Ronald Weinland

Capítulo 4: CONFUSIÓN ENTRE LAS RELIGIONES

¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué hay tantas religiones en el mundo? ¿O por qué las personas creen lo que creen? La verdad es que la mayoría de las personas simplemente sigue la religión en la que ha nacido.

Si usted estudia las muchas religiones que existen un poco más a fondo usted puede ver claramente que hay muchas diferencias, discrepancias y desacuerdos entre ellas. Y esto ha creado una enorme confusión para las personas, ha provocado mucha división e incluso guerras.

La religión con más seguidores de todo el mundo – un tercio de los habitantes del planeta Tierra – es el cristianismo. Y dentro del cristianismo hay tres importantes divisiones. Una de ellas es el protestantismo. Se calcula que solo en el protestantismo hay más de 45.000 denominaciones en todo el mundo. Y si sumamos a esto las iglesias que no pertenecen a ninguna denominación, que están ganando cada vez más popularidad, la cantidad de grupos protestantes que existe es mucho mayor. Y cada uno de esos grupos tienen ideas diferentes.

¿Es de extrañar que haya tanta confusión y división en el mundo con todos estos grupos y sus diferentes creencias? Todo esto solo ha causado más disparidad, división, discordia, conflicto y rivalidad entre las organizaciones del cristianismo tradicional. Ésta es la razón por la cual tantas personas cuestionan y dudan de que exista una verdad absoluta.

Gran parte del problema se debe a que muy pocos seguidores del cristianismo tradicional saben cuándo o cómo surgieron las enseñanzas específicas de la iglesia a la que pertenecen. El hecho de que la mayoría de esas personas no tiene la menor idea del origen de las doctrinas y enseñanzas de su iglesia solo complica aun más las cosas. Las personas dan por sentado que todo lo que se les enseña, todo en lo que ellas creen, tiene su origen en la Biblia.

Y por eso gran parte de las personas en el mundo están ciegas para la verdad. Sus conjeturas religiosas y su falta de disposición para desafiar las creencias en las que están arraigadas les han impedido escuchar y prestar atención a las profecías del tiempo del fin que predicen con precisión absoluta acontecimientos que ya están teniendo lugar y que están llevando al mundo a la última guerra de los seres humanos. Esto, a su vez, revela la verdadera actitud de los seres humanos hacia Dios. Esto también refleja cuan grande es la apatía del cristianismo tradicional. Y por eso Dios va a exponer la falsedad de todo esto.

La verdad existe y Dios va a dejar esto muy claro a los seres humanos cuando Él envíe a Su Hijo y los 144.000 para establecer Su Reino (Su gobierno) y también una única y verdadera Iglesia en la Tierra.

Y usted puede esperar hasta que Cristo regrese para aprender qué es la verdad. O puede comenzar a aprender esto ahora.


El origen de la Iglesia de Dios

¿Cuándo la Iglesia de Dios fue fundada en realidad? La primera mención en la Biblia de que las personas estaban siendo añadidas a la Iglesia fue luego después del Día de Pentecostés del año 31 d.C., cuando Dios comenzó a derramar Su espíritu santo sobre los discípulos, tal como Él les había prometido. Después del Día de Pentecostés y de los acontecimientos milagrosos que tuvieron lugar ese día, los discípulos permanecieron en Jerusalén por un tiempo y comenzaron a enseñar sobre todo lo que Cristo había cumplido.

Ellos perseveraban unánimes en el templo día tras día [enseñando] y partiendo el pan casa por casa, participaban de la comida con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el SEÑOR añadía diariamente a su número los que habían de ser salvos. (Hechos 2:46-47).

Dios comenzó a añadir a la Iglesia a aquellos a quienes Él estaba llamando para recibir la salvación. Y más adelante en el Libro de los Hechos, Pablo deja muy claro a quién esta Iglesia pertenece.

