Ronald Weinland

LA VERDADERA COMUNIÓN – 9° PARTE

Inserción: Antes de continuar con la presente serie de entradas, sería bueno hacer una “inserción”, para enlazar algunos puntos importantes sobre el porqué esta serie de entradas se está haciendo cada vez más larga. Esta inserción también refleja lo importante que es para Dios todo lo que Él está revelando a Su Iglesia en este momento; y también nos ayuda a entender el porqué esto es así.

Este tema está siendo edificado sobre la base de aquello en torno del que gira todo el propósito, el plan y la creación de Dios – ELOHIM. Ahora, justo antes de que Jesús Cristo sea enviado de vuelta en su papel como el Mesías, Dios está aclarando y magnificando más cosas sobre Su Familia. Esto también tiene mucho que ver con un resonar más fuerte del Séptimo Trueno.

En realidad, estamos construyendo sobre algo que prácticamente se ha perdido, y que ha sido ignorado en los Diez Mandamientos; aunque siempre ha estado ahí, a la vista (físicamente). Lo que ha sido completamente ignorado es la primera frase del Primer Mandamiento.

“Yo soy el SEÑOR (YAHWEH) tu Dios (ELOHIM –familia), que te saqué de la tierra de Egipto, de casa (del hebreo: hogar, familia) de siervos. No tendrás otros dioses (elohim) delante de mí.” (Éxodos 20:2-3)

¡El SEÑOR Dios es nuestra familia! La Iglesia es formada por los que son engendrados por Él en esta familia; y Dios desea que nosotros seamos fieles a Él y a Su familia (la Iglesia) por encima de todas las cosas. No hacer esto es transgredir el Primer Mandamiento. Si nuestra relación con los de esta Familia no es honesta/no está bien, entonces estamos poniendo algo que nosotros consideramos como más importante, (sea lo que sea) por encima de ello. Y esto es idolatría. En este mundo, especialmente en este tiempo del fin, con la gran tecnología y la comunicación que permite a las personas inmiscuirse en la vida de los demás (es decir, Internet, Facebook, games, blogs, twitter, etc.), uno puede traicionar a los hermanos y difundir información, verdadera y falsa, con gran facilidad y con gran rapidez.

Es muy fácil contar cosas sobre un otro miembro del Cuerpo sin mencionar todos los hechos – toda la verdad sobre el asunto. Mismo cuando usted cuenta a personas ajenas al Cuerpo (a un ex miembro o a alguien en el mundo) algo que sea totalmente cierto, eso no significa que deba ser comunicado a los demás; especialmente a los que han abandonado la comunión, o han sido formalmente excluidos de la Iglesia. Hay muchas personas hoy en día que “se alimentan” perversamente de toda la información que puedan conseguir, para después contárselo a los demás de una manera retorcida y negativa.

Tales personas, que se “alimentan” de informaciones sobre la Iglesia, no son sólo ex miembros, sino que a menudo se trata de familiares u otras personas que aún son consideradas como “amigos” (algo que es realmente cuestionable), y que juntan cada pequeño bocado de información que pueden conseguir (o arrancar) con el fin de “contárselo” a otros que también están deseosos por “alimentarse” de información sobre la Iglesia.

Cuando Cristo habló a los discípulos acerca de los acontecimientos que conducirían a Su venida, Él describió un período de tiempo para la Iglesia en el que ella sería considerada como estando “muerta” por aquellos que la han odiado. En estos momentos nosotros nos encontramos en ese específico período de tiempo. En la descripción profética de cómo la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, sería considerada y tratada antes de la última fase de los acontecimientos del tiempo del fin, Cristo dijo que: “Donde esté el cadáver (del griego: cuerpo muerto), allí se juntan los buitres.” (Mateo 24:28). Esto describe bien (espiritualmente) a los que tratan de alimentarse de información sobre el Cuerpo de Cristo, tratando de acopiar toda la información que puedan arrancar de uno (como los buitres), con el fin de consumirlo de una manera pervertida, asquerosa y apestosa.

