Ronald Weinland

UN NUEVO AÑO

Cuando la Iglesia de Dios entró en este día profético, el año del Eterno, en el día de Pentecostés de 2012, el día de Pentecostés de 2013 parecía muy lejano. Nuestro corazón estaba preparado para el regreso de Cristo, que iría ocurrir el 27 de mayo de 2012, pero eso no ha pasado. Entonces Dios, de manera misericordiosa y rápida, reveló que Su Hijo no regresaría hasta el siguiente día de Pentecostés, el 19 de mayo de 2013.

Dios reveló que en el día 27 de mayo no habíamos entrado en el último día físico del autogobierno del hombre, como creíamos que iba a pasar, pero que habíamos entrado en el último día profético del autogobierno del hombre. Habíamos entrado en el día que es bíblicamente conocido como el “Día del Señor”, que es el “Día de la ejecución de la sentencia del Eterno (YAHWEH)” sobre la humanidad, al final de 6.000 años, justo antes del regreso de Su Hijo como Rey de los reyes.

El tiempo ha pasado rápidamente y ahora nos encontramos en un nuevo año. Observaremos el Pésaj (Pascua) en sólo unos pocos días, en este primer mes del calendario de Dios. Creemos que hemos entrado en el año más dramático, dinámico y que produce más cambios en nuestras vidas, de todos los tiempos. Por eso, es también oportuno que Dios ahora nos esté revelando que Su sacrifico del Pésaj (Pascua) para la humanidad es el fundamento de todo lo que Él está realizando. Con la celebración de este año, Dios nos está dando un enfoque más nítido y una visión más profunda del momento y propósito de los acontecimientos que tendrán lugar entre el Pésaj y el Pentecostés.

La Ejecución del Juicio de Dios
El día de Pentecostés hemos aprendido que Cristo no había regresado todavía porque habíamos entrado en un día profético en el que el juicio de Dios está siendo ejecutado. Este juicio no será ejecutado durante todo ese día, pero en ese día.

Antes que el Milenio pueda ser establecido, la humanidad debe primero enfrentar el juicio de Dios sobre ella, por haberle rechazado en los últimos 6.000 años. Ese rechazo es ampliado aún más por el rechazo del hombre a Su propio Hijo y por que el mundo ha sentenciado a Jesús Cristo a la muerte. La humanidad ha matado al Hijo de Dios, que murió a eso de las 3 de la tarde en el día del Pésaj. Los gobiernos del mundo y sus lideres son culpables de la muerte del Cordero del Pésaj.

Cristo anunció este acontecimiento en la parábola de Mateo 21:33. Esa parábola describe un rico terrateniente que plantó una viña, disponiendo y equipando todo para la producción de vino. Una vez que todo estaba completamente preparado para la producción, el propietario ha arrendado toda la propiedad a los agricultores (labradores), que deberían reembolsarle sólo una pequeña parte de la cosecha. Después de que todo fue confiado a los agricultores, el dueño se mudó a un país lejano. Él envió a sus siervos periódicamente para inspeccionar la propiedad y la producción, pero aquellos a quienes ha confiado y arrendado la propiedad, maltrataron a todos los siervos que él había enviado, golpeando y apedreando a algunos y matando a otros. Y así fue por algún tiempo, hasta que el dueño finalmente les envió a su propio hijo, ya que creía que al menos a él tratarían con respeto, a pesar de que no lo habían hecho con cualquiera de sus siervos. Sin embargo, cuando vino el hijo los agricultores decidieron quedarse con todo. Y puesto que el hijo era el único heredero, lo mataron.

Esta parábola ilustra la manera que este mundo siempre ha tratado a los siervos de Dios y también a Su propio Hijo. Después de contar esta parábola, Jesús hizo una pregunta que revela la reacción justa a este mundo.

“Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo. Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?” (Mateo 21:40-42)

En efecto, seria un juicio justo sobre la humanidad si la sentencia de Dios fuese ejecutada en el momento que corresponda con la hora de la muerte de Su Hijo en el día del Pésaj. Nosotros, la Iglesia de Dios, estamos vigilantes (tanto física como espiritualmente), sabiendo que Dios nos ha concedido una gran bendición en poder observar este Pésaj y los Días de los Panes sin Levadura. Durante la celebración de estos días, comienza la cuenta atrás para que la “piedra que ha venido a ser cabeza del ángulo”, sea puesta en su sitio, cuando Jesús Cristo sea establecido como Rey de reyes sobre este mundo.

