Ronald Weinland

Entrada insertada – Cambios Regionales

Una carta ha sido enviada, o está siendo enviada, a las diferentes regiones de la Iglesia con el fin de actualizar la información sobre los miembros del ministerio y la específica región en la que sirven. En esta carta también explicamos algunos de los cambios que han tenido lugar en lo que se refiere a la reestructuración del ministerio y las razones para la misma. Esperamos que esta carta también sirva para esclarecer la forma en la que la Iglesia está organizada en lo que se refiere al gobierno de Dios, la actual estructura, y algunas de las obligaciones de las diferentes partes dentro de esa estructura.

El contenido de esta entrada, que está siendo insertada en nuestra actual serie de entradas Una Mayor Dedicación, es en realidad el contenido básico de la carta que ha sido enviada a las diferentes regiones. Estamos publicando esta información aquí para que aquellos que, por alguna razón, no reciban la mencionada carta puedan así tener acceso a la misma. Esta carta está siendo enviada a cada miembro por la persona responsable por la región donde viven. En todas las regiones hay una persona que es la responsable por esa región. Esto tiene que ver con la estructura organizacional y con el ejercicio del gobierno de Dios en esa región. Esto es agregado a los específicos deberes que corresponden a su nivel de ordenación. La función de estas personas dentro del gobierno de Dios varía, lo que significa que ellas tienen diferentes niveles de responsabilidades que corresponden a su específica ordenación. Por ejemplo, las regiones en los EE.UU. y Canadá están bajo la responsabilidad de sénior elders, ellos son los coordinadores. Sin embargo, en Nueva Zelanda y Australia, todos están bajo la responsabilidad de un sénior evangelista, y en Europa bajo la responsabilidad de un profeta.

Dentro de la actual estructura de la Iglesia, bajo la responsabilidad de Jesús Cristo, la Iglesia es liderada, administrada y gobernada por un equipo formado por dos personas, donde una de ellas es apóstol y profeta, y la otra es un profeta. La Iglesia sigue el modelo y estructura de gobierno que el apóstol Pablo describe en las Escrituras. Al igual que en las Eras de Filadelfia y Laodicea, en los tiempos de la Iglesia de Dios Universal, hay algunas funciones dentro de esa estructura que describen mejor cómo funciona la Iglesia hoy. Las principales funciones, de apóstol, profeta, y evangelista, no varían. Sin embargo, Dios ni siempre utiliza determinadas funciones (ordenaciones) durante determinados períodos de tiempo.

En la época de la Iglesia de Dios Universal no había la necesidad de la función de profeta en la obra de Dios. Pero desde la apostasía Dios ha estado restableciendo diversas funciones y responsabilidades a través de las cuales Él trabaja en Su ministerio. Y a partir de este año la función de pastor, y sus correspondientes responsabilidades, fue restablecida en la Iglesia.

Llegado a este punto, sería de gran utilidad e información explicar cómo funciona la estructura de gobierno de la Iglesia, el ministerio de Dios, hoy.

El Orden y La Estructura del Ministerio
El orden de las funciones enumeradas por Pablo empieza con la primera función bajo Jesús Cristo, que es la de apóstol. Y luego viene la de profeta.

La Iglesia tiene todavía mucho que aprender sobre la función de un profeta. Muchos parecen tener aún una comprensión muy limitada de esto, y tienden a pensar que todos los profetas profetizan sobre acontecimientos proféticos, o que ellos reciben directamente de Dios revelación de las profecías. A muchos de los antiguos profetas les fueran dadas profecías acerca de acontecimientos futuros, pero ellos no comprendían la mayor parte de las cosas que escribieron. Su comprensión de estas cosas era muy limitada, y a menudo tenía que ver con un “tipo” de cumplimiento de estas cosas en el tiempo en el que ellos vivían. Y aunque todas estas cosas hayan quedado registradas, su cumplimiento sólo tendría lugar en el futuro.

Sin embargo, la principal responsabilidad de la mayoría de estos conocidos profetas, y también de muchos otros profetas a través de los cuales Dios obró, era mostrar la visión espiritual en una amplia gama de asuntos, y explicar cómo funcionan los caminos de Dios a los que quisiera recibirlos. Y con los israelitas esto ha sido en un plano físico; ellos tenían que tratar de asuntos que eran físicos, pero que también eran de gran importancia espiritual. Los israelitas no tenían el espíritu de Dios habitando en ellos como la Iglesia (el Israel espiritual) tiene hoy.