Cualquier persona en la Iglesia de Dios que pasa a otros CUALQUIER información sobre alguien en el Cuerpo, (aunque pueda parecer algo totalmente inocente) es necia. Y al hacer esto, muy a menudo, estas personas están siendo infieles y displicentes en su tarea de defender y proteger a la Familia de Dios. Ser así de necio e irresponsable puede fácilmente llevar a uno a transgredir el Primer Mandamiento y a separarse de Dios espiritualmente; mismo que todavía pueda seguir estando físicamente en la Iglesia. En los primeros siglos de la Iglesia, e incluso más tarde, la difusión de información acerca de las personas en la Iglesia ha resultado en la muerte literal de las mismas. Vivimos en un momento grave en este tiempo del fin, y la necesidad de tomar en serio el deber hacia los demás, como parte de nuestro llamado, no debe ser descuidada, ni en lo que escribimos ni en lo que hablamos. Porque esto puede significar para uno ser totalmente separado de Dios. Así de importante es la verdadera comunión para Dios.

Hemos abordado todas estas cosas, en esta inserción, a fin de ayudar a magnificar la importancia espiritual de lo que Dios nos da. Si usted puede entender lo que acaba de ser abordado, entonces usted podrá aprender “cómo” juzgar a muchas de las cuestiones que aún serán abordadas hacia el final de esta serie de entradas, una vez que lleguemos allí.

Ahora vamos a continuar donde lo hemos dejado en la 8ª parte, sobre lo que Dios nos ha dado por medio de Pablo en relación a la frase: “para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”. Es importante entender el propósito de Dios para la mayoría de los que Él ha excluido de la Iglesia, y también hay que entender el amor de Dios hacia estas personas (demostrado en la realización y en la administración de los caminos de Dios).

La Mente Compuesta de Espíritu (el espíritu que hay en la mente del hombre)
Aunque una parte de los conocimientos que ahora vamos abordar ya han sido dados a la Iglesia de Dios en los últimos años, hay muchas más cosas que están siendo añadidas a esto, ahora que Dios nos está dando más conocimiento sobre la manera cómo Él está creando a ELOHIM.

Para poder seguir edificando sobre lo que Dios ha dado a Su Iglesia, es necesario comenzar desde el principio. Los ángeles fueron creados a partir de esencia espiritual – ellos son compuestos totalmente de espíritu. Ellos no fueron creados para ser como robots en su naturaleza, no han sido programados para dar respuestas instintivas a las diversas situaciones de la vida. Así como el hombre tampoco fue creado de tal manera. Los ángeles han sido creados como agentes morales libres. Pero a diferencia de los seres humanos, ellos eran completamente espíritu en su composición; incluyendo la composición de su mente.

También es muy importante entender que aunque los ángeles sean compuestos completamente de espíritu, ellos no tienen el espíritu santo de Dios – Su mente, o el Verbo (logos). Dios no “habita en” ellos a través de Su espíritu santo como habita en aquellos seres humanos que son engendrados de Él.

Desde el principio el reino angélico conocía únicamente el camino de vida de Dios. Ellos fueron creados en unidad y en completa armonía con Dios. Ellos no conocían otro camino, y se regocijaban en todo lo que Dios compartía con ellos y les enseñaba. Nosotros sabemos bien lo que pasó entonces. Lucifer, uno de los tres arcángeles, decidió (eligió libremente) oponerse a Dios, determinando por sí mismo que él no estaba de acuerdo con todo el propósito, con el plan, y con la única y verdadera forma de vida de Dios. Lucifer se apartó de Dios y de Su camino; y abrazó “su propio camino de orgullo, celos, envidia, lujuria, codicia, mentira, odio, etc.. Un camino que es totalmente opuesto a Dios – en contra de Dios. Lucifer se tornó entonces conocido como Satanás, el Diablo – el adversario de Dios.

Cuando Lucifer tomó la decisión de oponerse a la palabra de Dios, su mente, que es compuesta de espíritu, se corrompió y quedó contaminada. Esto es exactamente lo que Dios le dijo sobre su pecado.

“Era tanta tu hermosura que tu corazón (el más recóndito de su ser, aquello que refleja su voluntad y propósito) se envaneció (él atribuyó a si mismo el mérito por la grandeza que Dios le había dado, en orgullo). Por causa de tu esplendor corrompiste (del hebreo: arruinar, destruir) tu sabiduría (la mente que Dios le había dado).” (Ezequiel 28:17).