Todo sucede en el tiempo de Dios
El tiempo pronto revelará si Dios ahora traerá tal juicio sobre el mundo dentro de este período entre el Pésaj y el Pentecostés o si hay algo más que debemos aprender y que aún no nos ha sido revelado. Si todavía no tenemos una imagen completamente definida del momento de estos acontecimientos del tiempo del fin, entonces vamos nos humillar ante Dios y trataremos de aprender lo que aún no sabemos. El pueblo de Dios no puede ver más de lo que Dios nos revela, ¡y Dios ya nos ha revelado mucho!

Pero a partir de ahora, seguimos adelante con audacia, conscientes de la riqueza que Dios ha derramado sobre nosotros. Sin embargo, no estamos tan llenos de orgullo o arrogancia como para creer que somos perfectos o que hemos sido completamente perfeccionados. No obstante, debemos estar llenos de osadía y confianza de espíritu de que Dios nos seguirá guiando como Él siempre poderosamente ha estado haciendo en los últimos años, desde que Él restableció Su Iglesia que se había dispersado.

Uno sólo tiene que echar un vistazo a los acontecimientos y a la situación en el mundo para ver (discernir) que el verano está muy cerca, como en la analogía de Cristo. Corea del Norte e Irán avanzan rápidamente, instigando al mundo a una guerra nuclear. Rusia y China están decididos a destruir el petrodólar. Poseen conjuntamente suficiente oro como para dar un vuelco total en la economía mundial. Hay numerosos escenarios que presagian el colapso del dólar de EE.UU. Esto es sólo una pequeña muestra de las señales, que fácilmente podemos reconocer, del inminente regreso de Cristo. En efecto, el mundo está enfrentando cambios muy importantes, que llevan a un completo colapso económico global y una (nuclear) Tercera Guerra Mundial. Todo es una cuestión de tiempo. ¡El tiempo de Dios!

Pésaj
La Iglesia de Dios sigue adelante, en la “presente verdad”, con osadía de espíritu. Pida a Dios que Él le conceda más de ese espíritu y fuerza de voluntad para seguir en la lucha, avanzando siempre, sin echarse miedosamente hacia atrás.

Este Pésaj que vamos a celebrar dentro de unos días es un gran Pésaj. Debemos examinar honestamente a nosotros mismos en espíritu, con respecto a cómo estamos viviendo, llevando el nombre de Dios en nuestras vidas, como parte de la Iglesia de Dios. En este mismo espíritu de autoexamen, debemos también mirar de cerca nuestras relaciones con los demás y sobre todo con Dios y nuestro Sumo Sacerdote, Jesús Cristo. Más que nunca, debemos estar profundamente inspirados y motivados en nuestro deseo de demostrar nuestra gran gratitud, respeto, admiración y amor a Jesús Cristo, por todo lo que él ha sacrificado para darnos todo lo que tenemos en la Iglesia de Dios.

Esta temporada, más que cualquier otra que usted ya haya observado alguna vez, debe ser dirigida a expresar y “vivir” un gran honor a su sacrifico del Pésaj, su hermano mayor, y el Rey que viene pronto. Somos parte (partícipes) de algo mucho más grande de lo que podemos comprender, pero debemos tratar de entender y honrar a nuestro Padre por lo que nos ha sido revelado.

¡Dios está manteniendo Su Iglesia de pie! Como uno de los siervos de Dios declaró recientemente (no exactamente con estas mismas palabras), nos ha sido dicho que Dios mantendría Su Iglesia de pie en este día profético y este siervo de Dios se dio cuenta de que esto es precisamente lo que estamos siendo bendecidos en poder hacer: permanecer firmes. El hecho de que estamos siendo mantenidos de pie tendrá un significado mucho mayor, ya que también está a punto de ser magnificado muchas veces.

Prepárese para este Pésaj más que en cualquier otro momento del pasado. Ore más. Examínese a si mismo más a fondo delante de Dios. Trate de acercarse a Dios y a Cristo Jesús. Como ya he dicho antes, esto no es algo que sucede automáticamente, usted tiene que hacer que suceda. Haga de este el más significativo Pésaj que usted ya haya observado nunca. Haga de este un Pésaj muy íntimo entre usted y Dios, en honor a Su Hijo.