Ronald Weinland

Pentecostés 2015

Este será el tercer Día de Pentecostés que la Iglesia de Dios habrá celebrado desde el Día de Pentecostés del año 2012, fecha que anteriormente creíamos ser la fecha del regreso de Cristo. Este también será el último Día de Pentecostés en el presente sexto ciclo de 1.260 días, en el que el Templo de Dios, la Iglesia, está siendo medido. Y en el cuarto Día de Pentecostés a partir de éste, en el año 2019, creemos que entonces termina el recuento para la venida de Cristo y de los Primeros Frutos de Dios (los 144. 000).

Y considerando estos ciclos de tiempo, hemos recorrido un largo camino desde el primero de ellos. Ese primer ciclo comenzó con la Apostasía (el 17 de diciembre de 1994) y terminó con el restablecimiento del verdadero remanente de la Iglesia Dios, en el Día de Pentecostés de 1998 (exactamente 1.260 días después). El recuento para la venida del Hijo de Dios, que reinará en Su Reino sobre esta tierra, comenzó en el día exacto que había sido determinado hace mucho, mucho. Y aunque sepamos todas estas cosas, sería muy bueno, en este preciso momento, repasar algunas de las cuestiones relativas a su orden cronológico, para poder comprenderlas más profundamente y valorar más su significado e importancia.

La Gloria de Dios Siendo Revelada
Hoy, en este Sabbat semanal, mientras mi familia sigue adelante con la obra de Dios en la Iglesia reuniéndose con los hermanos y con los miembros del ministerio en Europa, he estado leyendo un sermón dado por Johnny Harrell. En ese sermón él habla de lo que Cristo dijo en Mateo 12 sobre la única señal que sería dada de que Él era el Mesías. Esa señal era que el hijo del hombre estaría en la tumba por exactamente tres días y tres noches. Ese período de tiempo era preciso y exacto, como Dios lo había predeterminado, al igual que toda la planificación y ejecución de esos planes.

Cuanto más vemos lo que Dios cumple y la manera como Él lo hace, más tales obras de Dios glorifican a Él y a Su gran majestad. En la narración sobre el momento de la muerte de Cristo, vemos que el tiempo exacto que Él estuvo en la tumba no fue lo único que se cumplió de manera precisa. También el año específico en que esto pasó (31 D.C.), bien como el día de la semana e incluso la hora fueron exactos. Todo estaba meticulosamente planeado, y así se cumplió. Lo primero que se cumplió fue el momento en que Cristo observó por última vez el rito de comer un cordero para el Pésaj con Sus discípulos, y entonces el momento en que Él instituyó la nueva observancia del Pésaj en aquella noche, enseñando a los discípulos las cosas que revelaron el propósito de Dios en el hecho de que Cristo fuera nuestro sacrificio del Pésaj: para que nuestros pecados pudiesen ser perdonados.

Una de las cosas más asombrosas que Cristo enseñó y comenzó a revelar aquella noche tiene que ver con una gran verdad que sólo fue restaurada al remanente de la Iglesia de Dios en este tiempo del fin. Se trata de la 35ª Verdad, que dice: Entendemos que Jesús Cristo está “viniendo continuamente” en la carne de los que están en la Iglesia de Dios. Esta verdad de que Cristo enseñó en la noche del Pésaj, cuyo resultado es que nuestros pecados podrían ser perdonados través de nuestro sacrificio del Pésaj, revela el gran propósito de esto: para que Dios pudiese habitar (vivir, permanecer) en Su Iglesia – en Su Templo.

Y más cosas pasarían en aquel mismo día, el 14 de Abib, cuando Jesús Cristo fue traicionado, arrestado y llevado a un despiadado juicio, donde Él fue condenado a muerte, y la horrible paliza que Él recibió. Todas estas cosas tenían que suceder progresivamente y de su debido modo. Todo tenía que suceder exactamente como y cuándo sucedió; incluso el momento en el que Cristo fue clavado en un madero, cuando la lanza le atravesó el costado derramando así Su sangre sobre la tierra, y cuando el velo del templo se rasgó en dos. Y después de todo esto Él fue finalmente bajado del madero, y después de algunos preparativos para Su entierro Él fue colocado en la tumba, en la hora exacta y en el momento debido, para entonces poder convertirse en nuestro sacrificio del Pésaj; y en mucho más que esto.

La hora en que Cristo tenía que morir, la hora en que Él fue colocado en la tumba, incluso la hora de Su resurrección tenían que ser exactas. Todo esto tenía que cumplirse para poder encajar en día correcto de la semana, y en la hora exacta para cumplir con la ofrenda de la Gavilla Mecida, cuando Él ascendió a Dios y fue aceptado por Él como esa Gavilla Mecida, el primero de los primeros frutos en la Familia de Dios.