Después que Satanás ha infectado (ha dañado, ha empezado a destruir) su propia mente (pensamiento y razonamiento) al elegir por oponerse a Dios – a través del pecado – su mente, que es compuesta de espíritu, se quedó “permanentemente establecida” en su propio camino (manera) de vida. Se volvió para siempre opuesta a Dios, al igual que todos los ángeles que lo siguieron y se convirtieron en demonios. Satanás ha destruido (ha corrompido totalmente) lo que Dios le había dado. Y nada puede cambiar ese tipo de corrupción en una “mente compuesta de espíritu”. Esta ha sido la libre elección del propio Satanás. Él no quería los caminos de Dios – para siempre. Cuando “mentes que son totalmente compuestas de espíritu” pecan (hacen la elección de oponerse a Dios), ya no hay un camino de vuelta, tampoco el deseo o la voluntad de revertir la situación. La mente se queda “establecida” en algún otro camino del propio razonamiento de uno, pero jamás volverá a los verdaderos caminos de Dios – jamás volverá a estar de acuerdo con Dios.

Esto a veces es para algunos algo difícil de aceptar o entender, porque la mente del ser humano ha sido creada de manera diferente. Dios ha creado el ser humano de una manera diferente para un propósito diferente – para que Él, a partir del ser humano, pueda crear a ELOHIM. La mente humana se compone de un cerebro físico, con una esencia espiritual en ella – “el espíritu que hay en el hombre”. A eso se refería Pablo cuando preguntó: “Porque ¿quién de entre los hombres puede saber (entender, ver) las cosas del hombre (el mundo físico a su alrededor), sino (excepto por) el espíritu del hombre que está en él? Así mismo, nadie conoce las cosas de Dios (todo lo espiritual), sino (por) el espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11).

Debido a que la mente humana ha sido creada con un componente físico (el cerebro), junto con un componente espiritual (el espíritu que hay en el hombre), esta esencia espiritual que hay en la mente del ser humano tiene el potencial de ser transformada en algo nuevo (una nueva creación) – algo diferente de lo que era antes de que una persona fuese engendrada. Esto es precisamente lo que Pablo explicó acerca de los que están en Cristo (aquellos que son engendrados del espíritu de Dios): “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es (del griego – creación).” ( 2 Corintios 5:17).

El “espíritu que hay en el hombre” puede ser cambiado (transformado) en algo diferente. Esta esencia espiritual que hay en la mente humana no está “fijada”, pero tiene el potencial de ser cambiada en su pensamiento y propósito, de algo que antes del engendramiento sólo está motivado por el egoísmo, por el obtener y por el orgullo. Tal cambio sólo puede ocurrir por la libre elección, una vez que Dios llama a una persona, le ofrece el arrepentimiento del pecado y el perdón. Y luego, Él da el poder transformador de Su espíritu santo a todos los que han sido engendrados y que desean ardientemente esa ayuda, para que puedan cambiar.

Separados del Espíritu de Dios
Hay similitudes entre la mente humana engendrada, que se asemeja a un embrión espiritual, y el engendramiento de un embrión físico. Los dos se parecen porque ambos tienen una fase inicial de vida en la que aún no han nacido realmente, pero ambos pueden vivir (uno física y otro espiritualmente) gracias al alimento que es suministrado continuamente al embrión, proporcionándole medios para su desarrollo y crecimiento. En un embrión físico, el cordón umbilical transporta el alimento necesario hacia el feto a través de la sangre. En un embrión espiritual, Dios suple el alimento necesario para la “vida espiritual” (Su espíritu santo); y eso se logra gracias a la sangre de Cristo como nuestro Pésaj. Así que, hay similitudes en el diseño, pero diferencias en la función.

Hay también semejanza en la manera cómo el embrión está conectado por el cordón umbilical, ya que esto no sólo transporta alimento para el embrión, sino que también transporta los desechos hacia fuera. En un plano espiritual, cuando uno es alimentado espiritualmente, la sangre de Cristo lleva los residuos de aquello que uno rechaza, aquello que es perjudicial (dañino) y sin valor para el embrión. Es como Juan dijo, “… y la sangre de Jesús Cristo Su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7).

Sin embargo, hay una gran diferencia en la manera cómo se nutre este embrión. Un embrión humano debe tener un flujo continuo de sangre, a través del cordón umbilical, para que pueda recibir el alimento y desarrollarse, crecer y mantenerse en vida hasta el nacimiento real. Si el flujo de la sangre, a través del cordón umbilical, se corta, el feto cesará su desarrollo y será abortado. Pero el desarrollo y crecimiento de la “esencia espiritual engendrada” (el espíritu que hay en el hombre engendrado por el espíritu santo de Dios), no ocurre de la misma manera.

