber acerca de un tema específico. Recibir conocimiento es de hecho un medio de aprendizaje, pero muchas veces Dios nos da algo más que conocimiento. Por la manera (medios y procesos) que Él revela progresivamente la verdad a nosotros, somos capaces de crecer en una más profunda “comprensión” de Su propósito y Su voluntad, contenidos en la “presente verdad” que Él nos da.

En lugar de sólo recibir el simple “conocimiento”, es mucho más valioso recibir “entendimiento”, de modo que la convicción y la conformidad puedan establecerse más rápidamente y con mayor profundidad. Esto es lo que pasa con algunas de las cosas que Dios ha estado revelando a lo largo de esta serie de entradas.

Corrección y Rectificación
Es necesario, en esta fase en lo que Dios está revelando, corregir una parte del “presente conocimiento”, en lo que se refiere a cómo Dios se ocupará de aquellos que han cometido el pecado imperdonable. Es necesario afirmar una vez más que cuando se habla del pecado imperdonable, esto se aplica al pecado del cual una persona no se arrepiente; y visto que una persona no se arrepiente del pecado, el pecado no puede ser perdonado – es “imperdonable”.

La realidad es que Dios sabe que tal persona ya nunca se arrepentirá porque el “espíritu que hay en el hombre” se ha vuelto definitivamente “en contra” de Él. Solamente Dios conoce esta “esencia espiritual” que hay en la mente de esas personas. Ningún ser humano tiene la capacidad de conocer esto.

Ya hemos abordado, rectificado, y corregido uno que otro conocimiento de nuestro pasado en esta serie de entradas. Ha quedado claro que Satanás no será liberado del confinamiento que le será impuesto en la venida de Cristo hasta después del Milenio. Aunque esta corrección no es de gran importancia en este momento inmediato, puesto que aún queda mucho para esto, ella ahora nos llevará a una comprensión más profunda de cómo y por qué ciertos acontecimientos sólo tendrán lugar después del Milenio.

Sería bueno abordar una vez más algunas de estas cosas en las que antes creíamos, y lo que “entonces” entendíamos en la Iglesia de Dios Universal. Nuestra creencia, desde hace mucho, ha sido que Satanás y los demonios serían liberados de su confinamiento hacia el final del Milenio, antes de que el Mileno llegase a su fin. Creíamos además que de entre los hombres Satanás iba entonces a reunir un enorme ejército, en un intento de destruir la ciudad santa de Dios. Sin embargo, ahora sabemos que la liberación de Satanás no tendrá lugar hasta después que el Milenio haya terminado.

Sería provechoso excavar un poco más hondo en lo que realmente está escrito en Libro del Apocalipsis, en el contexto de la venida de Cristo y el período del Milenio que seguirá a esto, en relación a lo que sucederá a Satanás durante este período de tiempo, incluyendo el tiempo que viene después.

“Vi entonces que un ángel descendía del cielo. Llevaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena. Apresó al dragón, que es la serpiente antigua, y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años; luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte (que sea puesto en libertad) por un poco de tiempo.” (Apocalipsis 20:1-3) .

Al revisar estos versículos, hay distintos acontecimientos que necesitan ser señalados y comentados, ya que tienen mucho que ver con una cierta corrección de las creencias anteriores y una más clara rectificación que Dios nos está revelando. También sería bueno señalar que ahora estamos nos centrando en versículos de las Escrituras que han sido escritos hace más de 1.900 años, y que durante todo este tiempo a la Iglesia de Dios sólo ha sido dada una poca información acerca de estos acontecimientos. Hay que entender que lo que Dios está revelando a nosotros ahora puede ser todo lo que será dado a la Iglesia sobre esto, y que quizás nada más será revelado sobre este asunto durante todo el Milenio. Hay eventos proféticos que tienen que ver con Satanás en el futuro, cuyos significado y propósito Dios no revelará plenamente hasta que llegue el momento de su cumplimento.

En estos versículos que acabamos de citar, debe saltarle a la vista que Satanás no será liberado durante el Milenio, y esto incluye también, de manera clara, el final de ese período de tiempo. Está escrito que Satanás no puede ser liberado hasta que los 1.000 años se hayan “cumplido”, pero que él será liberado “después” que el Milenio haya terminado. Es importante que no “leamos en las entrelineas” de lo afirmado en estos versículos, pero que esperemos que Dios revele el significado de esto a Su Iglesia de la manera que Él siempre lo hace – a través de Sus apóstoles y profetas.