Ahora sé que ninguno de vosotros, entre quienes he andado predicando el Reino de Dios, volverá a verme. Por tanto, hoy os declaro que soy inocente de la sangre de todos, porque sin vacilar os he proclamado todo el propósito de Dios. Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el cual el espíritu santo os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él adquirió con Su propia sangre. [La sangre de Su Hijo]. (Hechos 20:25-28).

La primera vez que la Iglesia es mencionada claramente como la Iglesia de Dios es en esta instrucción que Pablo dio al ministerio. Y en los versículos que siguen la Iglesia también es referida de esa manera. La Iglesia nunca es mencionada de ninguna otra manera en la Biblia. Ella no es mencionada como la Iglesia de ninguna otra persona. Ni siquiera de Cristo. Aunque la Biblia dice que Cristo es el Cabeza de la Iglesia. En ningún lugar de la Biblia la Iglesia de Dios es referida como iglesia católica romana.

Esta distinción es muy importante porque muestra a dos iglesias muy diferentes; la Iglesia de Dios y la iglesia católica romana, que hasta finales de la Edad Media se autodenominaban cristianas. Porque después de esto comenzaron a surgir otros grupos religiosos formado por personas que se separaron de la iglesia católica romana. Así fue cómo surgieron las iglesias protestantes.

La primera Iglesia que se autodenominó cristiana es la iglesia que fue fundada en el Día de Pentecostés del año 31 d.C. Pero no pasó mucho tiempo y otros comenzaran a tergiversar su identidad, haciéndose pasar por los discípulos. Ellos hacían esto para ganar seguidores y así tener reconocimiento, estatus, sin otro objetivo de hacerse ricos a costa de otros. Esas personas son mencionadas en varios libros del Nuevo Testamento, algunas incluso por su nombre.

Pocas personas hoy en día saben que la primera iglesia en el “cristianismo tradicional” fue fundada en el año 325 d.C. y que de esa iglesia surgió la religión católica romana. No es difícil encontrar datos sobre esto y corroborar esta información. Pero la primera organización religiosa que se autodenominó cristiana fue fundada en el año 31 d.C. Y esta organización es la Iglesia de Dios. Debe quedar claro que la Iglesia de Dios no fue fundada por los romanos, pero por Dios. Sin embargo, la iglesia católica romana afirma que las enseñanzas de Jesús fueron transmitidas a ella.


El origen de la iglesia católica romana

Cuando la iglesia católica romana fue fundada, en el año 325 d.C., ella era la única otra organización – además de la Iglesia de Dios que fue fundada en el año 31 d.C. – que se autodenominaba cristiana, y que siguió existiendo durante siglos.

El verdadero cristianismo comenzó a crecer y a expandirse a otras regiones del Imperio Romano, y sus seguidores comenzaron a ser perseguidos por el gobierno romano, especialmente, pero también por otros. Esto ya había pasado antes con Cristo, cuyas palabras también habían sido rechazadas por la mayoría de las personas, llevando a ese mismo gobierno romano a condenarle a muerte. Y esa oposición a la Iglesia de Dios no ha cambiado mucho a lo largo de los siglos.

Después de la muerte de Cristo y la institución de la Iglesia de Dios, las ideas sobre Cristo y sus enseñanzas comenzaron a se difundidas en el mundo, que entonces estaba dominado por los romanos. A algunos sacerdotes que servían a otros dioses y personas enseñaban sobre otras deidades les gustaban las historias sobre Dios y Su Hijo y ellos empezaron a incorporar esas historias a sus religiones. Ellos usaban estas historias para influenciar a las personas con ideas y creencias sobre sus deidades, mezclando la verdadera historia con sus falsas creencias y enseñanzas.

Los antiguos romanos eran conocidos por la gran cantidad de dioses que ellos adoraban. Ellos atribuyan su poder como potencia mundial a la devoción, dedicación y lealtad religiosa (pietas) del pueblo romano, demostradas a través sus esfuerzos por agradar a todos los dioses. Los romanos conquistaron muchas naciones y solían incorporar las creencias y prácticas religiosas de muchos de los pueblos que estaban bajo su dominio a sus propias creencias y prácticas religiosas. Esto es algo que usted puede leer en la historia.

