Ronald Weinland

DE PENTECOSTÉS A PENTECOSTÉS TODAVÍA

Puesto que Dios ha revelado que todavía no ha llegado el momento para el regreso de Su hijo, hay algunas secciones en nuestros sitios web que deben ser actualizadas para ensenar o aclarar lo que Dios está revelando.

Cuando empecé a re-escribir algunas de estas secciones, con la finalidad de explicar más a fondo algunos asuntos que deben ser abordados, se me ocurrió que primero debería escribir una entrada. En la presente entrada vamos abordar algunas de las cuestiones que se abordarán mas tarde en nuestros sitios web, pero eso tendrá que esperar un poco, ya que lo más importante es que la Iglesia reciba esta información sin tener que buscarla en uno de nuestros sitios web. Este artículo también es muy oportuno en este día de Pentecostés.

Usted ciertamente se emocionará con la explicación que daremos sobre muchos de estos temas, ya que el hecho de que Dios esté revelando más a nosotros es el resultado de todo lo que hemos experimentado (de lo que hemos sido testigo). A medida que avanzamos con la explicación de lo que Dios ahora está aclarando, trate de considerar cómo Dios ha usado nuestra(s) experiencia(s) para nos hacer entender más a fondo por qué y cómo hemos sido moldeados de la manera que lo hemos sido. La experiencia puede ser una increíblemente poderosa herramienta de aprendizaje y Dios está usando esto para revelar una mayor comprensión. Este proceso, que en circunstancias normales habría tomado muchos años y que ahora ha sido drásticamente acelerado, ha resultado en una gran comprensión, basada en un profundo conocimiento espiritual y una mayor medida de fe.

Siempre hay los que encuentran fallas y tratan de desacreditar a los siervos de Dios, y, sin duda, algunos también estarán hablando tontamente de su comprensión equivocada sobre el “nadie sabe el día ni la hora” del regreso de Cristo. Estas personas todavía siguen equivocadas. Hasta el presente momento Dios no me ha dado un año específico para anunciar, pero lo hará. Sin embargo, para la Iglesia, Él ni siquiera necesita dar esa fecha ahora, porque la Iglesia sabrá con antelación cuando Cristo volverá – el “día” y la “hora” exactos – a causa de las verdades que Dios ha revelado a la Iglesia .

Alguien ha dicho recientemente: “¿Pero, por qué él (yo) tiene que fijar fechas?”. La respuesta simple es que eso ha sido la voluntad de Dios. Toda la profecía se cumplirá, pero también puede cambiar a lo largo del camino, tanto en lo que se refiere al momento del cumplimento como a lo que se refiere a la magnitud de los acontecimientos, si Dios revela que Él ha cambiado eso o que toda la verdad en cuestión aún no ha sido revelada. No todo lo que Dios ha dicho, en lo que se refiere a la profecía para el futuro, es inmutable, porque Dios puede cambiar de parecer, y lo hace. Y cuando Dios lo hace, Él también lo revela a Sus profetas y a través de ellos.

Hay relatos bíblicos de personas que han orado y ayunado delante de Dios, con el fin de buscar a Dios y pedirle que cambiase un acontecimiento que iba a suceder (profecía). Isaías dijo a Ezequías que él debería poner orden en sus asuntos, porque estaba a punto de morir. Después que Ezequías buscara a Dios en oración, Dios le dijo a Isaías para volver a Ezequías y decirle que se le darían 15 años más de vida. Sin embargo, como podemos leer más adelante, Ezequías no estuvo a la altura de lo que Dios le había revelado. En cambio, el corazón de Ezequías se llenó con orgullo y Dios entonces envió los profetas Isaías y Miqueas para hablarle de la destrucción que Él iba a traer sobre Judá y Jerusalén.

“Pero después de haberse enaltecido, Ezequías se humilló, y con él los habitantes de Jerusalén, y mientras Ezequías estuvo con vida, la ira del Señor no vino sobre ellos”. (2 Crónicas 32:26).

Otro relato muy conocido es el de Jonás, quien fue enviado a Nínive para decir al pueblo que Dios iba a destruir la ciudad dentro de 40 días, a causa de su maldad. Pero el pueblo se arrepintió y ayunó ante Dios.

“Y al ver Dios lo que hicieron, y que se habían apartado de su mal camino, también él se arrepintió de hacerles el daño que les había anunciado, y desistió de hacerlo.” (Jonás 3:10).