Todos estos acontecimientos, que abarcan el cumplimiento del sacrificio del Pésaj por Jesús Cristo, Su resurrección, y el cumplimiento de la ofrenda de la Gacilla Mecida requirieron una planificación y coordinación impresionantes. Esto también requirió la participación directa y poderosa de Dios, obrando en las vidas y en los asuntos de muchas personas durante ese período. Y no sólo eso, porque todo comenzó mucho antes siquiera del nacimiento de Jesús Cristo. La cuenta atrás para estos acontecimientos, que fueron cumplidos por Jesús Cristo, comenzó unos 487 años antes. Ese fue el comienzo del cumplimiento de la profecía de las “70 Semanas”, revelada en Daniel 9.

Sería bueno recordar también como esto comenzó, porque esta profecía es muy específica en lo que se refiere al momento exacto en que Dios la cumpliría para lograr todo esto. En el año 457 A.C. Dios ha llevado a Artajerjes a promulgar el decreto que dio inicio a esta primera cuenta atrás para la venida del Mesías. Artajerjes decretó que Jerusalén debería ser reconstruida. Y Esdras y Nehemías han estado haciendo esto hasta el año 408 A.C.. Fíjense en la exactitud de lo que Dios dijo:

“Entiende bien lo siguiente: Desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén [en el año 457 A.C.] hasta la llegada del príncipe elegido habrá siete semanas [7semanas x 7 días resultan en 49 años proféticos, hasta el año 408 A.C.] Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más [434 años hasta el año 27 D.C., que fue cuando Jesús Cristo empezó Su ministerio]. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y murallas. Pero cuando los tiempos apremien, después de las sesenta y dos semanas, se le quitará la vida al príncipe elegido [Él será muerto por todos los demás seres humanos, como el sacrificio del Pésaj]. … Durante una semana Él [el Mesías] hará un pacto con muchos, pero a mitad de la semana pondrá fin a los sacrificios y ofrendas. [Con Su muerte, Él cumplió el significado del sistema de sacrificios, invalidando las leyes relativas a esas observancias].” (Daniel 9:25-27).

La habilidad para planificar y ejecutar estos planes, de manera tan meticulosa y a lo largo de tanto tiempo, sirven para revelar y magnificar el increíble propósito, la gloria y el poder de Dios Todopoderoso para realizar todas estas cosas. Esto es como Salomón escribió en Eclesiastés:

“También sé que todo lo que Dios hace [todas las obras de Dios] permanecerá para siempre, sin que nada se le añada ni nada se le quite, [lo que Dios predetermina, Él lo cumple exactamente como determinó], y que esto lo hace Dios para que se le guarde reverencia. [Para que se le tema, para que se le honre, para que uno tema hacer algo que sea contrario a los planes de Dios]. Lo que antes fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya; [las cosas que Dios ha predeterminado en Su plan, pasarán]. Y Dios restaura lo pasado [lo que ha sido planeado hace mucho tiempo, Dios lo cumple].” (Eclesiastés 3:14-15.).

La Última Cuenta Atrás
Acabamos de hablar sobre la gran cuenta atrás para la primera venida de Cristo, que vino como un hombre físico para cumplir el Sacrificio del Pésaj y la ofrenda de la Gavilla Mecida. El hecho de que nosotros estemos ahora en la segunda y última gran cuenta atrás para Su venida, y esta vez en ELOHIM, como Rey de reyes, es algo extraordinario, que va mucho más allá de nuestra comprensión. Esta cuenta atrás del tiempo del fin es mucho más compleja, más exacta, y requiere más coordinación y precisión en los eventos que la primera.

Estamos viviendo en un período de tiempo donde la increíble grandeza de Dios está siendo magnificada y glorificada más que cualquier otro momento de la historia de la humanidad. De hecho, cuanto más nos acercamos al Día de Pentecostés del año 2019, más aumentan la fuerza y la intensidad del séptimo trueno.

Gran parte de lo que hemos hablado hasta ahora, en la presente entrada, y de lo que aún vamos hablar, es un repaso de cosas que nosotros ya sabemos. Sin embargo, esto sirve para poner en una mejor perspectiva todo lo que estamos viviendo, lo que estamos presenciando, las cosas que están trabajando para glorificar la gran majestad de Dios. Esta última gran cuenta atrás tiene como objetivo revelar más plenamente la gloria de Dios Todopoderoso a la humanidad, marcando así el comienzo de Su gobierno en esta tierra.

La última cuenta atrás para la venida de Cristo comenzó de una manera muy clara y distinta. Todo comenzó en un momento exacto en el tiempo, aunque fue planeado miles y miles de años antes. Mucho tiempo atrás Dios Todopoderoso ha predeterminado que Él daría una señal a Su Iglesia (no al mundo) de cuando esa cuenta atrás iba a comenzar. Esta iba a ser la única, y definitiva, señal de que esto había comenzado.