Esto es algo que la Iglesia de ahora no debe olvidar. Aparte de mí, que soy apóstol y profeta a la vez, hay dos otros profetas a través de los cuales Dios está trabajando, y cuya función primordial dentro de Su Iglesia es la administración de Sus caminos. Les ha sido dado el discernimiento espiritual como profetas para comprender, y luego aplicar, la voluntad de Dios y de Jesús Cristo; primero al ministerio, y luego a toda la Iglesia.

Y dado que yo he sido temporalmente alejado de una forma “directa” de contacto y participación en lo que se refiere a la Iglesia, mi contacto y participación “indirectos” me han ayudado a ver cosas que de otra manera yo no hubiera sido capaz de ver y aprender en esta área específica de gobierno. Lo que quiero decir es que actualmente yo no me ocupo de la administración de la mayoría de los asuntos de la Iglesia, y que la comunicación con los miembros individuales y con los ministros no es directa, como en el pasado. En su lugar, yo le doy a los dos profetas mi aportación en lo tocante a la orientación, dirección, e instrucción que deben ser dadas a los hermanos cuando surge tal necesidad. Sin embargo, debido a mi participación indirecta en algunos asuntos de la Iglesia, y debido al hecho de que en tales casos la información viene directamente de una profetiza, de una mujer pues, y no directamente de mí, es mucho más fácil para mi ver algunas cosas que de otra manera no podría ver. Lo que he visto es que muy a menudo algunos son reacios a algo que viene de una mujer; mientras que estos mismos individuos jamás hubieran respondido a mí de la misma manera. Pero esto sigue siendo el mismo gobierno de Dios. Y además hay otros asuntos de los que ambos profetas se encargan, debido a la gran carga de trabajo que tienen, en los que Dios les da directamente la visión y el discernimiento necesarios para hacer frente a diversas situaciones que se presentan en la Iglesia. Y con base en algunas de las respuestas que ellas reciben, es evidente que muy a menudo hay reluctancia simplemente porque son mujeres.

La realidad es que Dios está revelando más plenamente la importancia de Su manera de gobernar y de la necesidad de que cada persona vea a Él y no sólo a un líder físico. Y que entonces uno se someta a Su gobierno, en lugar de resistirse a esto. Dios también está revelando los prejuicios y orgullo ocultos, al mismo tiempo que Él revela cual es el legítimo papel que le corresponde a la mujer en la familia y en Su Iglesia. Hay hombres, y mujeres también, que se resisten a esa revelación, y que por lo tanto se resisten a Su gobierno sobre ellos; gobierno éste que ahora también incluye a las mujeres. Dios está trayendo esto a la luz en la vida de cada persona, para que ellas pueden arrepentirse, si necesario, y comenzar a cambiar, para que así su manera de pensar pueda seguir siendo transformada.

Este proceso, donde Dios trae esto a la luz en la vida de un individuo que se resiste a Él, puede ser una experiencia muy dolorosa, porque uno tiene que hacer frente a esa realidad. Y eso duele porque el orgullo y el ego de uno sufren, hasta que son vencidos por la verdadera humildad. Y entonces uno empieza a someterse más plenamente a Dios, a estar más en conformidad con Dios.

Las series de sermones Responsabilidad Personal y Rebelión, y las recientes entradas se encajan perfectamente. Y esto es algo muy esclarecedor, edificante, aleccionador e inspirador, y que debe ser tomado con mucha seriedad y temor. Dios quiere que nosotros nos enfoquemos en estas cosas para que podamos llegar a ver la necesidad de ser mucho más plenamente dedicados a Él y al propósito que Él está cumpliendo en nuestras vidas en este momento en el tiempo.

Y continuando con lo de la estructura del gobierno de Dios en la Iglesia, después de la función de apóstol y de la función de profeta, viene la función de evangelista. El papel de un evangelista es ser el “apoyo principal” entre el trabajo del apóstol y de los profetas y el resto del ministerio y de la Iglesia. Su papel en esta “estructura de apoyo” es más directo y más reconocible dentro del Cuerpo de Cristo, y consiste en apoyar, proteger, enseñar, y explicar los asuntos administrativos, las doctrinas y las verdades que son dadas a través de los profetas y del apóstol de Dios.