Delante de la manera como Dios moldea y forma Su vida dentro de los que lo desean y se someten a ese proceso, ¿quién se atreve a presentarse ante el Dios Eterno y decirle lo que puede o no puede revelar a Su propia Iglesia? ¿Puede Dios cambiar algo de lo que ha dicho a través de Sus profetas? Siempre que Dios cambie algo, o revele un propósito específico, o una mayor verdad en lo tocante a cualquier asunto, especialmente acerca de la profecía, Él lo revelará a través de Sus apóstoles y/o profetas. Así es exactamente como Dios siempre ha dirigido y trabajado con Su Iglesia. La Verdad, sin embargo, nunca cambia, pero se aclara y es engrandecida para el pueblo de Dios, mientras Él conduce a Su pueblo para cada vez más lejos del error y en una mayor unidad y conformidad con Su palabra – Su Verdad.

Habiendo dicho todo esto, si el año exacto del regreso de Cristo no nos es revelado con antelación, eso con toda seguridad se conocerá una vez que los acontecimientos de la Segunda Trompeta empiecen a manifestarse ante los ojos de todo el mundo. Entonces, el día y la hora exactos serán revelados por Dios, a través de dos grandes verdades en lo tocante a este asunto. La primera de estas verdades es que Cristo volverá en el día de Pentecostés. Así que, la Iglesia de Dios sigue adelante, tal como lo hicimos el año pasado, de Pentecostés a Pentecostés.

La segunda gran verdad sobre este asunto, que será abordada con más detalles en esta entrada, es que hay dos períodos de tiempo con el mismo nombre de “El Día del Señor”. Nosotros, como Iglesia de Dios, acabamos de pasar por el primero de estos días, y el que le sigue es aquel en el que los acontecimientos de la Segunda Trompeta se manifestarán físicamente. Y ese segundo “Día del Señor” terminará cuando suene la Séptima Trompeta, en el comienzo del día de Pentecostés. Eso pasará de acuerdo con el huso horario de Jerusalén, y no sólo el día, pero también la hora y el minuto exactos, serán revelados con antelación.

El proceso de sellar los 144.000
Como resultado de todo lo que hemos vivido en este último año, Dios está aclarando más sobre el recuento de los 1.335 días en el libro de Daniel. Dios no podía haber revelado más de lo que nos ha sido dado previo a la Fiesta de las Trompetas, el 30 de septiembre de 2008, debido a lo que la Iglesia tendría primero que pasar por ello, en Su proceso de creación. En aquel entonces, Dios nos dio a conocer que el recuento y el proceso de sellar a los 144.000 había empezado en aquel día. Dios ahora nos está dando más. Ponga mucha atención a lo que usted va a leer en seguida, porque Dios ahora está aclarando mucho más sobre este asunto.

La Fiesta de las Trompetas del 2008 fue el día en que empezó el proceso de sellar a los que serian añadidos con el fin de completar el total de los 144.000, que volverán con Jesús Cristo para establecer el gobierno del Reino de Dios en la tierra. Los 144.000 reinarán con Jesús Cristo, y el reinado de Satanás dejará de existir sobre la tierra.

Este proceso de sellar a todos los que aún deberían ser añadidos con el fin de completar el total de 144.000, comenzó en esa Fiesta de las Trompetas del 2008, pero no ha sido concluido hasta el día de Pentecostés del 2012. Algunos recibieron el sello de Dios en ese día de la Fiesta de las Trompetas del 2008, mientras que otros han recibido el sello de Dios durante los siguientes 1.335 días, incluyendo el último día. Durante ese período de tiempo y en el período del “último testimonio”, algunos han sido puestos a prueba y testados para determinar quienes aún serian añadidos al número específico de los que reinarán con Cristo.

A lo largo de este periodo de tiempo, en el que las personas fueron juzgadas y probadas, algunos han recibido el sello de Dios, y sobre otros ha sido determinado que ellos iban a seguir viviendo (físicamente) en el Milenio, para continuar sirviendo a Dios. Sin embargo, sobre algunos de los que han sido juzgados ha sido determinado que no debían vivir en el Milenio, debido a su respuesta a Dios en lo que se refiere a estas pruebas. Estos estarán entre los 7.000 “que son mencionados por su nombre”, que no entrarán en esta nueva era, como se describe en el Apocalipsis.

Este período de 1.335 días terminó el día de Pentecostés del 2012. Ese fue un momento muy importante en el gran plan de Dios. Tan importante que nosotros (la Iglesia de Dios) habíamos creído que este sería el día del regreso de Cristo. Pero había aún mucho más que Dios iba a revelar y realizar. La Iglesia de Dios siempre ha creído que Jesús Cristo volvería al final de los 3 años y medio mencionados en el libro de Daniel y al final del tiempo correspondiente al testimonio de los dos testigos de Dios. Dios todavía no había revelado que habían más cosas que primero deben ser cumplidas, antes de la venida de Cristo.