La antigua religión romana se centraba más en el conocimiento de la práctica correcta de la oración y en los rituales que en lo que ella creía. Después que la Iglesia de Dios fue fundada, en el año 31d.C., y la enseñanza del cristianismo comenzó a extenderse, fue fácil para los sacerdotes y maestros de las religiones romanas incorporar esas prácticas y enseñanzas sobre Dios y sobre Cristo a sus propias enseñanzas. Esas prácticas y ese movimiento tuvieron tanto éxito que ellos también adoptaron el nombre de “cristianos”.

Llegado el año 325 d.C., la influencia y el poder de ese movimiento entre los sacerdotes del Imperio Romano, que se hacían llamar cristianos, había crecido tanto que el propio emperador Constantino intervino para consolidar las enseñanzas de ese nuevo tipo de cristianismo. La historia dice que él hizo esto debido a influencias divisivas entre los sacerdotes del Imperio Romano, que estaban organizados en diferentes grupos, y que no podían ponerse de acuerdo entre ellos. El propósito de Constantino era unificar a todos y crear una nueva religión, que sería la religión del estado romano.

Constantino quería unir a todos esos sacerdotes por medio de creencias recién establecidas y consolidadas. Y no solo esto, sino que también era su propósito erradicar y prohibir la secta del cristianismo, que para la mayoría de los romanos tenía mucho en común con el judaísmo. Los romanos odiaban a los judíos. Tanto que ellos construyeron el gran Coliseo en Roma usando el trabajo esclavo de los judíos.

Entonces el emperador romano Constantino convocó una conferencia para discutir los asuntos de la cristiandad, para establecer principios y unificar la religión en todo el imperio romano. Y esta conferencia, que tuvo lugar en el año 325 d.C., quedó conocida como el Concilio de Nicea. Constantino participó activamente en la toma de decisiones.

Fue entonces que ellos establecieron el Credo de Nicea, una declaración de fe que incluye la doctrina de la trinidad. Los historiadores dicen que uno de los motivos para que Constantino quisiera reunir a los principales líderes de los sacerdotes romanos fue una enseñanza que estaba causando división entre ellos; enseñanza que era impartida por un sacerdote llamado Arrio. En la opinión de Constantino – y de la mayoría de los sacerdotes romanos – las enseñanzas de Arrio tenían mucho en común con las enseñanzas de algunos judíos que iban por todo el Imperio Romano enseñando sobre Cristo.

En ese entonces hubo una gran disputa entre los sacerdotes romanos acerca de la naturaleza de Cristo. Arrio enseñaba que Cristo, el hijo de Dios, fue creado por Dios y que su existencia solo empezó después que él nació de María, su madre. Y el grupo más notorio, y que gozaba del apoyo de Constantino, creía que Cristo también era Dios y que siempre había existido.

Toda esta información puede ser fácilmente encontrada en Internet. Y, para resumir esa historia, fue entonces que la doctrina de la trinidad quedó establecida. Y más tarde esa doctrina pasó a formar parte de las doctrinas y enseñanzas fundamentales de la nueva iglesia romana. Constantino entonces hizo de esa religión la religión oficial de todo el Imperio Romano.

Arrio fue considerado un hereje y fue exiliado. Y aunque él estuviera de acuerdo con muchas de las otras enseñanzas de los sacerdotes que se habían reunido en Roma, él no cambió su postura en lo que se refiere a su creencia de que Cristo no existía antes de nacer de su madre María. Su postura causó división y esto llevó a los sacerdotes de Roma a consolidar su creencia en la trinidad y su suposición de que Cristo siempre ha existido. Esta polémica allanó el camino para que una iglesia diferente, una iglesia distinta a la Iglesia primitiva, surgiera en el mundo, creciera y prosperara muchísimo debido al respaldo y apoyo del gobierno romano de la época. Y casi 1.100 años después otras iglesias, que también se llamaban cristianas, se separaron de esa iglesia romana, formando la base para las iglesias protestantes, para lo que es mejor descrito como cristianismo tradicional.