Después de la función de evangelista está la de pastor. En la Era de Filadelfia (en la Iglesia de Dios Universal) hasta la Apostasía, las personas eran ordenadas como pastores en la Iglesia de Dios. Y sus responsabilidades consistían en gran parte en la predicación de sermones y en el cuidado de las necesidades de las grandes congregaciones de la Iglesia. En aquel entonces este papel era dado a los elders y pastores que predican, donde el rango de pastor era más alto que el de elders. El cuidado de las necesidades de una congregación generalmente abarcaba el contacto más directo con los demás en la forma de consejos, orientación (o corrección), pero también la predicación de sermones y estudios bíblicos. Aconsejar, orientar y/o intervenir en la vida de algunas personas era necesario en tiempos de tribulación, cuando había inquietudes o problemas entre los miembros o cuando uno demostraba mal comportamiento, cuando uno tenía problemas familiares o en otras áreas de la vida donde la intervención del ministerio era necesaria. Tal intervención en un plano más personal y en el contacto directo era necesaria para ayudar a crear una mayor unidad, paz, orden y unión dentro del Cuerpo de Cristo.

En el pasado, en las congregaciones locales, este papel de pastor era acentuado por la predicación, dado que muchas de las situaciones en las que la orientación de un pastor era necesaria podían ser abordadas, hasta cierto punto, en los sermones del Sabbat. Esto capacitaba al pastor a abordar en un ámbito más amplio dentro de la Iglesia algunas de las cuestiones que debían ser tratadas en una congregación, cuando dichas situaciones se producían. Esto incluía a menudo asuntos espirituales, como diferentes clases de pecado en la vida de uno, los asuntos de la familia, la comunión entre los miembros, etcétera. La predicación era también una forma necesaria de abordar ciertos temas en aquel entonces; era el principal medio de alimentar a la Iglesia a cada Sabbat.

Y desde la última Fiesta de los Tabernáculos la función de pastor ha sido reintroducida en la Iglesia de Dios. Esto es parte de los preparativos para el Milenio. Esto también sirve para ayudar a la Iglesia ahora, para que tales cuestiones puedan ser tratadas de manera más directa en las localidades donde surjan. Ahora esta función puede ser perfectamente desempeñada como un medio más directo de pastorear específicamente cuando sea necesario, sin la necesidad de que un pastor también predique sermones para acentuar su papel dentro de una determinada congregación, como en el pasado.

Dios ahora ha elegido a una mujer para desempeñar estas tareas. Esto tiene un triple propósito. En primer lugar porque este tipo de ayuda, que puede ser dada por un pastor, es ahora necesaria en la iglesia. En segundo lugar esto sirve para revelar que tal papel también puede ser cumplido de manera efectiva sin que para esto el pastor tenga que predicar. En tercer lugar esto sirve para revelar la necesidad de que las mujeres también sirvan como pastor, y no solamente los hombres. Ambos son necesarios para que las tareas que corresponden a esta función puedan se desempeñar con mucha más eficacia y para atender a las necesidades específicas que a veces simplemente surgen debido a diferentes situaciones, circunstancias y experiencias.

Y por último llegamos a la ordenación de los elders. Esta es una sola ordenación con tres niveles diferentes en la estructura. En primer lugar, está el nivel de entrada en el ministerio, que es el nivel de “elder asociado”. Ellos pueden ungir a un miembro de la Iglesia que esté enfermo y que solicite dicho servicio. También pueden bautizar a personas que hayan aprobadas para el bautismo por alguien en una posición superior a la de ellos. Y además hay otras tareas que ellos pueden realizar en el servicio de la congregación de la Iglesia en la que están, cuando esto les sea asignado por alguien en una posición superior a la de ellos. Tales tareas y responsabilidades pueden variar mucho de una localidad a otra.

El siguiente nivel, superior al de un elder asociado, es el de un “elder”. Esto es el siguiente paso. A un elder pueden ser asignadas más responsabilidades y/o tareas. Los elders asociados y los elders no deben de ninguna manera actuar como consejeros de los otros miembros de la Iglesia, a menos que esto les sea específicamente delegado por alguien en una posición superior a la de ellos. Hay varias situaciones que pueden surgir en las diferentes congregaciones de la Iglesia, donde un elder tendrá que contactar a su superior para ver cómo manejar el asunto. Los que están en una posición superior a la de ellos pueden tratar personalmente del asunto u orientarle sobre cómo hacerlo. Esto es solamente una descripción simplificada, porque hay un sinfín de tareas y situaciones en las que a un elder le puede ser dada la responsabilidad de actuar.