El día de Pentecostés del 2012 fue sin duda un día memorable en el gran plan de Dios, por que este día ha revelado un proceso que ahora estaba concluido, en la primera gran fase de la “nueva creación” de Dios; la finalización de Su trabajo de preparación de 144.000 personas, durante un período de 6.000 años de tiempo. Todas estas personas, que han sido preparadas a lo largo de estos 6.000 años, ahora estaban listas para reinar en el Milenio. El libro de Daniel habla sobre la finalización de este proceso, sobre la preparación de todos los que reinarán con Cristo y que esperan, en la fe, por la promesa del Reino de Dios. En el día de Pentecostés del 2012, todos los 144.000 ya habían recibido el sello de Dios y el gobierno de Dios estaba listo gobernar en el Reino de Dios.

“Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.” (Daniel 12:12).

Sin embargo, antes de que el reinado de Cristo con los 144.000 pudiese empezar, habían otros dos grandes períodos de tiempo en el plan de Dios, que primero deberían se cumplir. Estos dos períodos de tiempo se conocen con el mismo nombre: “El Día del Señor”. Ambos son “días proféticos” que duran en realidad un año en su cumplimiento; y ambos abarcan un periodo de tiempo entre dos días de Pentecostés.

El primer “Día del Señor” empezó en el día de Pentecostés del 2012 (27 de mayo) y ha terminado en el día de Pentecostés del 2013 (19 de mayo). Este día profético es totalmente acerca de la Iglesia de Dios y no tiene nada que ver con el mundo. Nosotros (la Iglesia de Dios) habíamos creído al principio que este Día del Señor estaba relacionado con el mundo, lo que significaría que una vez terminado este día, Jesús Cristo regresaría. Creíamos que Cristo regresaría después de los 1.335 días de la profecía de Daniel y después del período correspondiente del “último testimonio” de los dos testigos de Dios. Pero en aquel día de Pentecostés (27 de mayo de 2012), Dios reveló a Su Iglesia que habíamos entrado en un nuevo período del tiempo profético llamado el “Día del Señor”.

En aquel momento, Dios no nos reveló la existencia de dos días proféticos distintos, ambos mencionados como El Día del Señor. Y como la Iglesia de Dios no tenía conocimiento de ningún otro día profético con el mismo nombre que estuviera relacionado con la Iglesia, creíamos que ese “Día del Señor” estaba relacionado con el mundo. Sabíamos que el “Día del Señor”, que iba a venir sobre este mundo se acabaría con el regreso de Cristo. Así que, la Iglesia de Dios ha creído que el Día profético del Señor, que duró del Pentecostés del 2012 hasta el Pentecostés del 2013, estaba relacionado con el juicio final de Dios sobre este mundo. Pero antes de que este “día”llegase al fin, Dios nos reveló que este especial Día del Señor estaba relacionado solamente con Su Iglesia y que el Día del Señor que está relacionado con el mundo, todavía está por venir. Es al final de este profético Día del Señor, que esta relacionado con este mundo, que Cristo volverá.

El “Día del Señor” para la Iglesia de Dios
El “día” que sigue a los 1.335 días de la profecía de Daniel es el primero de los dos días “proféticos”, que duran cada uno un año en el tiempo real. Este primer día, que tiene que ver con la Iglesia de Dios, también es mencionado en la profecía como el “año de retribuciones (retribución)” y como el “día de la venganza del Señor”. Sin embargo, estos mismos términos se utilizan con mucha frecuencia para referirse a la relación de Dios con este mundo y sólo en unos pocos casos para referirse a la relación de Dios con la Iglesia.

Debido a esto, el uso de estos términos son en realidad una espada de doble filo, en lo que se refiere al juicio de Dios en Su relación con el mundo y Su castigo, que es el resultado de ese juicio. En el caso del mundo, el Día del Señor tiene que ver con la retribución de Dios, Su venganza y Su ajuste de cuentas con una humanidad impenitente, que será ejecutado en ese mencionado año.

Estos mismos términos, aunque utilizados sólo un par de veces en este contexto, también están relacionados con la relación de Dios con Su Iglesia y Su juicio para recompensar y vengar a Su pueblo. La palabra traducida como recompensa significa retribución, como para pagar, en el sentido de “castigo” por el mal que se ha hecho, o en el sentido de “recompensa” por el bien que se ha hecho. En este caso, en lo que se refiere a la Iglesia de Dios, esto implica ambos sentidos, dependiendo de a quien se juzga.