Y esto nos fue revelado como la primera verdad que Dios reveló a Su Iglesia remanente, a la Iglesia de Dios-PKG. Esta fue la primera verdad revelada después de las 18 verdades que fueron restauradas para la Iglesia de Dios a través de Su anterior apóstol, el Sr. Herbert W. Armstrong. Se trata de la 22ª Verdad, que dice:

“Hubo una apostasía sin precedentes en la Iglesia de Dios, como fue profetizado en 2 Tesalonicenses 2:1-3.”

También sería bueno mencionar aquí un fragmento de la 50ª Verdad, que se refiere a ese capítulo en 2 Tesalonicenses, donde se habla de la importancia del momento exacto en que un líder físico de la Iglesia en la tierra iba a traicionar a Jesús Cristo, causando así esa Apostasía.

“El momento singular de la Fiesta de las Trompetas en el año 2008 tiene gran importancia y significado. El primer momento significativo se encuentra en 2 Tesalonicenses 2, donde podemos leer la profecía del tiempo del fin sobre un líder físico de la Iglesia de Dios en la tierra, que traicionaría a Jesús Cristo. La manifestación de ese hombre seria la revelación para la Iglesia de Dios de que el tiempo del fin había llegado y que el Primer Sello del Apocalipsis había sido abierto. Ese hombre, que traicionaría el gobierno de Dios, sería conocido como “el hombre de pecado” y “el hijo de perdición”. Como se describe en la literatura de la Iglesia y en los sermones, Dios reveló quién era este hombre mediante una sentencia de muerte que también figura en esta revelación. Dicha sentencia fue revelada por medio del número 40 (número utilizado por Dios para traer juicio), y por la semana de siete días. Han pasado exactamente 280 días, desde el momento de la traición de ese hombre hasta el momento de su muerte. El Sr. Tkach dio un sermón el día 17 de diciembre de 1994, abrogando las leyes más básicas de Dios, y exactamente 280 días después, a la misma hora, él murió. El momento tan preciso de su muerte fue la revelación de Dios sobre quién era el “hijo de perdición” y el “hombre de pecado”.

Todo esto que ha sido escrito aquí es una señal primordial para la Iglesia, el anuncio de que el momento para el regreso de Cristo había llegado. Durante casi 1.900 años la Iglesia esperó hasta que Dios revelara cuando sería el momento elegido por Él para algo que Él había inspirado a Pablo a escribir.

“Hermanos, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesús Cristo y [en la preparación para] nuestra reunión con Él, les rogamos que no cambien fácilmente de manera de pensar. No se dejen asustar por nadie, ni siquiera por un espíritu, una palabra, o una carta que pretenda aparecer como nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca [que ha llegado]. De ninguna manera se dejen engañar. Porque ese día no vendrá sin que antes [la venida de Cristo no se producirá antes de esto] venga la apostasía [del griego = apartarse de la verdad], y se manifieste el hombre de pecado, es decir, el hijo de perdición.” (2 Tesalonicenses 2:1-3).

Los pocos que quedaron en la Iglesia remanente de Dios experimentaron los resultados inmediatos de lo que pasó entonces, y que sirvió para revelar el principio de esta cuenta atrás que nos llevará a la venida del Mesías. Este evento dio inicio al proceso de la apertura de los Sellos del Apocalipsis, que fueron abiertos por el propio Jesús Cristo cuando Él y Su padre comenzaron la difícil obra que llevará al momento exacto de Su venida, que como creemos será en el Día de Pentecostés del año 2019 .

Se hizo cada vez más evidente para nosotros que Dios nos ha concedido otros siete años para que se cumpla lo que fue escrito en el libro 2008 – El Testigo Final de Dios. Y aunque nosotros todavía no sepamos cuando los efectos de la Segunda Trompeta van a comenzar, podemos ver, por lo que está pasando en el mundo, que el efecto de todas las trompetas se acerca muy rápidamente, al igual que es cada vez más evidente que la Tercera Guerra Mundial se avecina.

Dios ha estado revelando una de Sus obras más complejas y profundas en lo que se refiere al momento elegido por Él para el periodo de tiempo que va desde la Apostasía hasta la venida literal de Cristo. Él demostró así la magnitud y el poder de Su grandeza para realizar todo lo que Él ha predeterminado hace ya mucho tiempo.

Esto hace que la palabra “impresionante” carezca de significado y parezca muy pequeña, porque lo que Dios está haciendo va mucho más allá de lo que se puede expresar con palabras.

