Ronald Weinland

DIOS DARÁ LIBERACIÓN

Hoy me di cuenta que mañana hará exactamente cuatro años del día en que la Iglesia de Dios entraba en un ayuno de dos días. El pasado Sabbat fue anunciado un día de ayuno, pero en lugar de designar un día específico para este ayuno, se recomendó que durante esta semana cada persona eligiese el día que le fuera más conveniente para ayunar.

Hace cuatro anos, antes iniciar aquel ayuno especial, fue dada una serie de sermones en la que se habla de la historia de Ester, cuando ella dijo a su tío Mardoqueo que pidiera de los judíos en Persia para ayunar durante tres días, clamando a Dios por su liberación. Es una increíble historia sobre cómo Dios les liberó y sobre el hecho de que se habían humillado en ayunas durante un período tan largo de tiempo. Ese acontecimiento es celebrado hasta los días de hoy, en la fiesta judía del Purim.

Aquel ayuno de dos días de hace cuatro años comenzó en el Sabbat semanal del 31 de enero de 2009, y el sermón que fue dado ese día intitula, “A Great Fast” (Un Gran Ayuno).” En ese sermón hablamos del propósito de aquel ayuno especial. También hablamos de la historia de Elías y los 450 profetas de Baal. El rey Acab había reunido al pueblo, incluyendo a los profetas de Baal, en el monte Carmelo. Fue allí donde Elías habló y desafiando al pueblo con una pregunta decisiva: “¿Hasta cuándo vacilareis entre dos pensamientos?” Continuó diciendo: “Si el Eterno es Dios, entonces seguirlo, pero si Baal, seguidle a él” (I Reyes 18:21).

Elías siguió, demostrando la diferencia entre lo que Dios hizo por medio de él y los esfuerzos inútiles e impotentes de los 450 profetas de Baal. Sin embargo, mismo con todo esto, ni el rey ni el pueblo se volvió a Dios. La Iglesia siempre ha entendido que el propósito de Dios con los Truenos y Trompetas de Apocalipsis es similar a lo que Elías deseaba ver en su día, que el pueblo fuera movido en su corazón a volverse a Dios.

Aquel sermón, a finales de enero en 2009, que explicó el propósito de ese “gran ayuno” que la Iglesia estaba haciendo, enfatizó el deseo que Elías tenía y que no se cumpliría hasta que Dios interviniese en los asuntos de la humanidad, al final de los 6.000 años de autogobierno del hombre. Eso es exactamente lo que Dios va a hacer con la finalidad de humillar a este mundo, una vez que el retumbar de los Truenos se hagan más fuertes, junto con el toque de las Trompetas, y el impacto de todo eso sea liberado sobre la tierra. La Iglesia de Dios cree que todo eso va a pasar en esta porción diurna del día el Día del Señor.

Como hemos hablado en aquel sermón, el propósito de este período especial de ayuno fue clamar a Dios para que un número mucho mayor de personas sea llevada al arrepentimiento y la aceptación de Su verdad a través del momento preciso, la frecuencia y la fuerza de los Truenos y Trompetas. Dios honró a ese ayuno, al igual que El honró el ayuno de tres días de Ester y los judíos de su tiempo, y reveló algo de la fuerza de los Truenos en los últimos cuatro años. Sin embargo, como en el tiempo de Elías, el mundo no ha hecho caso a nada de eso. No era el propósito de Dios que el gran poder reservado a los Truenos, y el impacto de las Trompetas fuesen liberados sobre el mundo durante estos últimos cuatro años. La voluntad de Dios era demostrar a la humanidad una mayor misericordia, acortando este periodo de tiempo, con el único propósito de atraer a muchos más a la salvación, en este tiempo del fin.

Un numero mayor de personas será liberado
En los últimos cuatro años Dios ha extendido Su misericordia sobre la humanidad. Dios ya había revelado anteriormente, antes que el tiempo del fin comenzase, que Su juicio sería mucho más grave y más en proporción con los altivos pecados de la humanidad en este tiempo del fin. Sin embargo, ha sido el propósito de Dios revelar la importancia de Su Iglesia en la tierra y magnificar Su naturaleza misericordiosa a través de Su profundo amor para con Su creación, acortando la duración y la severidad de los profetizados acontecimientos de este fin de los tiempos.

A modo de ejemplo, el juicio justo de Dios hacia Su propia Iglesia dispersada, que se convirtió en tibia durante la Era de Laodicea fue “fijado” en la profecía. Tras la muerte del Sr. Herbert W. Armstrong y el final de la Era de Filadelfia, el propio pueblo de Dios durante la Era de Laodicea, llegó a ser tan débil que la apostasía (gran abandono de la verdad) se hizo realidad. Todos los que estaban en la Iglesia de Dios en la Era de Laodicea, no han estado alerta y en guardia, como se les fue ordenado estar. Y como resultado de eso, se quedaron dormidos espiritualmente. Este pecado fue algo mucho más grave que cualquier cosa que los israelitas jamás habían hecho, ya que ellos no tenían el Espíritu de Dios habitando en ellos, mientras que la Iglesia de Dios sí que lo tenia. Dios expulsó a la Iglesia de Su presencia a causa de este pecado. Sin embargo, en Su juicio misericordioso hacia Laodicea, Dios profetizó que Él iba a librar de esa dispersión a un remanente de alrededor de 3.000 personas y que les llamaría de vuelta a un relacionamiento con Él.