Estos versículos no dicen que Satanás será liberado “inmediatamente” después del Milenio, o en los 100 años que siguen al Milenio, pero dicen simplemente que eso pasará “después” que ese periodo de tiempo (el Milenio) se cumpla. Sin embargo, Dios está revelando ahora claramente, no solamente que Satanás no podrá estar con los seres humanos durante el Milenio, pero que él tampoco podrá estar presente durante los 100 años de juicio, cuando la salvación será ofrecida a la gran mayoría de los seres humanos, cuando les sea dada una segunda vida física. Satanás no podrá engañar ni perversamente influenciar a la humanidad durante estos períodos de tiempo específicos. Estos versículos indican que cuando Satanás sea liberado, esto será por un período limitado de tiempo – “por un poco de tiempo”.

Este “un poco de tiempo” es importante, porque Dios ha inspirado a que esto se escribiera de tal manera, que quedara sin especificar no sólo cuándo eso va a tener lugar, pero también cuánto tiempo eso va a durar. Podría ser unos meses o unos pocos años; pero Dios no va a revelar esto hasta que sea Su tiempo para hacerlo, lo que podría fácilmente significar que esto no será revelado hasta después de que realmente haya tenido lugar. Esto sería como la advertencia de Dios a Su Iglesia sobre una “apostasía”, que tendría lugar antes de la venida de Cristo y que serviría como una señal definitiva de esta venida. Sin embargo, el momento cuándo esto se produciría no ha sido revelado hasta después de que todo ya había tenido lugar. Entonces Dios reveló lo que Él había profetizado sobre esto. La Iglesia sabía que esto iba a pasar en el fin de los tiempos, y sin embargo nadie estaba mirando por su cumplimento. ¡Esto ha pillado a la Iglesia de sorpresa! Aunque Dios nos haya dado el conocimiento acerca de muchos acontecimientos que todavía han de tener lugar, hay acontecimientos que no nos serán dados a “conocer” plenamente hasta después de que Dios revele su manifestación real – su cumplimiento real.

Dentro de esta creencia que por tanto tiempo hemos sostenido y que se inició en la Iglesia de Dios Universal, la creencia de que Satanás sería liberado hacia el final del Milenio, siempre fue difícil de entender cómo Satanás podría reunir un gran ejército de entre Gog y Magog. Para ese momento, la manifestación de la gloria y la belleza de la obra de Dios ya se habrá cumplido en gran parte, y ya habrá sido vista (experimentada) en la tierra durante casi 1.000 años. No tiene mucho sentido que Satanás pudiera reunir a tantos de ese período de tiempo, que se pondrían tan fácilmente en contra de Dios, a fin de traer tal destrucción.

Ahora Dios nos está dando a entender que lo de Satanás reuniendo a Gog y Magog no ocurrirá hasta que un período específico después del Milenio haya terminado. Pero la pregunta sigue siendo: “¿De dónde viene este gran ejército?” A medida que seguimos adelante con lo que Dios nos está revelando, esto se hará mucho más claro. Sin embargo, hay que abordar primero una otra cuestión, que nos lleva a la comprensión más profunda de la voluntad, del propósito y del justo juicio de Dios, que implica a los que han cometido el pecado imperdonable – aquellos cuyo espíritu ha quedado “fijado en contra” de Dios.

El Pecado Imperdonable
Hace unos años Dios guió a Su Iglesia a ver otro error en la creencia de nuestro pasado; algo que hemos creído tanto durante la Era de Filadelfia como durante la Era de Laodicea. Esto tiene que ver con algunos aspectos del “juicio de Dios” que vendría sobre todos los que han vivido y han muerto, y que no han escogido el camino de vida de Dios, sino que han cometido el pecado imperdonable. Se creía que todos los que habían cometido tal pecado serían resucitados de nuevo a una segunda vida física, al final de los 100 años siguientes al Milenio. Se creía que el propósito de esta resurrección era únicamente para que se pudiera dictar la definitiva sentencia de la muerte eterna para todas esas personas, y que ellas serian entonces rápidamente arrojadas al lago de fuego, para ser destruidas. Se creía que en tal resurrección estas personas serían rápidamente juzgadas, y esto sería inmediatamente seguido de la ejecución de esta sentencia, ya que ellas experimentarían la muerte por una segunda y última vez – nunca serían resucitadas de nuevo a la vida.