En el año 325 d.C., ellos no solo establecieron la doctrina de la trinidad, pero también adoptaron oficialmente la celebración de la pascua. Y como la celebración de la pascua en la primavera es totalmente contraria a la enseñanza y a la celebración anual del Pesaj, quedó prohibido celebrar el Pesaj en todo el Imperio Romano.

Y también quedó prohibido guardar el Sabbat semanal en el séptimo día de la semana. Ese nuevo cristianismo romano utilizó la historia de la pascua como pretexto para cambiar la observancia del Sabbat del séptimo día de la semana, el sábado, al primer día de la semana, el domingo. Ese cambio fue justificado, no por la Biblia, sino por ellos mismos, al enseñar que Cristo resucitó un domingo por la mañana. ¡Pero esto no es verdad! Después que Cristo murió los discípulos fueron al sepulcro el domingo por la mañana. Y cuando ellos llegaron allí un ángel les dijo que Cristo ya había resucitado. Pero ese ángel no les dijo que Cristo había resucitado el domingo por la mañana.

Por lo demás, la Enciclopedia Católica reconoce que no hay base bíblica que otorgue autoridad para cambiar el Sabbat del séptimo día de la semana, el sábado, al primer día de la semana, el domingo. Ellos afirman que esto fue hecho bajo la autoridad de la iglesia católica y de sus Papas. Lo que ellos afirman en realidad es que las iglesias protestantes no tienen autoridad con base en la Biblia para guardar el primer día de la semana, el domingo, como el Sabbat, pero que ellas simplemente han aceptado la autoridad de la iglesia católica en esto.

Aunque perseguida durante siglos, la Iglesia primitiva, que fue fundada en el año 31 d.C., sigue celebrando todos los años el Pesaj, hasta los días de hoy. Mismo que el Imperio Romano prohibiese esto. Está claro que el propio Cristo instituyó la nueva ceremonia para la celebración del Pesaj, como podemos leer en el capítulo 13 del libro de Juan. El apóstol Pablo también enseñó esto a la Iglesia y ordenó a la Iglesia observar esta misma ceremonia en la celebración del Pesaj. (1 Corintios 11: 23-28 y 1 Corintios 5:1-8).

Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿Los que se llaman cristianos, que afirman seguir a Cristo, deben observar el Pesaj o la pascua? Estas son decisiones que una persona debe tomar en lo que se refiere a lo que ella elige o no creer.

¡El mundo está tan confundido sobre quién es Dios y sobre lo que Dios dice! El propósito de señalar esas ideas e historias falsas sobre Dios y sobre Cristo es que las personas puedan comenzar a reconocer esas cosas y crean en la advertencia contenida en el presente libro, para que así ellas puedan comenzar a prepararse para la Tercera Guerra Mundial.


Dos enseñanzas opuestas sobre Cristo

La iglesia romana gozaba del apoyo de la nación dominante de la época, ya que el Emperador Constantino había establecido esa iglesia como la religión oficial del Imperio romano. Y debido a esto esa iglesia creció rápidamente, ganando mucha popularidad, poder y muchísimos seguidores. Esa iglesia siguió creciendo, ganando cada vez más popularidad, más influencia y poder a lo largo de los siglos, y quedó conocida como “cristianismo”. Mientras que la verdadera Iglesia de Dios fue oprimida y perseguida, y las personas la consideraban una peligrosa secta.

La verdad es que el cristianismo que comenzó en el año 31d.C. no es el mismo “cristianismo” que fue establecido y que se expandió por todo el Imperio Romano y por todo el mundo después del año 325 d.C.