Una de las cosas más importantes en lo que se refiere a los elders asociados y a los elders, algo que ellos mismos y también toda la Iglesia necesitan entender, es que el suyo es un nivel de entrada en el ministerio, que aunque tiene restricciones, conlleva autoridad. Ellos aprenden a servir según les es ordenado por aquellos que están en una posición superior a la de ellos. Y nada en esta “etapa inicial” es determinado por ellos mismos, pero por la estructura de gobierno que está por encima de ellos. Aquí es donde empieza la formación y el servicio para un ministro.

Y a lo mejor puede ser útil explicar un poco más sobre el papel de un elder asociado y de un elder a la luz de la estructura del gobierno de Dios en la Iglesia. En esencia, tales elders no tienen ninguna autoridad, excepto en casos específicos en los que a ellos son asignadas responsabilidades para ejercer una función o realizar una tarea que les haya sido ordenada por un sénior elder o por algún otro ministro en una posición superior a la de sénior elder. Por supuesto que los miembros de la Iglesia deben respetar y apoyar a un elder asociado o a un elder en el cumplimiento de su deber. Los elders asociados y los elders no deben dar consejos y tampoco ponerse a explicar la doctrina; a menos que les sea dada la responsabilidad de hacer tal cosa, en un caso específico. Si alguien tiene preguntas sobre la doctrina o sobre la Biblia esa persona puede dirigirse a un elder asociado o a un elder, quienes le deben indicar algún sermón, tema, o cualquier otra publicación, donde esa persona pueda encontrar la respuesta. Si los elders asociados o los elders tienen preguntas o necesitan ayuda para tratar con cualquier asunto en la Iglesia, ellos deben simplemente ponerse en contacto con el ministro que ha sido asignado para la región donde viven. Y como he mencionado antes, tal ministro puede ser un sénior elder, un sénior evangelista o un profeta. También hay que señalar aquí que los elders asociados no están “bajo” los elders, dado que los elders no pueden asignar responsabilidades o tareas a un elder asociado, a menos que esto les sea ordenado por aquellos que están en una posición superior a la de ellos. Y entonces será comunicado que se les pidió para pasar adelante dicha información.

En tercer lugar, está la función de “sénior elder”. En esta función muchas más responsabilidades y deberes son confiados a un ministro. Cuando uno llega a este punto, uno ha aprendido más sobre cómo funciona el gobierno de Dios y sabe que si no está seguro acerca de cómo tratar una cuestión que debe ir a aquellos que están en una posición superior a la de ellos y averiguarlo. Uno entonces ha aprendido otras rutinas; y cuando uno sabe qué hacer, simplemente puede hacerlo. Uno ha aprendido a no confiar en sí mismo (en sus propias opiniones o caminos), pero a depender de lo que le ha sido enseñado sobre cómo obrar en áreas específicas del gobierno de Dios.

A los sénior elders les puede ser dada la responsabilidad sobre una determinada región, para que ellos ayuden en la administración en una congregación de la Iglesia. A ellos también pueden ser asignadas otras tareas administrativas en la Iglesia. En pocas palabras, los sénior elders desempeñan un papel importante en la administración del gobierno de Dios y de Sus caminos en Su Iglesia.

Razones para la Reestructuración
En el pasado, en el tiempo de la Iglesia de Dios Universal y hasta la Apostasía, una ordenación, o una función específica en el ministerio, era vista como algo para toda la vida. Sin embargo, desde entonces Dios ha tenido un propósito y una manera diferente de realizar aquello que Él está haciendo dentro de la Iglesia. En el 2007 y el 2008 grandes cambios comenzaron a tener lugar en el ministerio. Y ahora Dios nos ha guiado una vez más a realizar varios cambios, reestructurando así el ministerio para poder servir mejor a Sus específicos objetivos y propósitos para tales cambios. Él lo hace. Y nosotros debemos simplemente aprender de esto y apoyar esto.