Mucho nos ha sido revelado ya sobre el modelo insondable de las probabilidades matemáticas de tantos acontecimientos y del momento en que ellos han empezado a tener lugar, el 17 de diciembre de 1994 (el día de la Apostasía) hasta el Pentecostés de 2019. Tratar de entender todo esto es algo que verdaderamente nos deja atónitos. Sería bueno que cada uno de ustedes leyesen nuevamente las entradas anteriores sobre algunos de estos eventos y el momento en que ellos han tenido lugar. Pero esta vez trate de ver a estos eventos en el contexto de lo que hemos hablado en la primera parte de la presente entrada sobre los acontecimientos concernientes a la primera venida de Cristo, su exacto momento y cómo Dios los orquestó. Esto debe ser hecho buscando reconocer la obra activa de Dios, y ahora también de Cristo, y la precisión empleada para cumplir todos los eventos durante todo este período de tiempo, que finalizará con el cumplimiento de todo lo que está contenido en los Siete Sellos de Apocalipsis.

Inserción
Hay dos asuntos que me gustaría mencionar, y que deben ser añadidos a la presente entrada en lugar de simplemente enviar a la Iglesia por separado, para que todos los lectores puedan estar mejor informados.

Tercer Libro
Hace algún tiempo yo hice un comentario sobre la posibilidad de escribir un tercer libro. Puesto que muchos me preguntan cuando dicho libro será publicado, esto servirá para ponerles al día.

Al que parece ese libro no es para la presente era; especialmente desde que se hizo evidente para mí que gran parte del contenido del libro proviene de las entradas que he escrito mientras estoy aquí en la cárcel. Y parece más probable que tal publicación bien podría ser una recopilación de toda esta información en una publicación que sería más útil para los que vivirán en el Milenio.

Y para se sincero, el libro de 2008 – El Testigo Final de Dios seguirá siendo la principal publicación que las personas van a necesitar en los próximos años. Este libro ayudará a muchos a entender lo que estará pasando cuando la gran tribulación venga a esta tierra. Además, ellos también podrán poner su esperanza en la “buena nueva” de lo que vendrá después del Día de Pentecostés del año 2019. Lo único que ha cambiado es el período de tiempo que sigue a esa publicación – los siete años que han sido sumados.

Clavado en un madero
Otro asunto que quisiera aclarar se refiere a una expresión que he utilizado en los últimos años. Yo he estado utilizando la expresión “clavado en un madero” para referirme a lo que pasó a Cristo en el Pésaj del año 31 D.C., pero una persona expresó recientemente su descontento con el uso de tal expresión.

Para explicarlo mejor, lo que pasó es que hace unos años yo he decidido prescindir del término “crucificado”, porque esta es una descripción errónea de lo que pasó y que representa a Jesús Cristo siendo colgado en una cruz. Tal descripción es una tergiversación de la verdad y el resultado de lo que la Iglesia Católica hizo al mezclar creencias y prácticas paganas con la historia de la vida de Jesús Cristo. Y por eso es importante que hagamos todo lo que podamos para corregir esas ideas falsas y tales mentiras.

Incluso en la Concordancia Exhaustiva de Strong la palabra griega “stauroo” es mal traducida como “crucificar”, y se afirma que esta palabra significa “clavar en una cruz”. Y aunque ellos usan la forma incorrecta de esta definición, diciendo que Jesús fue clavado en una cruz en lugar de en una estaca, ellos han utilizado correctamente el término “clavar”.

La Iglesia de Dios entiende que Jesús ha sido colgado en un madero, y que Sus dos manos han sido clavadas en ese madero con un sólo clavo. Y lo mismo pasó con Sus pies, que fueron clavados juntos, con un sólo clavo. Sus manos no fueron clavadas por separado, con los brazos extendidos sobre un travesaño colocado sobre una estaca.

Cuando se utiliza el término “clavado” la Iglesia de Dios entiende perfectamente que esto está hablando del hecho de que se utilizaron “clavos” para colgar a Jesús Cristo en un madero. El pueblo de Dios ciertamente comprende que esto no significa que todo Su cuerpo ha sido clavado en un palo. El término “clavado” es un término perfectamente aceptable y adecuado para describir esto.

La definición que el diccionario da de la palabra “clavar” es: perforar o traspasar con un instrumento afilado [en este caso un clavo]; fijar con clavos, traspasar con un arpón, puñal, pincho, lanza. Algunos diccionarios también se refieren a la práctica medieval, de origen latino, de perforar el cuerpo con una estaca afilada. Sin embargo, este término comenzó a adquirir un significado y uso mucho más amplio a lo largo de los siglos.

Aunque yo dudo que cualquier nuevo lector pueda confundirse con el uso de la expresión “clavado en un madero” para referirse a lo que pasó con Jesús Cristo y concluir erróneamente que esto significa que todo Su cuerpo ha sido clavado en un palo, voy a añadir la palabra “clavos” a mi descripción de lo que pasó. En otras palabras, voy a referirme a esto usando la expresión “Jesús Cristo ha sido “clavado con clavos en un madero”.