El flujo del espíritu de Dios puede disminuir e incluso cesar, pero la “esencia espiritual engendrada” (la parte engendrada del espíritu que hay en el hombre) no deja de existir como haría un feto humano, si se cortara el flujo de sangre. Sin un flujo continuo del espíritu de Dios hacia la porción engendrada del espíritu que hay en el hombre, ese tipo de feto espiritual entra en un estado de letargo, sin actividad y sin vida en ello. Esto es lo que pasa con alguien que ha sido totalmente (100%) separado del espíritu de Dios. Cuando esto ocurre, el espíritu que hay en el hombre vuelve a un estado en el que sólo tiene la capacidad de funcionar como antes del engendramiento, en un plano puramente físico, sin ninguna capacidad de “ver” o funcionar en un plano espiritual. Esa esencia espiritual (el espíritu que hay en el hombre) ahora posee un cierto conocimiento acerca de Dios y de la verdad, algo que no tenía antes de ser engendrado. Pero no puede entender ese conocimiento en un plano espiritual – sólo en un plano físico. Es por eso que algunas personas pueden, de alguna manera, continuar con la observancia del Sabbat en el séptimo día de la semana, seguir pagando el diezmo, seguir sin comer alimentos impuros, etc.; pero ya no entienden la verdad de Dios en un plano espiritual.

Hoy en día, gracias a la era de la informática en la que vivimos, nosotros podemos entender mejor algunos de estos conceptos. Podemos entender esto mucho mejor y más claramente ahora que en 1972, cuando Dios reveló por primera vez, a través del Sr. Herbert W. Armstrong, la función y la verdad en lo tocante a este “espíritu (esencia) que hay en el hombre”, que está conectado con el cerebro humano.

El “espíritu que hay en el hombre” es una esencia espiritual que no tiene vida propia. Debido a que esto es espiritual en su composición, esto no puede ser medido o visto por nada que sea físico. Esta esencia de espíritu otorga al ser humano la capacidad del aprendizaje, de la memoria, de la creatividad, del pensamiento individual (pensamiento y razonamiento), etc.; y esto hace con que la humanidad sea diferente del reino animal. El ser humano fue creado para ser un agente moral libre – libre para tomar decisiones individuales en la vida. Tal capacidad no existe en el reino animal, ya que los animales han sido “programados” por Dios para reaccionar instintivamente a las distintas situaciones en la vida. Y cada especie tiene características específicas, según Dios las ha creado.

Dios ha diseñado el cerebro humano, que es totalmente físico en su composición, de manera tan milagrosa, que este cerebro puede ser conectado a esta esencia de espíritu, haciendo de la mente humana algo totalmente único en toda Su creación. Dios ha diseñado y creado la mente de esta manera, para lograr algo aún más grande: la creación de ELOHIM.

Todo acerca de un individuo está almacenado y funciona en ese “espíritu que hay en el hombre”, algo que todo ser humano tiene en él. Todo lo que una persona ha vivido y aprendido (aunque sea incapaz de recordarlo todo) está almacenado en esta esencia espiritual. Sin embargo, la mente humana, el “espíritu que hay en el hombre, sólo puede manejar las cosas dentro de un mundo físico, en un plano físico. No hay ningún conocimiento, función, o visión espiritual.

Cuando una persona muere, entonces esta específica “esencia espiritual” (el espíritu que hay en el hombre) vuelve a Dios. Esto no contiene ninguna vida en sí, simplemente contiene “toda la información sobre una persona”; es un tipo de memoria de todo lo que la persona era. Esta misma esencia de espíritu, que es individual, será puesta nuevamente en un cuerpo humano cuando esa persona sea resucitada para vivir una segunda vez en una vida física, cuando la vida le sea dada otra vez en el Último Gran Día. Será la misma persona que murió a cientos o miles de años antes de que le sea dada la vida nuevamente, pero tendrá un cuerpo nuevo y totalmente sano, y en su cerebro tendrá el mismo “espíritu (esencia espiritual) que hay en el hombre” que tenía antes de su muerte. Ellos tendrán el mismo pensamiento, la misma mente, y serán la misma persona que antes.