Dios reveló claramente que no habrá una resurrección para el juicio de todos los que han cometido el pecado imperdonable en el final de los 100 años; resurrección esta que tendría lugar con el “único propósito” de lanzar rápidamente a estas personas en un lago de fuego, en una segunda y definitiva muerte. Sin embargo, cuando Dios reveló esto Él no reveló el resto de la verdad, o “toda la verdad”, sobre el asunto. Así que, como apóstol de Dios, yo, equivocadamente, he llegado a la conclusión de que esto significaba que, dado que “todas” estas personas simplemente no serían resucitadas con el único propósito de ser simplemente sentenciadas a morir otra vez, poniendo así fin a su vida para siempre (un castigo eterno), que “todas” estas personas simplemente no serían resucitadas de nuevo a la vida física. Ha sido equivocado de mi parte dar por sentado que “todos” esos individuos simplemente iban a morir durante el período de tiempo en el que habían cometido el pecado imperdonable, y que nunca serían resucitados a la vida física otra vez, y que estas personas, por lo tanto, en ese momento recibirían la sentencia definitiva del “castigo eterno”.

En el contexto de esta serie de entradas sobre La Verdadera Comunión, Dios está aclarando mucho más sobre el proceso y los resultados de esto para aquellos cuyas mentes han quedado fijadas “en acuerdo” con Él, y aquellos cuyas mentes han quedado fijadas “en contra” de Él. La comprensión de este resultado abarca los medios que Dios usa, o el proceso de Dios, en cómo Él administra Su justo juicio.

Dios está guiando Su pueblo a juzgar los asuntos de la “comunión” con una comprensión más profunda y una separación más clara de cómo las específicas categorías de personas han de ser tratadas, de acuerdo con su específica singularidad. No todos los individuos que han sido excluidos de la comunión pertenecen a la misma categoría, en lo que se refiere a la manera en que serán tratados y vistos. Dios conoce la mente de todas las personas, así como Él conoce el espíritu que hay en nosotros. Pero nosotros, como seres humanos físicos, no conocemos la intención de la mente de una persona. No tenemos el conocimiento absoluto del corazón – del verdadero espíritu de una persona. Y por eso hemos de aprender a juzgar de manera justa por el testimonio verdadero – el verdadero testimonio de las cosas que se manifiestan ante nosotros. La naturaleza humana tiende a juzgar con base en el prejuicio, en la opinión personal, y en el orgullo. Pero en la Iglesia de Dios hemos de aprender a juzgar justamente, porque Dios nos enseña cómo hacerlo.

Aprender que las personas que cometen en pecado imperdonable, (es decir, las personas cuyo espíritu se queda fijado en contra de Dios), se agrupan en diferentes categorías, y cómo estos asuntos son juzgados, nos ayudará a juzgar mejor los diferentes asuntos relacionados con las personas que han sido excluidas de la comunión y/o con los que nunca han sido parte de nuestra comunión, pero que están motivados a atacar a la Iglesia de Dios a través de la calumnia, de la maledicencia, de la búsqueda de “culpables” (con base en su propia interpretación distorsionada), de las falsas acusaciones, y de la condenación.

Juicio Versus Sentimentalismo
Dentro del “cristianismo tradicional” hay mucho sentimentalismo y buenos deseos con respecto al juicio y la cuestión de si las personas van a ir al cielo o al fuego del infierno después de la muerte. Aunque se considera que los que han sido muy “malos” van al infierno, el sentimiento es que la mayoría de esas personas será capaz de recibir algún tipo de “absolución”, o que ellas serán perdonadas de su culpa, de su pecado, o que serán liberadas del castigo; por lo que la mayor parte de ellas todavía puede terminar en el cielo. Por supuesto, esta forma de pensar procura entonces atenuar la consideración o la preocupación por la responsabilidad personal de cada uno por la forma en que uno elige vivir la vida. Y por lo tanto, las personas entonces tienden a vivir como les plazca, haciendo lo que les plazca.

Esta misma mentalidad lleva también a una más grande distorsión de la responsabilidad personal de cada uno, cambiando la gracia de Dios en una excusa para una vida egoísta y pecaminosa. La idea es que Dios conoce nuestra naturaleza débil, y que Él entonces sólo requiere de nosotros que simplemente vayamos a Él, o le adoremos, “tal y como somos” (sin que cambiemos).