En el “Día del Eterno” que estaba relacionado con la Iglesia de Dios, que ha durado del día de Pentecostés de 2012 hasta el día de Pentecostés de 2013, el juicio de Dios ha sido “ejecutado” sobre la Iglesia de Dios. En este caso, se trata sobre todo de “recompensar” a Su pueblo (esta recompensa puede ser recibida tanto ahora como en el futuro) por el bien que está siendo hecho (por Dios, en Su pueblo). Este período de la ejecución del juicio de Dios vino después de los 3 años y medio de testimonio que la Iglesia vivió, lo que refleja 6.000 años de la respuesta y la actitud del hombre hacia Dios. Esa respuesta espiritual a Dios se revela sobre todo en la manera como el mundo trata al propio pueblo de Dios. También debe tenerse en cuenta, como siempre lo ha sido a través del tiempo, que ni todos los que han sido llamados pueden permanecer firmes y que ni todos pueden soportar esos momentos de adversidad y hostilidad contra el pueblo de Dios. Algunos eligen el camino fácil, el camino del “yo”, en lugar de someterse a Dios, para vivir según Su modo de vida. Esa incapacidad para someterse continua y plenamente a Dios refleja la verdadera relación de uno con Dios, ya que es sólo permaneciendo en Él que podemos soportar todo eso.

Entonces, ¿cómo puede ser que este primer día profético ha sido una bendición y una recompensa para el pueblo de Dios? A los ojos del mundo y de Satanás, eso es irónico, pero es pasando por grandes pruebas y adversidades, y siendo refinados por el fuego que en realidad podemos crecer más rápido espiritualmente y ser probados y aprobados en una mayor fe (creciente). Hemos estado hablando de este proceso en las últimas entradas. Fuimos bendecidos y recompensados sobremanera, a causa de lo que vivimos durante el período de tiempo del testimonio y por que nos mantuvimos firmes en la verdad de Dios. Hemos sido enormemente fortalecidos y bendecidos (recompensados) con un carácter espiritual más firme, con más fuerza y más determinación, que están siendo moldeados (generados) en nosotros. Esta recompensa es distinta de la recompensa que Dios dará a Su pueblo, una vez que el Milenio sea establecido. Lo que Dios nos dará entonces es algo que está mucho más allá de lo que podemos imaginar ahora. Esas cosas (las recompensas futuras) ya han sido establecidas. Y nosotros las recibiremos, si simplemente seguimos firmes en la fe.

Hay un versículo que está medio escondido entre los versículos de las Escrituras acerca del juicio de Dios que vendrá sobre este mundo y el castigo que Él traerá. Este versículo tiene una dualidad en su cumplimento, porque uno de sus cumplimientos lleva a la realización del otro. Es una revelación progresiva, similar a las revelaciones dadas a Joel, que se trata del pleno cumplimiento del “Día del Señor”. Aunque se centren en el último día profético, que marca el comienzo de la era del Reino de Dios en la tierra, estos versículos de Joel también han sido mencionados el día de Pentecostés del año 31 DC, como siendo el cumplimiento parcial del comienzo del proceso que estaba siendo vivido en aquel momento, con el Espíritu de Dios siendo derramado sobre toda carne. El Espíritu de Dios todavía no estaba siendo derramado sobre toda la carne en aquellos momentos, pero esto, con el tiempo, llevaría a un proceso progresivo y continuo de la nueva creación de Dios – ELOHIM.

Este versículo de las Escrituras, que permaneció escondido y que es dual en su cumplimiento, está en el medio del libro de Isaías:

“Ciertamente ha llegado el día de la venganza del Señor; ¡ha llegado el año de darles su merecido a los que pelean contra Sión!” (Isaías 34:8).

Aunque este versículo ha sido citado en el pasado, él ha sido entonces sólo parcialmente comprendido. Pero Dios ahora nos está revelando su dualidad.

El “día” de la venganza del Señor es a la vez una simple declaración de que es llegado el “tiempo” para Dios vengar a Su pueblo, así como que ha llegado el momento para derramar Su venganza sobre el mundo por haber rechazado a Él y a Su pueblo. Este versículo habla de un año de venganza y se trata realmente de un año literal de venganza por Su Iglesia y por todo lo que ella ha tenido que pasar durante Su “último testimonio” para este mundo, sobre este mundo. También se trata de un año literal de venganza, que vendrá sobre este mundo. Ese año de venganza, que vendrá sobre el mundo, es la venganza de Dios por todo el mal que este mundo hizo, siempre rechazando a Dios, y es el resultado del juicio final de Dios, basado en 6.000 años de historia humana. Esto es ampliado en el juicio final, basado en el período de tiempo de 3 años y medio del último testimonio.