Desde poco antes de la temporada de los Días Sagrados del último otoño hasta ahora más de 50 ministros han sido directamente afectados por estos cambios y por la reestructuración. El grupo más numeroso está formado por aquellos que se están jubilando/alejando de su servicio en el ministerio. Hay otros que han pasado de sénior elder a elders, o de elder a elder asociado. En este período de tiempo Dios también ha ordenado a algunos para nuevos puestos dentro del Cuerpo, para optimizar la administración y el servicio a Su Iglesia.

Dios está preparando y capacitando a un grupo dentro del ministerio; este grupo estará muy activo a medida que avanzamos en esta fase final del tiempo del fin. Muchos de ellos simplemente están siendo preparados para asumir responsabilidades específicas, cuando el Milenio sea establecido.

A medida que nos acercábamos a mayo del 2012, muchos en el ministerio habían empezado a debilitarse como consecuencia de la edad y/o de los problemas de salud. Eso se ha puesto de manifiesto con el pasar del tiempo, y se convertirá en un problema mucho más grande ahora que sabemos que la venida de Cristo será sólo en el 2019. Los problemas de salud o relacionados con la edad limitan a muchos de ellos en el desempeño de determinadas funciones. Esto seguramente limitará su capacidad para servir en el tiempo que tenemos por delante.

La realidad es que muchas cosas van a pasar en el mundo, y hará falta una nueva generación en la Iglesia para poder hacer frente a esto. Dios no va a poner esta responsabilidad sobre los hombros de la generación anterior o sobre los hombros de alguien con ciertas limitaciones físicas. Ahora es hora para un nuevo grupo de personas luchar en la línea de frente, para ser moldeado para lo que Dios ha planeado para ellos en el Milenio. El grupo de personas que ya son mayores y/o que tienen problemas de salud es el más numeroso de los grupo afectados por estos cambios. Es en este grupo que muchos se están jubilando o están siendo alejados de su servicio en el ministerio.

También hay otras razones para que algunos estén siendo alejados del ministerio o para que sus tareas y responsabilidades estén siendo restringidas. Para algunos, se trata simplemente de que ya no haya necesidad de sus servicios en la región donde viven. En otros casos, se trata de hacerse a un lado para dar lugar a otros que necesitan de las experiencias que sólo pueden ser adquiridas, aprendidas, y formadas en ellos sirviendo por un período de tiempo en el ministerio. Esta es la obra de Dios en nosotros y este es Su plano. Dios usa muchos medios para moldear y formar en nosotros las cosas que son necesarias para prepararnos para ocupar lugares específicos dentro del templo y de la estructura que serán la base para el Milenio.

Por último, y esto afecta a muy pocos, estos cambios son el resultado de la corrección, y deben llevar a uno a un renovado sentido de urgencia y seriedad, y a esforzarse para estar en un mayor estado de alerta y a buscar el crecimiento espiritual.

Este es un importante “Año de Dedicación” para la Iglesia de Dios. Esta reestructuración del ministerio debe trabajar para iluminar, lograr la sobriedad, alentar, motivar, y ayudar a cada uno de nosotros a centrarse más en la increíble importancia de este año tan especial. Los cambios tratados en esta carta, junto con las series de sermones que están siendo dadas por los sénior evangelistas y el contenido de la actual serie de entradas, están sirviendo para impulsarnos hacia adelante, de una forma muy positiva y poderosa, en el próximo año.

La Iglesia está profundamente agradecida a todos los que fielmente han estado sirviendo en el ministerio. Gran parte de la fuerza de la Iglesia depende de su fidelidad y de su espíritu sincero de servicio hacia el pueblo de Dios. Esta gratitud se extiende a aquellos que continúan en el ministerio y a los que han dado de sí mismos durante tantos años y que ahora se están jubilando de su servicio ministerial, pero que con toda seguridad seguirán siendo un ejemplo fuerte y estable para el pueblo de Dios en la Iglesia.

Los Cambios en Su Región
Cada región ha sido informada, o está siendo informada, sobre los ministros que actualmente están sirviendo ahí. Esto servirá para mantener a todos informados sobre la estructura de gobierno dentro del ministerio y sobre los que son parte de esa estructura. Este no es un momento para tratar de averiguar o especular sobre las razones para las jubilaciones, alejamientos y/o limitación de responsabilidades. Esto debe ser para todos una simple cuestión de humilde aceptación y apoyo a lo que Dios hace en Su Iglesia.