El Espíritu Engendrado en “el Espíritu que hay en el Hombre”
Es en este “espíritu que hay en el hombre” que una persona puede ser engendrada por el espíritu santo de Dios, después de que esa persona es bautizada, después de haber recibido el perdón de sus pecados, y después de haber tenido la imposición de manos sobre ella. Es en este momento, cuando uno es engendrado del espíritu santo de Dios, que una “nueva mente” comienza a desarrollarse y a crecer dentro de este espíritu que hay en el hombre. Esta nueva parte de la “esencia espiritual” es un componente que es de naturaleza espiritual; se trata del “espíritu santo” de Dios. Por sí mismo, el espíritu que hay en el hombre sólo es capaz de tener interacciones físicas en la vida; pero este “espíritu engendrado”, la recién agregada esencia espiritual del espíritu santo, permite la interacción y la comunión espiritual; bien como la comprensión y el entendimiento espiritual.

Este nuevo componente “espiritual” (el espíritu santo) que es añadido al “espíritu que hay en el hombre”, al igual que el “espíritu que hay en el hombre”, no tiene vida en sí mismo. Sólo es capaz de funcionar cuando está en la mente de un individuo vivo. Pero la forma en la que Dios ha creado esto para funcionar (existir y trabajar) también es única, porque esto no puede funcionar por sí sólo en el individuo, a través de la propia capacidad de esa persona. Esta esencia espiritual (el engendramiento espiritual en el espíritu que hay en el hombre) sólo puede funcionar cuando está conectada a Dios y a Su Hijo, a través de un flujo continuo del espíritu santo de Dios hacia ella.

Es solamente a través de un continuo fluir del espíritu santo de Dios hacia el espíritu engendrado en el hombre que una transformación de la mente puede tener lugar y puede ser trabajada activamente. Es importante entender que el flujo del espíritu santo de Dios hacia el espíritu engendrado no es siempre lo mismo. Esto tiene mucho que ver con la respuesta de cada individuo (a través de la elección personal) a Dios. Esto es influenciado por la oración, por el ayuno, por leer o escuchar material espiritual, por la observancia del Sabbat, por el crecimiento espiritual, por la comunión, por la forma en que una persona vive en su vida cotidiana, por su actitud, por el pensamiento equivocado, por el pecado, por la pereza o el letargo espiritual, etc.

Esta porción engendrada del espíritu santo trabaja para unirse (crecer y desarrollarse), con el espíritu que hay en el hombre con el fin de cambiar (transformar) la mente; de una mente que sólo funciona físicamente (en un plano físico) a una mente que funciona espiritualmente, tanto en el plano físico como en el plano espiritual. Sin embargo, en todo esto, una mente así sólo puede funcionar en un plano espiritual si el espíritu santo de Dios está fluyendo en ella. Esta “nueva mente”, que está siendo creada por Dios, sólo puede desarrollarse, crecer realmente en un nivel espiritual, y funcionar activamente en un nivel espiritual, si estuviere conectada a un buen flujo del espíritu santo de Dios hacia ella.

Si alguien es cortado del todo del fluir del espíritu santo, entonces debemos entender que ya no hay ninguna actividad a nivel espiritual y que la porción engendrada del espíritu que hay en el hombre ya no está en funcionamiento. Está simplemente estancada del todo espiritualmente.

Esta variación en el fluir del espíritu santo tiene todo que ver con la posición de uno, espiritualmente hablando, en un determinado momento. Esto debería magnificar para cada uno de nosotros lo que Cristo dijo: “Porque sin mí nada podéis hacer (espiritualmente).” (Juan 15:5). Esta comprensión debería echar por tierra todas nuestras actitudes de orgullo espiritual; el orgullo espiritual que tenemos por pensar que el conocimiento y la comprensión espiritual vienen de nosotros mismos, alzándonos así por encima de los demás, por la manera en que pensamos sobre nosotros mismos (nos vemos) espiritualmente. Esto fue exactamente lo que hizo Satanás. Él se alzó en lo que él creía que era “su propia grandeza”, y no tenía un espíritu humilde, porque él ha fallado en reconocer, con absoluta convicción, que todo lo que él poseía venía de Dios. Mismo la Iglesia, durante la Era de Laodicea (después de la muerte del Sr. Herbert W. Armstrong ) se envaneció espiritualmente (creyéndose espiritualmente rica y enriquecida), y no comprendió que todo lo que tenía venía de Dios, y no de su propia grandeza espiritual.

La Creación de Dios
El contexto de lo que hemos estado abordando se refiere a lo que Pablo, inspirado por Dios, afirmó sobre cualquier persona que sea del todo (100%) separada de Dios y del fluir de Su espíritu santo en ella. Esta afirmación es la clave para entender la razón principal sobre “lo que es lo mejor” para cualquier individuo engendrado que es “totalmente” excluido de la presencia de Dios: “para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:5).