Quizá usted pueda considerar honestamente las importantes diferencias entre esas dos enseñanzas opuestas sobre el cristianismo simplemente cuestionando las cosas que le han sido enseñadas en su infancia. Con el tiempo los niños que han crecido en el cristianismo tradicional aprenden que no les enseñaron la verdad sobre cosas muy fundamentales. Ellos aprenden que el conejito de la pascua no existe, y que tampoco existe papá Noel, que vive en el Polo Norte y trae regalos a los niños de todo el mundo en una sola noche. Esa es una tradición ampliamente divulgada en los Estados Unidos y adoptada por muchos en todo el mundo. Pero también en otros países las personas tienen como tradición celebrar la navidad, y papa noel tiene diferentes nombres, como San Nicolás, por ejemplo. La historia de papa noel tiene su origen en un personaje del folclore británico llamado Santa Claus y en el personaje del folclore holandés Sinterklaas. En otros lugares del mundo ese mismo personaje también es conocido como San Nick o San Nicolás.

El siguiente y lógico paso debería ser preguntarse cual es el origen de la navidad. La navidad no tiene su origen en la Biblia. La mayoría de los eruditos y estudiosos del cristianismo tradicional reconocen que Cristo no nació alrededor del día 25 de diciembre. Y que él tampoco nació en el invierno.

Pero ha sido solo en las últimas décadas que los maestros del cristianismo tradicional finalmente han comenzado a admitir esta verdad. Y esto en gran parte fue debido a que, ya en la década de 1930, Herbert Armstrong comenzó a predicar y a difundir esa verdad. Las cosas que él escribía y sus programas de radio eran difundidos tan extensamente que el cristianismo tradicional no tuvo más remedio que reconocer ciertos aspectos de la verdad. Pero ellos no podían reconocer toda la verdad sobre sus principales doctrinas porque esto socavaría completamente su fe.

Otra cosa que ellos enseñan sobre la navidad es que había una estrella brillando sobre el pequeño pueblo de Belén, mostrando el camino hacia donde Cristo nació. Esto también es una fábula, que contradice la astronomía. La verdad es que cuando la Biblia habla de una estrella a menudo esto se refiere a un ángel, a un ser que es espíritu. De hecho, era un ángel que estaba mostrando el camino hacia donde Cristo había nacido.

Y nuevamente, hoy en día es fácil encontrar toda esa información en Internet.

Las ideas sobre el nacimiento de Cristo – que él nació en la época del solsticio de invierno – fueron incorporadas por la Iglesia de Roma en el siglo XII y unificadas en una ceremonia religiosa. En ese entonces ya se celebraba un festival instituido por otro emperador romano llamado Aureliano en honor a Sol Invictus (sol invencible), el dios sol y patrón de los soldados del Imperio Romano.

El 25 de diciembre del año 274 d.C., Aureliano convirtió a ese dios en una de las deidades oficiales del Imperio Romano. La razón por la cual la iglesia romana se mostró de acuerdo con la navidad quedó registrada en un manuscrito del obispo Jacob Bar-Salibi, un obispo del siglo XII. Y dice:

Era costumbre de los paganos celebrar el 25 de diciembre el nacimiento del Sol, día en que ellos encendían luces como señal de que estaban de fiesta. Los cristianos también solían participar de esas fiestas y solemnidades. Y cuando los eruditos de la iglesia se dieron cuenta de que los cristianos participaban de este festival, ellos se reunieron y decidieron que la verdadera natividad (el nacimiento de Cristo) debería ser conmemorada ese día.

La navidad es una creación de la iglesia católica romana. La palabra navidad en ingles, Christmas, es una combinación de dos palabras. La palabra “Christ” (Cristo) y la palabra “maas” (misa), que es el principal ritual litúrgico de la iglesia católica. La gran mayoría de los seguidores del cristianismo tradicional acepta esta enseñanza y celebra la navidad. Pero la navidad nunca ha sido aceptada por la Iglesia de Dios y por aquellos que se llaman cristianos, cuyas doctrina y linaje tienen sus orígenes en la Iglesia primitiva, que fue fundada en el año 31 d.C.