Pero dentro de la Iglesia nosotros sabemos que la manera “cómo” elegimos vivir nuestra vida es sometida a juicio, en cuanto a si estamos en unidad con Dios o no. No obstante, muchas veces este aspecto de la respuesta emocional del cristianismo tradicional hacia el juicio también puede ser transmitido y falsamente mezclado (combinado) con la verdad. Esto entonces, evidentemente, hace con que lo que era verdadero, ahora sea falso; sólo sentimentalismo e ilusión.

A finales de los años 70 del siglo pasado, después de estar en la Iglesia durante 10 años, la manifestación de ese falso sentimentalismo hacia un joven que acababa de ser bautizado me llamó por primera vez la atención. Ese joven era muy conocido y muy querido en una congregación de más de 500 personas en una de las iglesias de Houston, Texas. Una noche, ese joven de 19 años de edad, murió en un accidente de coche. Él había sido bautizado sólo dos semanas antes. El “sentimiento” de la gran mayoría de las personas en aquel momento era que ellas lo iban a ver otra vez en el Reino de Dios – en ELOHIM. Pero eso era solamente sentimentalismo y no un juicio verdadero.

Uno no puede ser engendrado del espíritu santo de Dios y simplemente, dos semanas después, ser capaz de nacer en ELOHIM cuando se produzca la primera resurrección. La transformación que viene con las pruebas, y el crecimiento y la madurez espiritual que nos llevan a “nacer” en ELOHIM no se pueden producir de una manera tan rápida. ¡Se necesitan años! ¡Sentimentalismo no tiene cabida en el juicio! Y en esto, por supuesto, la definición de sentimentalismo es: “un juicio permeado o motivado por los sentimientos”.

El Llamado de Dios a la Responsabilidad
A medida que continuamos con esta serie de entradas, hay otro tipo de sentimentalismo que debe ser abordado aquí. Es el sentimentalismo crítico de que la mayoría de los seres humanos finalmente será salva y que nacerá en la Familia de Dios – ELOHIM. Sin duda que sería algo maravilloso si todos eligiesen el camino de Dios, pero esa no es la realidad. Este falso sentimentalismo también se inclina a fomentar la idea de que durante el Milenio, y especialmente durante los últimos 100 años, la mayoría de las personas será salva, durante estos períodos de tiempo específicos. El Milenio, y especialmente los últimos 100 años, es visto como una especie de utopía. Y son muchos los que piensan exactamente esto del Milenio.

Claro está que el mundo bajo el gobierno justo de Dios, durante el Milenio y el período del Gran Trono Blanco, comparado con los primeros 6.000 años de la “Babilonia” bajo el reinado de Satanás, será como la diferencia entre el día y la noche. Aunque Dios dará al ser humano la capacidad de ver este impresionante contraste entre Su mundo y el mundo de los últimos 6.000 años, eso no quiere decir que la mayoría de los seres humanos abrazarán o elegirán lo que Dios les ofrece mediante Su forma de vida. La realidad es que hay personas que optarán por abrazar la noche.

Aunque el ser humano puede elegir entre “el bien y el mal”, lo cierto es que ambos se eligen por una motivación egoísta. Las personas no eligen “el bien” porque están de acuerdo con lo que Dios ha establecido y revelado como bueno o malo, verdadero o falso, correcto o incorrecto, sino que por sus propios intereses egoístas. Los intereses del hombre (los caminos del hombre) no son los intereses de Dios (los caminos de Dios).

La elección entre estos dos caminos (el camino de Dios o el camino del hombre) genera conflicto cuando una persona es “llamada” (del griego – invitación) – cuando a una persona le es dada la capacidad de “ver” la verdad. Esto no sólo ha sido cierto para las personas que han sido llamadas en esta era presente, en los primeros 6.000 años, pero también será cierto para todos los que vivirán el Milenio y en los últimos 100 años, ya que entonces todos serán llamados (invitados al Reino de Dios).

Sin embargo, el hecho de que una persona sea “llamada por Dios” y tenga la capacidad de ver los caminos de Dios, no significa que esta persona elija esto. La simple verdad es que habrá un gran número de personas que vivirán durante el Milenio y el Gran Trono Blanco, que no elegirán los intereses de Dios, Sus caminos, pero elegirán su propio camino. La responsabilidad personal de cada uno por sus propias elecciones es algo real y debe ser claramente vista como tal.