No obstante, el propósito de Dios siempre ha sido revelar más plenamente Su verdadero carácter y Su naturaleza en el tiempo del fin, como parte de los acontecimientos del Séptimo Trueno. Uno de los mayores atributos del carácter de Dios para con Su creación es el amor. Esto se magnifica en la inmensa misericordia que Él siempre ha mostrado, mismo que otros rara vez lo reconozcan. Eso es muy cierto en lo que atañe a Su propia Iglesia dispersa, cuyos pecados han sido tan graves, al punto de llevarla a ser tibia y quedarse dormida espiritualmente. Él va a magnificar 21 veces más el número de los 3.000 que fueron hallados dignos en poder ser parte de un remanente, elevando hasta 63.000 el número de personas, que serán despertadas espiritualmente y serán increíblemente bendecidas en poder vivir en el reino milenario de Jesús Cristo. Hemos hablado de este tema en la entrada del 23 de mayo 2012 (La Iglesia de Dios reunificada).

Para la Iglesia que se dispersó después de la apostasía del 17 de diciembre de 1994, esto es “una buena noticia”, o al menos va a ser una buena noticia una vez que las personas comiencen a experimentar este despertar y estén nuevamente puedan estar reunidas en un solo Cuerpo. El plan de Dios ha sido revelado progresivamente durante los últimos 6.000 años, y ahora estamos verdaderamente llegando a un crescendo increíble, cuando los acontecimientos finales de este fin de los tiempos se cumplen y Jesús Cristo finalmente regrese en Su Reino.

No sólo un número mayor de personas en la Iglesia de Dios que está dispersa, pero también un número mucho mayor de personas en las naciones dispersas de Israel, será bendecido en poder sobrevivir a la devastación de los acontecimientos de los últimos tiempos. Entretanto ese número aún no ha sido plenamente establecido, pero será determinado ( juzgado) durante esta última fase del Día del Señor.

Completando un ayuno de tres días
Aquel ayuno de hace cuatro años fue establecido sobre la verdad que Dios ha revelado sobre el verdadero propósito del ayuno, registrada en el libro de Isaías. La esencia y el propósito principal se da a conocer en un versículo primordial.

“El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar [abrir o deshacer] las ligaduras[grilletes, aquello que tiene cautivo a uno] de impiedad, soltar [eliminar] las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y romper [derribar] todo yugo [palabra que se usa para expresar opresión]?” (Isaías 58:6).

El propósito del ayuno delante de Dios es el de humillarnos y buscar entonces el arrepentimiento y el cambio en nuestra vida para que podamos vivir más plenamente este versículo en nuestro trato con los demás, haciendo los cambios necesarios con la ayuda de Dios. Esto, obviamente, tiene mucho que ver con hacer frente a esas cosas que nos mantienen en la esclavitud de las cuales debemos arrepentirnos. Esto también incluye nuestro deseo de cambio, porque fracasamos en amar a los demás al arrojar indebidamente nuestro estrés sobre ellos y les oprimir por la forma en que les tratamos.

El gran deseo y propósito de Dios a través de esta última fase del fin de los tiempos, que ahora tenemos ante nosotros, es un mayor cumplimento de este versículo sobre todo el mundo. Dios va a liberar este mundo de la esclavitud, de la carga, y de la maldad de los caminos del hombre y lo llevará a una nueva era de paz, de verdad y de justicia con el reinado de Cristo en la tierra. El hombre no va a elegir espontáneamente humillarse ante Dios a fin de que pueda experimentar tales bendiciones en su vida. Por eso Dios está interviniendo y humillando a la humanidad, para que Él pueda dar estas bendiciones a todos los que vivirán en el período milenario. ¡Qué paradoja! Sin embargo, esto revelará plenamente el tipo de amor, misericordia y gran paciencia que Dios ha ejercido para con todos nosotros.

La Iglesia de Dios ha recorrido un largo camino, sobre todo en los últimos cuatro años. El circulo ahora está completo, con el fin de cumplir más perfectamente un propósito que Dios ha inspirado mediante la razón por la cual Su Iglesia se ha humillado con ese ayuno que comenzó hace cuatro años. La analogía espiritual de lo que Ester y los judíos hicieron en su tiempo, con un ayuno de tres días, es exactamente lo que Dios ha inspirado a Su Iglesia a hacer, con un propósito muy específico, que comenzó con ese ayuno de dos días, en enero de 2009. Ahora bien, esta semana, un tercer día ha sido añadido a ese ayuno, para que se cumpla la analogía espiritual del ayuno de Ester, clamando por la liberación de este mundo.