Ronald Weinland

A medida que seguimos acercándonos más al final de esta era, el mundo de los espíritus de Satanás y de los demonios está cada vez más alborotado. Esto está empezando a manifestarse en el entorno de la Iglesia, porque estos seres tratan de atacar al pueblo de Dios de todas las formas posibles. Y como no pueden atacarnos de manera más directa, y esto depende de nuestra relación con Dios, ellos tienden a atacar a otros, que a su vez pueden distraernos, causando confusión, sufrimiento, y dolor en nuestras vidas.

Aunque en los últimos años esto ha estado pasando una vez que otra, aquí y allí, ahora parece estar pasando más a menudo. Y las personas necesitan ser informadas sobre las medidas que ellas deben tomar en estos casos. Estos seres perversos buscan influenciar cada vez más, e incluso poseer parcial o totalmente, a los que están más cerca de nosotros, en una relación familiar o de trabajo.

Lo primero que hay que decir es que las personas que se esfuerzan para vivir según el camino de vida de Dios no tienen nada que temer de estos seres, en absoluto. Su influencia está dirigida a acosar y prender la atención de uno, inquietar la mente de uno con distracciones, llevando a uno a preocuparse más, y dar más importancia a estas cosas de lo que realmente merece. Desviando así el enfoque de uno de su relación con Dios, de la Iglesia, y del trabajo que tenemos delante de nosotros.

Y hay sin duda algunas cosas básicas que uno puede hacer cuando esta influencia comienza a interferir en su vida. Uno debe tratar de no perder su enfoque espiritual por centrarse demasiado en esas cosas. En lugar de eso, uno debe centrarse aún más en buscar a Dios en primer lugar, esforzando para acercarse cada vez más a Él. Estos seres se fortalecen por la atención y el interés dispensados a ellos. Y lo mejor que podemos hacer es ignorarlos, porque ellos no tienen importancia en nuestras vidas. Muy a menudo las personas dan más importancia a esto de la que merecen, y esto comienza a consumir sus vidas, porque no sólo dan demasiada atención a estos asuntos, pero también hablan con otros acerca de ellos. Y estos son asuntos privados. Claro que en tales casos es bueno hablar de esto con un ministro para recibir orientación, pero por lo demás, esto debe ser estrictamente ignorado y no hay que dar ninguna atención a esto, en absoluto. Y no debemos hacer esto por la misma razón que no debemos dar ninguna atención a los blogs y otra clase de publicaciones que hablan en contra de usted o de otras personas en la Iglesia de Dios.

Una importante herramienta que Dios nos ha dado, para aguzar nuestro enfoque y ayudarnos a construir una relación espiritual más fuerte con Él, es el ayuno. La realidad es que el mundo espiritual pervertido no puede soportar la presencia de Dios. Ellos no quieren estar demasiado cerca de donde Dios está. Cuanto más poderosa la presencia de Dios en nuestra vida, más estos seres huirán de nosotros. Es por eso que yo en el pasado también he dicho que incluso algo tan simple y básico como cantar himnos en voz alta les incomoda, porque a ellos no les gusta un ambiente así.

Una de las situaciones más difíciles de manejar es si nos enfrentamos a una prueba cuando la influencia de un espíritu pervertido comienza a trabajar a través de alguien que está cerca de nosotros. En estos casos es bueno, y oportuno, orar y ayunar por nuestra propia protección, y buscar la intervención de Dios en la vida del individuo que está bajo los ataques y la influencia de un espíritu inmundo. Dios protege a los que le buscan. Pero a veces Dios puede no intervenir, puede no impedir esos seres demoníacos de influenciar la vida de las personas. Esto generalmente pasa porque tales personas están dando lugar a esto en su vida, debido a sus pecados; y sobre todo debido al odio o los celos que ellas albergan hacia la Iglesia de Dios, hacia al pueblo de Dios y/o hacia usted. En tal caso, usted sabrá rápidamente si Dios va a intervenir, si Él va a reprender estos seres, o no. Y si no, hay decisiones que usted debe tomar y elecciones que usted debe hacer. Si tal influencia, y el individuo que está siendo influenciado, empieza a desviar su enfoque de Dios y de Su Iglesia, usted a lo mejor tendrá que decidir apartarse de esa influencia y/o de ese individuo (de su relación con esa persona).

Y si Dios no interviene rápidamente en estos asuntos, entonces usted debe decidir huir (haciendo lo que sea necesario para ello) de tal ambiente. Usted no puede “salvar” lo que Dios no tiene intención de salvar ahora. Y obviamente, la elección sobre qué hacer en tal situación es suya, y solamente suya.