Tres Grupos de Personas Cuyas Mentes han Quedado Fijadas en Contra de Dios
De todos aquellos cuyas mentes han quedado fijadas “en contra de Dios”, hay tres grupos muy distintos y específicos, cuyo juicio ya está fijado. La sentencia de Dios es que todas las personas cuyas mentes han quedado fijadas en contra de Él recibirán una ejecución final de la sentencia de muerte eterna – un castigo que implica que estas personas nunca serán resucitadas a la vida nuevamente. Sin embargo, antes de que esta sentencia pueda ser “ejecutada” (llevada a cabo, finalizada), hay una fase adicional del justo juicio de Dios, que primero debe ser establecida.

Dios ha predeterminado (propuesto, elegido, querido) que dicha sentencia no pueda ser “ejecutada” hasta que el verdadero espíritu de todas las personas que están en contra de Él sea manifestado, para que otros puedan ver esto con claridad. A modo de amplificación de Su justo juicio, Dios ha establecido que debe haber una clara manifestación de las acciones de aquellas personas que optan por vivir en contra de Él y de Sus caminos verdaderos. El verdadero espíritu de estas personas debe ser claramente expuesto – debe ser visto y atestiguado por otros que ellas están de hecho en contra de Dios.

Hay tres grupos muy distintos de personas cuyas mentes quedan establecidas en contra de Dios, cuyas acciones darán una clara evidencia (testimonio, prueba) de su verdadero espíritu, que debe ser expuesto. Con el fin de establecer y mantener claramente separados quienes hacen parte de estos grupos, ellos serán mencionados en el orden en que serán explicados.

1) Los que nunca han sido engendrados de Dios, y cuyas acciones “contra Dios” aún no han sido manifestadas (expuestas).

2) Los que han sido engendrados de Dios, y cuyas acciones en contra de Dios todavía no han sido “claramente” manifestadas (expuestas).

3 ) Los que han sido engendrados de Dios, y cuyas acciones en contra de Dios han sido manifestadas.

La Resurrección a un “Poco de Tiempo”
Como ya se ha mencionado, hay un grupo de personas cuyas mentes han quedado “fijadas en contra de Dios” que nunca “han sido engendradas”. Hay aquellos que en los milenios pasados han vivido en tanta maldad que ellos han corrompido totalmente la mente (el espíritu que hay en el hombre) que Dios les dio. Su mente se ha quedado fijada en contra de todo lo que es realmente bueno, aunque la gran mayoría de estas personas nunca ha conocido algo que sea verdad sobre Dios. Sus mentes son tan corrompidas y pervertidas que estas personas no van a aceptar la verdad de Dios cuando esto les sea mostrado.

Este grupo es formado por un gran número de seres humanos que han vivido a lo largo de los milenios. Un testimonio claramente definido, la evidencia externa, aún no ha sido establecido para estas personas, ya que ellas aún no han rechazado abiertamente el verdadero camino de vida de Dios, visto que esto nunca les ha sido enseñado. Todas estas personas serán resucitadas a una segunda vida física, pero no durante la resurrección al final de los 100 años. En lugar de eso, ellas serán resucitadas con el fin de se establecer un claro testimonio de que ellas rechazan a Dios, incluso después de ver la gran obra de Dios y Sus caminos.

Esta resurrección no es una resurrección con el propósito de que “el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”, ya que su mente (la esencia de espíritu que hay en ellos) ya se ha corrompido totalmente por sus malas decisiones en la vida. Esta resurrección tiene como propósito establecer un verdadero testimonio de su propia mala elección, en lo que se refiere a la forma en que quieren vivir la vida. Esta resurrección tiene como propósito establecer un verdadero testimonio de su elección de rechazar a Dios. Aunque ya lo hayan hecho en su espíritu, en su mente, porque ya han optado por “el mal”. Cuando estas personas sean resucitadas, ellas van a ver lo que Dios ha hecho con la humanidad y los increíbles cambios que han tenido lugar en la tierra durante los 1.100 años anteriores. En ese momento, también verán el gran número de los que han nacido en ELOHIM.

Dios conoce el espíritu de este gran ejército de personas, cuyas mentes han quedado totalmente “fijadas en contra” de Él, y que nunca se arrepentirán; sin importar Su increíble gloria, que ellos podrán ver. Todo esto contribuirá para que su verdadero espíritu sea manifestado, una vez que Satanás haya sido puesto en libertad y pueda por última vez ejercer su influencia “sobre ellos”. Cuando todo esté dicho y hecho, debido a su “mentalidad”, ellos van a elegir la influencia y los caminos de Satanás, en lugar de elegir la influencia justa y misericordiosa de la gracia de Dios, que siempre ha estado disponible para toda la humanidad (a través de toda Su creación y Su don de la vida en sí).