Y quizá algunos se pregunten: ¿Qué hay de malo en celebrar tal cosa si al fin y al cabo el papa noel es una fábula y Cristo en realidad no nació en la navidad? Esto no tiene importancia si a usted no le importa el hecho de que Dios nos ordena que no nos involucremos con las prácticas y costumbres de la adoración de otros dioses. Pero si esto es importante para usted, ¿no le gustaría saber qué es la verdad, ya que Dios dice que debemos adorarlo en espíritu y en verdad?


Las principales diferencias en la doctrina

La expresión “la punta del iceberg” explica muy bien lo que ha sido dicho hasta ahora sobre las discrepancias y grandes diferencias entre los dos grupos que se autodenominan cristianos. El significado de esa expresión es que hay una pequeña parte de algo que se puede ver, pero hay una parte mucho más grande que no se puede ver. Y esto es lo que ocurre con esas dos enseñanzas opuestas sobre el cristianismo, porque lo que he mencionado hasta ahora es solo una pequeña parte de estas diferencias.

La Tercera Guerra Mundial y todo lo que ha sido profetizado que ocurrirá en este tiempo del fin están relacionados con las preguntas que están siendo hechas aquí sobre las religiones de este mundo. Especialmente sobre el cristianismo. El hecho de que las personas no hayan dado oídos ni hayan prestado atención a las profecías del tiempo del fin, que predicen con precisión absoluta los acontecimientos que conducen a la ultima guerra de los seres humanos, revela la verdadera actitud de los seres humanos hacia Dios.

Pero hay otra razón, algo mucho más profundo, por la cual durante los últimos 70 años las personas han elegido no dar oídos a las advertencias de Dios sobre el tiempo del fin. La verdadera razón por la cual la mayoría de las personas elije no escuchar es porque ellas odian la verdad que la Iglesia de Dios enseña. El cristianismo tradicional no quiere cambiar la tradición de celebrar en familia días festivos como la navidad y la pascua, y tampoco el culto dominical. Ellos no quieren acatar las instrucciones de Dios sobre cómo debemos vivir.

Dios revela que, por naturaleza, a los seres humanos no les gusta Sus leyes y que ellos tampoco quieren que Sus leyes guíen sus vidas. Ni siquiera los seguidores del cristianismo tradicional. De hecho, la Biblia revela que cuando Cristo regrese muchas personas se rebelarán contra Cristo y su ejército. Durante 6.000 años, el Hijo de Dios y las personas con las que Dios ha trabajado para enseñar Su verdad han sido odiados, burlados, ridiculizados, despreciados, heridos, encarcelados y asesinados. La verdad de Dios ha sido rechazada y odiada. Pero dentro de muy poco tiempo Dios va a cambiar todo eso.

¿Se imagina usted lo diferente que sería este mundo si todos los seres humanos obedeciéramos tan solo tres de las leyes de Dios sobre las relaciones entre nosotros? Por ejemplo: no robar, no cometer adulterio y no matar unos a otros.

La mayoría de las personas en todas esas decenas de miles de denominaciones e iglesias que no pertenecen a ninguna denominación dan por hecho que lo que les enseñan los estudiosos y ministros religiosos es verdad. Pero este no es el caso. Las principales doctrinas del cristianismo tradicional son muy diferentes a las doctrinas enseñadas por los primeros apóstoles y por la Iglesia de Dios. Y es de gran ayuda saber esas diferencias.

Una simple lista de las diferencias entre lo que enseña el cristianismo tradicional y lo que enseña la Iglesia de Dios puede revelar rápidamente lo que una persona piensa en realidad sobre la verdad de Dios. Si ella se siente atraída por la verdad o si ella rechaza la verdad, porque no le gusta lo que oye.

¿Qué es verdadero y qué es falso? Solo uno de ellos puede ser verdadero. Y si ninguno de los dos es verdadero, entonces ambos son falsos.