La Controversia de Sión
El juicio realizado (ejecutado) en la Iglesia de Dios, en el año de la retribución y de la venganza de Dios, se basa en los 3 años y medio del último testimonio, que el pueblo de Dios ha vivenciado. Se trata de la capacidad de Dios para crear a Sión y para habitar en Su pueblo, con el fin de nos transformar en ELOHIM. Esta es una batalla que hace mucho está siendo librada, desde que Satanás y el mundo de los demonios se rebelaron por la noticia sobre Sión – la futura creación de ELOHIM. La batalla sobre la controversia de Sión también ha sido librada con la humanidad, durante los últimos 6.000 años y ahora ha llegado al fin, al final de los 3 años y medio del último testimonio de Dios, que también incluye la finalización del proceso de sellar a los 144.000.

La secuencia de los eventos relacionados con la segunda venida de Cristo, la obra de Dios y Su propósito en hacer las cosas de la manera que Él las hace, ahora están más claros para el pueblo de Dios. Dios no podía revelar todo sobre la secuencia de estos acontecimientos de antemano, ya que entonces eso no habría producido los mismos resultados en lo que se refiere a nuestra transformación y la creación de una fe fuerte e indeleble, como lo ha hecho. Si hubiéramos sabido en el comienzo de los 1.335 días, lo qué ahora sabemos, eso no habría producido lo que produjo y la mayoría de nosotros no habría sobrevivido espiritualmente a este día. En cambio, el espíritu de Laodicea se habría despertado, ganando vida en medio del pueblo de Dios, y habría destruido la mayor parte de la Iglesia de Dios.

¿Qué es lo que sigue ahora? Hemos pasado por el período de los 3 años y medio del último testimonio de Dios, en el que se basa el juicio final de Dios sobre la Iglesia y sobre el mundo. Este juicio está siendo ejecutado con la venganza de Dios sobre Satanás y el mundo demoníaco. La capacidad de Dios para vengar se manifiesta a través de la verdad infalible, que se ha revelado a través del fracaso de Satanás en su intento de destruir a la Iglesia, durante el período de cinco meses, cuando se le dio poder para atormentar a la Iglesia de Dios. Esto también revela el gran poder de Dios para crear a ELOHIM en un momento de fuertes ataques del adversario, en esta controversia continúa sobre Sión. Esta fue también una victoria para vengar lo que Satanás había hecho durante la apostasía. La apostasía tuvo lugar en la Iglesia de Dios porque la Iglesia estaba debilitada por el pecado y no como un resultado directo del poder y la capacidad del propio Satanás para hacer eso. Este primer “Día del Señor” ha terminado en el día de Pentecostés del 2013.

Entonces, ¿cuál será el siguiente paso? El segundo (y último) “Día del Eterno” es el siguiente paso. Este será el tiempo de Dios para ejecutar Su juicio final, Su venganza y Su revancha en un mundo lleno de orgullo, y también para llevar cautivo a Satanás y el mundo de los demonios, durante 1.000 años.

“Porque el día del Señor de los ejércitos vendrá contra todos los soberbios y altivos; contra todos los que se enaltecen, los cuales serán humillados.” (Isaías 2:12).

Como se mencionó antes, esperamos por la manifestación física de la Segunda Trompeta, que revelará ese momento final. Dios nos ha dado fechas muy importantes en el tiempo profético (aunque no hemos sido capaces de comprender eso antes de que los acontecimientos tuviesen lugar), y cada una de ellas ha sido profética en el cumplimiento del establecimiento de Su Reino, para reinar en esta tierra y en el cumplimiento del día del regreso de Cristo.

A medida que avanzamos, Dios continuará revelando más a nosotros. Él magnifica y aclara lo que está realizando en, y a través, de nuestras vidas. Así como ya hemos dicho parcialmente en la presente entrada, no hay necesidad de que Dios nos revele ahora el “año” de la venida de Cristo. Nosotros ya sabemos el día y la hora y podemos incluso saber el año. Pero tal y como pasó en el principio, cuando no ha sido revelado quien era el segundo testigo de Dios antes de empezar el período del “último testimonio”, esto tampoco debe ser revelado ahora. La mayoría de las personas en la Iglesia sabía quién era el segundo testigo porque Dios lo había revelado claramente a ellas, mediante los sermones que han sido inspirados por Su Espíritu.

Dentro de poco Dios revelará con más detalles por qué Él no está revelando el “año” del regreso de Cristo, una vez que el pleito de Sión todavía se está librando. La Iglesia de Dios sigue adelante, seguimos de Pentecostés a Pentecostés.