Un gran esclarecimiento de la verdad que Dios está revelando ahora, es que el período de tiempo para esta resurrección a la vida física una vez más, cuando estas personas podrán ser testigos de la gran obra de Dios y de Sus verdaderos caminos de vida, coincidirá con las últimas acciones de Satanás para reunir a Gog y Magog en un esfuerzo por destruir a la “ciudad santa” de Dios – Jerusalén. El período de tiempo para este último testimonio, el juicio, y la manifestación del verdadero espíritu de estas personas no es especificado, visto que Dios sólo dice que Satanás será liberado por “un poco de tiempo”.

Esta resurrección no es algo que puede ocurrir durante el Milenio, como ya hemos dicho antes. No puede ser antes o durante la gran resurrección de los últimos 100 años de salvación, ya que durante este período de tiempo todavía habrán aquellos que no van a elegir el camino de Dios; mismo después de que les haya sido dada la oportunidad de vivir una “segunda vida”. Aquellos cuyas mentes han quedado completamente “fijadas en contra de” Dios en los últimos 100 años de salvación, vivirán durante este último período de tiempo (este “un poco de tiempo”), con el fin de que su verdadero espíritu sea más plenamente manifestado, y su sentencia, la muerte eterna, pueda ser ejecutada.

Echemos un vistazo a lo que está escrito acerca de esto; algo que tendrá lugar durante este “un poco de tiempo”.

“Al cabo de los mil años, (no es inmediatamente después del Milenio, porque aquí dice muy claramente que esto pasará un tiempo después del Milenio) Satanás fue puesto en libertad de su prisión, y salió a engañar a las naciones ( a engañarlas para que participen en su acto final) que están en los cuatro extremos de la tierra (por todo el mundo), y a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. ¡Su número era incontable, como la arena del mar! Y subieron por todo lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada (los santos resucitados y la ciudad amada son lo mismo). Pero del cielo cayó fuego y los consumió.” (Apocalipsis 20:7-9).

Este “un poco de tiempo” es el período de tiempo en que Satanás y los demonios serán liberados de su encarcelamiento, donde han estado durante los 1.100 años anteriores. Directamente después de los últimos 100 años, cuando la salvación será ofrecida a la humanidad, aquellos cuya mente, “el espíritu que hay en el hombre”, está en contra de Dios, pero que todavía no se ha manifestado plenamente (no se ha podido ver, ser atestiguado, no ha quedado expuesto) que ellos en realidad están en contra de Dios, serán resucitados. Ellos formarán el gran ejército que Satanás reunirá para, por última vez, luchar contra el propósito de Dios. La elección de estas personas pondrá de manifiesto su verdadero espíritu, o sea, que ellos no se arrepienten y que no quieren a los caminos de Dios.

Engendrados de Dios
Dentro de la división de estos tres grupos de personas cuyas mentes se quedan fijadas en contra de Dios, los dos últimos grupos son formados por aquellos que han sido engendrados del espíritu de Dios, pero que en algún momento han elegido volverse en contra de Él y de Sus caminos. Ellos nunca se arrepentirán de su orgullo o de sus elecciones.

La diferencia entre estos dos grupos de personas que fueron engendradas del espíritu de Dios es que las personas que hacen parte de uno de ellos han manifestado claramente que ellas están en contra de Dios y de Sus caminos; lo que se revela claramente por su abierta oposición a Su Iglesia y a Su verdad. El otro grupo no ha manifestado “claramente” que su espíritu está fijado en contra de Dios .

Aquellas personas que se han vuelto espiritualmente débiles y que han quedado dormidas, no han sido incluidas en estos dos grupos de personas que han sido engendradas y que luego se han rebelado contra Dios, quedando sus mentes fijadas en contra de Dios. Ya ha sido explicado cómo estas personas, cuyas mentes aún no están “fijadas” y que luego mueren en ese estado, serán resucitadas de nuevo a una segunda vida física en los últimos 100 años, para ser llevadas al arrepentimiento, y quizás obtener la salvación; para que entonces “el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.