Los cristianos seguidores de la Iglesia que fue fundada en el año 31 d.C. son conocidos por doctrinas muy específicas. Otros que se autodenominan cristianos siguen lo que fue establecido después del año 325 d.C., y también son conocidos por doctrinas muy específicas.

Las principales doctrinas del “cristianismo tradicional” tienen sus orígenes en lo que fue establecido por la Iglesia de Roma en el año 325 d.C. Las iglesias del cristianismo tradicional comparten muchas de esas doctrinas, aunque en sus ideas, enseñanzas y creencias sobre Dios y Jesucristo ellas discrepan mucho unas de otras.

El grupo que surgió en el año 31 d.C. y que desde entonces siempre se ha llamado cristiano siempre ha llevado el nombre de Aquel a quién esa Iglesia pertenece. Exactamente como Cristo dijo que debería ser: la Iglesia de Dios. Este grupo no lleva el nombre de nada ni de nadie más.


Las diferencias

A continuación, les dejo una lista de las diferencias, que son fácilmente reconocibles, entre ambos grupos que se llaman cristianos. Primero menciono lo que la Iglesia que fue fundada en el año 31 d.C. cree y a seguir lo que ella NO cree, pero que es lo que la mayoría de los seguidores del cristianismo tradicional cree. También explicaré algunas de esas diferencias y mostrar claramente la verdad con base en lo que está escrito en la Biblia. Le daré la prueba bíblica de la doctrina de esos primeros cristianos, de la Iglesia de Dios, que fue fundada en el año 31 d.C.

La Iglesia de Dios guarda el Sabbat semanal en el séptimo día (el día después del viernes, que es el sexto día de la semana y anterior al domingo, que es el primer día de la semana) como el día ordenado por Dios para la adoración y NO en el domingo, el primer día de la semana.

La Iglesia de Dios observa el Pesaj y NO la pascua.

La Iglesia de Dios cree que Cristo estuvo en el sepulcro (en el seno de la tierra) exactamente tres días y tres noches y NO solamente un día y medio (del viernes al final de la tarde al domingo por la mañana).

La Iglesia de Dios cree que Cristo fue resucitado en el final del día del Sabbat semanal y NO en el domingo por la mañana.

La Iglesia de Dios cree que los símbolos del Pesaj deben ser tomados una vez al año, en el día del Pesaj, y NO en lo que ellos llaman de “comunión” y suelen observar semanalmente.

La Iglesia de Dios celebra los Días Sagrados anuales de Dios y NO los días festivos anuales como la pascua y la navidad.

La Iglesia de Dios enseña que después de la muerte tenemos que ser resucitados para una vida futura y NO que tenemos un alma inmortal y que cuando morimos vamos inmediatamente al cielo o al infierno.

La Iglesia de Dios cree en el juicio eterno para algunos. Lo que significa que algunos jamás serán resucitados y NO que ellos serán atormentados y torturados en el infierno por toda la eternidad.

La Iglesia de Dios cree que solo hay un Dios Eterno Todopoderoso (YAHWEH ELOHIM) que tiene vida eterna inherente a Sí mismo y NO que Dios es una trinidad, que hay tres seres divinos que son un solo dios.

La Iglesia de Dios cree que Cristo murió clavado en una estaca y NO en una cruz.

La Iglesia de Dios sabe que Dios dijo que el nombre que debía ser dado a Cristo es Josué y NO Jesús.

La Iglesia de Dios cree que la existencia de Josué, el Cristo, solo empezó cuando él nació de su madre física, María y NO que él siempre ha existido, como Dios Padre.

……………………..

En esta lista están las diferencias más importantes. Esto muestra un poco más del iceberg, la parte que el cristianismo tradicional no ve. Voy a explicar algunas de esas diferencias con más detalles en el resto de este capítulo, pero hay mucho más que debe ser expuesto.