Las razones por las cuales las personas son excluidas de la comunión con Dios, con el fin de proteger, edificar, unificar, llevar a la moderación, y limpiar a la Iglesia, son cuestiones aparte, que ya han sido abordadas antes de que comenzáramos a centrarnos en este aspecto de “lo que es lo mejor” para el individuo que ha sido excluido de la comunión. Mismo cuando alguien debe ser excluido de la comunión, Dios revela que Él todavía tiene un plan, dentro del cual sigue existiendo la posibilidad de que esta persona sea salvada. Esto se basa en Su amor por la persona que ha sido excluida de la comunión. Esto implica “salvar al espíritu”. Pero, ¿qué significa esto? Esto significa que se trata de “salvar” a la nueva porción engendrada del espíritu santo de Dios en el espíritu (la esencia espiritual) que hay en el hombre, y que aún no está totalmente “fijada” (terminada, acabada, transformada).

Aunque algunas partes de este “entendimiento más reciente” han sido dadas en recientes sermones durante la Fiesta de los Tabernáculos, sería bueno repetir una parte de ello, y luego seguir edificando sobre esto.

Nosotros sabemos que en el principio Dios creó un reino espiritual, compuesto de esencia espiritual (de elementos espirituales), pero no de Su espíritu santo. De la misma manera que Dios más tarde creó un reino físico (el universo) compuesto de materia física (de elementos físicos). Nuestra mente puede comprender apenas una ínfima parte de algo como esto. Hay pasajes en las Escrituras que describen la creación espiritual, en su forma y apariencia. Más tarde Dios empezó a crear seres vivientes compuestos de espíritu – los ángeles. Ellos fueron creados a partir de esencia espiritual (de elementos espirituales), y sus mentes estaban compuestas de una esencia espiritual que les confería la capacidad del aprendizaje, de la memoria, de la creatividad, del pensamiento individual (pensamiento y razonamiento), etc.; pero sus mentes no estaban compuestas del espíritu santo de Dios y tampoco estaban conectadas a ello. Dios no “habitaba” y no “habita” en los ángeles como lo hace “en” aquellos que son engendrados de Su espíritu santo. De la misma manera que Dios ha creado los ángeles, en un reino espiritual, Él trajo a la existencia la vida física, compuesta de materia física, en el reino físico. Dios ha creado dentro de la mente del ser humano una parte de la esencia espiritual (compuesta de elemento espiritual, el espíritu que hay en el hombre) que está conectada al cerebro del hombre.

Ya hemos mencionado, con relación a los ángeles, que si ellos eligen por otro camino diferente al camino que Dios les ha mostrado (revelado), su mente se queda permanentemente “fijada” en contra de Dios. Así es como esto funciona en tales vidas creadas a partir de espíritu. Pero el propósito de Dios para la vida física que Él ha creado es muy diferente de Su propósito para la vida espiritual que Él ha creado. Su propósito es proporcionar los medios para que el “espíritu (la esencia) que hay en el hombre”, que está conectado a un cerebro humano físico, y que “aún no está totalmente establecido”, pueda ser cambiado (transformado) en espíritu, mediante un proceso de creación. Esta es la única manera para que ELOHIM pueda ser creado.

La mezcla del “espíritu que hay en el hombre” con el engendramiento del “espíritu santo de Dios”, es el comienzo literal de la creación de Dios en un plano espiritual. Esta creación no es algo instantáneo, sino más bien algo que requiere mucho tiempo; y también requiere la interacción (comunión espiritual) entre Dios y el individuo engendrado. Esta creación – la única en su clase – es el desarrollo de una mente espiritual que es “santa” en su naturaleza – totalmente proveniente de Dios y de Su mente, Su ser, Su palabra, dentro de la mente de la persona engendrada. Esto también acrecienta la comprensión de la creación única de “un Hijo” como parte del plan y propósito de Dios para crear a ELOHIM; el “Verbo” (el logos de Dios ) que se hizo carne. Hay muchas más cosas sobre esta impresionante maravilla (milagro) que será magnificada durante el Milenio, pero Dios ya nos ha dado mucho ahora – que son los bloques de la construcción de todo esto.

(Es necesario que cada uno de nosotros se esfuerce para digerir lo que hemos abordado en esta serie de entradas hasta el presente momento, antes de que podamos seguir edificando sobre lo que nos está siendo dado. Continuaremos con esto en la 10ª parte de esta serie de entradas.)