Este segundo grupo de la lista anterior es formado por aquellos que han sido engendrados y que luego se han rebelado contra el verdadero camino de vida de Dios, y cuyas mentes han quedado fijadas en contra de Él, pero sus acciones aún no demuestran (manifiestan) un “claro testimonio” contra ellos, contra tal elección. Algunas de estas personas se esfuerzan por ocultar sus pecados y no se arrepienten, aunque incluso puedan decir que se han arrepentido. Pero entonces, con el tiempo, ellas se rebelan contra Dios a causa de su obstinación en no arrepentirse y no luchar en contra de su naturaleza humana. Otros simplemente abandonan, con relativa tranquilidad, la comunión de la Iglesia para vivir según les parezca, y ya nunca se oye nada de ellos. Pero hay también los que se amoldan a una apariencia externa de conformidad, y pueden seguir en la Iglesia por razones de familia (u otras razones personales egoístas); pero dentro de ellos ya han rechazado totalmente a Dios y sus mentes han quedado fijadas en contra de Él. Y aún hay otros, que también hacen parte de este grupo, que no manifiestan su verdadero espíritu abiertamente, para que quede claro que ellos están en contra de Dios.

Dios conoce la mente de todas esas personas que están “en contra de” Él y sabe que ellas no se arrepentirán; pero para que Su justo juicio pueda ser completamente establecido, todas estas personas tendrán que ser resucitadas a una segunda vida física, para que su verdadero espíritu sea expuesto (manifestado), para que quede claro que ellos están de hecho en contra de Dios. Ellos serán resucitados durante este “un poco de tiempo” que sigue a los últimos 100 años de salvación.

Es necesario quedar claro que entre los que se encajan en esta categoría, habrán personas que van a vivir durante el Milenio, y también habrán personas que nacerán durante en Milenio (y que harán la misma elección de no arrepentirse), que serán resucitadas a una segunda vida física durante este “un poco de tiempo”. El objetivo de su resurrección será el mismo: establecer un testimonio claro e indudable de su verdadero espíritu – un espíritu que quedó “fijado en contra de” Dios. Incluso durante un período tan impresionante de tiempo, como será el Milenio, habrán personas que no querrán a los caminos de Dios y que se rebelaran contra Él. La mayoría de ellas también simplemente se conformaran en aparentar, mientras que su verdadero espíritu ya se ha quedado realmente fijado en contra de Dios, ya que se niegan a arrepentirse de sus propias opiniones, ideas y caminos, que se oponen a la verdad de Dios.

Juicio No Revelado
El último grupo (el número 3) es formado también por aquellos que han sido engendrados y que se han alejado de Dios, cuyas mentes han quedado fijadas en contra de Él. Sin embargo, las obras de este grupo son tan enérgicamente y perversamente manifestadas a través del odio, de la maldad, del orgullo, y de la influencia destructiva de sus actos de abierta hostilidad en contra de la Iglesia de Dios, que el “testimonio” de su verdadero espíritu ya ha sido plenamente establecido. Ya ha quedado claro que estas personas están en contra de Dios.

No hay necesidad de que las personas de este grupo sean resucitadas a una segunda vida física, porque sus elecciones y acciones malignas ya se han manifestado abiertamente. Y con base en este testimonio, un justo juicio de que ellas están en contra de Dios ya ha sido establecido. Sin embargo, esto no significa que todos o que algunos de este grupo no serán resucitados en un momento específico.

El individuo más destacado en esta categoría es el hombre de pecado, el hijo de perdición, el que provocó la Apostasía. Además de esta persona en particular, en este tiempo del fin, hay muchos de este grupo que han formado parte de la Iglesia de Dios en los pasados (algo más de) 1.900 años.

Al escribir esta entrada ha sido difícil tratar con este grupo específico y con lo que tengo que escribir sobre ellos. Pero Dios me ha estado guiando a una dirección muy concreta. Dios ha mostrado que Él quiere que las personas que forman parte de este grupo se contabilicen por separado del otro grupo de aquellos que han sido engendrados y que también se rebelaron contra Él. La razón para hacer esta clase de distinción es que debemos primero reconocer que hay una diferencia en lo que se refiere a la cuestión del “juicio”.

Lo que viene a seguir es una valiosa lección que será fortalecida en nuestro pensamiento: que todo juicio debe basarse en lo que Dios nos da. Hay una diferencia en este grupo, en lo tocante a la forma en que ellos han de ser juzgados. Todavía quedan más cosas que serán reveladas por Dios acerca de este grupo. Pero ahora no es el momento para hacerlo. No vale la pena especular sobre esto. Y además, hacerlo sería imprudente.

Aclaración
Dado que esta serie de entradas ha sido un tipo de revelación progresiva, hay una sección de esta entrada que no ha sido completamente aclarada en el momento en que fue escrita. Ahora dicha sección será reescrita con mayor claridad y comprensión. Toda esta serie de entradas ha resultado en un artículo, que será publicado en la página “Publicaciones” del sitio web de la Iglesia. Lo que ahora será reescrito es una sección de la 8ª Parte de esta serie de entradas, cuyo titulo es La Revelación de Dios a través de Pablo. Esto ahora está siendo publicado aquí, en el resto de esta sección titulada Aclaración.

[La reescritura sigue hasta el final de la presente entrada.]

En la última parte de este versículo (refiriéndose al versículo que dice “para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús), Dios está revelando dos importantes asuntos. Muchos de los que han sido excluidos de la comunión en los últimos (algo más de) 1.900 años serán resucitados en los últimos 100 años del periodo del Gran Trono Blanco. La Iglesia de Dios conoce esta verdad hace varios años, pero los que están dispersos no la conocen.

Estos individuos que han sido anteriormente excluidos de la comunión (en los últimos 1.900 años) tendrán la oportunidad de arrepentirse en ese momento (durante los últimos 100 años), cuando podrán ser más fácilmente rescatados. Ellos no se han arrepentido cuando han tenido la capacidad y la oportunidad de hacerlo, cuando han sido llamados durante la era del reinado de Satanás en la tierra. Dios misericordiosamente les ha excluido de la comunión; de no ser así, su espíritu quedaría rápidamente fijado “en contra de” Él, porque seguirían reaccionando “espiritualmente en contra (de manera equivocada)” de Su espíritu santo.

Durante estos últimos cien años, estas personas ( los que han sido excluidos de la comunión en la Iglesia de Dios) que serán resucitadas no tendrán que “vivir por la fe” en lo que se refiere al venidero Reino de Dios (como lo hacían antes de ser excluidos), pero podrán ver literalmente y presenciar en primera mano lo que (el Reino de Dios) habrá producido después de haber estado reinando durante 1.000 años en la tierra. Estas personas no tendrán que “vivir por la fe” en lo que se refiere a la gran resurrección de la mayor parte de los seres humanos que han muerto durante los milenios, porque lo experimentarán por sí mismas. Ellas sabrán que han muerto y que ahora han resucitado a la vida física por segunda vez.

Además, estas personas no sólo podrán vivir en un mundo lleno de gran paz y prosperidad, sino que también vivirán sin la presencia de Satanás y sin su influencia y la influencia de los demonios en sus vidas. En ese momento, Dios les concederá misericordiosamente el acceso Sí mismo una vez más, porque Él reavivará (despertará) la esencia engendrada del espíritu juntamente con el espíritu que hay en el hombre que está en ellos. Aunque estas personas no han podido ser salvas durante la era del reinado de Satanás sobre la humanidad (después de que primero han sido llamadas y engendradas), ellas ahora tienen una mucho mayor posibilidad de hacerlo.

Sin embargo, ni todos los que alguna vez han sido excluidos de la comunión, a lo largo del tiempo, serán resucitados a una completa segunda vida física con el propósito de que “el espíritu sea salvo”. Hay algunos que no serán resucitados para ese propósito, y no se les permitirá vivir 100 años, como a otros a quien les será dada una “segunda vida física”. ¡Dios conoce la mente – el verdadero espíritu de cada persona! Algunos ya han elegido de forma permanente, que no quieren vivir según los caminos de Dios. Mismo cuando les sea ofrecido el arrepentimiento, durante período del Gran Trono Blanco, en los últimos 100 años, ellos no se arrepentirán. Dios conoce a tales personas. Él conoce a los que ya han cometido el pecado imperdonable – los que nunca se arrepentirán.

Hay también un gran número de personas que han vivido a lo largo de los últimos 6.000 años que serán resucitadas, pero a ellas Dios no ofrecerá el engendramiento de Su espíritu, porque Dios sabe que sus mentes están totalmente establecidas en contra de Él, y que ellas no responderán con un verdadero arrepentimiento, aunque Él les ofrezca Su espíritu para transformarlas. De los que han vivido durante los últimos 6.000 años, habiendo sido engendrados o no, hay mentes que están totalmente predispuestas en contra de Dios, y que nunca se arrepentirán por su propia y libre voluntad. Del mismo modo que en el reino angelical hubo aquellos que rechazaron a los caminos de Dios, muchos de los hombres que han rechazado a Dios no van a cambiar, no importando la magnitud de la gracia que Dios les conceda.

(Seguiremos con la 12ª Parte)