EL NOMBRE QUE DIOS PADRE HA DADO A SU HIJO ES JOSUÉ

En la recién organizada religión oficial del Imperio Romano, bajo la autoridad del emperador Constantino, los creyentes tenían la costumbre de llamar a Cristo por el nombre de Iesous en griego, o Iesus en latín. Ambos nombres son traducidos al español como Jesús. Pero ese no era el nombre por el que los discípulos y otros miembros de la Iglesia que fue fundada en el año 31 d.C. llamaban a Cristo. Ellos lo llamaban Yehoshua, un nombre hebraico, que traducido al español es Josué.

El nombre Jesús (Iesous en griego y Iesus en latín) fue adoptado por la iglesia católica después del año 325 d.C. Y las iglesias protestantes que surgieron siglos más tarde siguieron usando ese mismo nombre para referirse a Cristo.

Dios dio instrucciones muy especificas en cuanto al nombre que debía ser dado a Su Hijo cuando él naciera de María. Su nombre sería Josué. Ese es el mismo nombre del Josué del Antiguo Testamento, el individuo que llevó a los hijos de Israel a la tierra prometida. Ese nombre significa la salvación del SEÑOR (YAHWEH). El Mesías vino la primera vez como ser humano para ser el cordero del Pesaj – la salvación del SEÑOR – que fue sacrificado por todos los seres humanos.

Los que estudian la Biblia un poco más a fondo saben que los nombres tienen un importante significado para Dios. Cuando Dios da nombres a las personas, esos nombres no son solo nombres que a lo mejor suenan bien, pero son nombres que tienen un importante significado.

A finales del siglo IV, la iglesia católica encargó una traducción de la Biblia al latín llamada la Vulgata. En esa traducción de la Biblia el nombre Yehoshua fue traducido en el Antiguo Testamento como Iosue, palabra cuya pronuncian suena lo más cercano al original en hebraico. Pero para el Nuevo Testamento esa traducción usa un nombre diferente: Iesus. Ellos también hicieron esto con el nombre del individuo que llevó a los israelitas a la tierra prometida y en el libro de Hebreos 4:8 su nombre fue traducido como Iesus. Quizás los traductores no se dieron cuenta de que en este versículo no se hace referencia a Cristo.

Cuando el apóstol Pablo escribió sobre el individuo que llevó a los hijos de Israel a la tierra prometida, seguro que él usó el nombre correcto en hebraico, que traducido al español es Josué. Es pertinente y necesario responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué los traductores de la Vulgata no usaron en ese versículo el mismo nombre en latín, Iosue, como en la traducción del Antiguo Testamento?

En el Nuevo Testamento, tanto en la traducción al griego como en la traducción al latín, ellos usan un nombre diferente para referirse a Josué. Aunque ellos podrían haber usado una transliteración (palabra que suena igual en otro idioma) más aproximada, como han hecho con la traducción de ese mismo nombre en el Antiguo Testamento. Pero, por la razón que sea en la Vulgata Latina especialmente la iglesia católica hizo una clara distinción entre el nombre Josué en el Antiguo Testamento y el nombre por el cual Cristo debe ser llamado, cambiando ese nombre en el Nuevo Testamento al nombre Jesús.

En la traducción a ambos idiomas los traductores podrían haber usado un nombre que tuviera el mismo significado que el nombre Josué en hebraico, pero ellos no hicieron esto. Aunque ellos han traducido correctamente el nombre usado en el Antiguo Testamento, Mesías, como Cristo en el Nuevo Testamento. Ambos nombres significan lo mismo: “el ungido”. Ésa es la manera correcta de traducir las cosas, usando palabras que tienen el mismo significado en el idioma al que se está traduciendo.

Sin embargo, el nombre por el que la iglesia católica llama a Cristo no es una traducción correcta de su nombre, ya que no tiene el mismo significado que el nombre original, como en la traducción del nombre Mesías a Cristo. El nombre Jesús no significa lo mismo que el nombre Josué. Aunque ellos podrían haber usado un nombre con el mismo significado. El nombre Jesús no es siquiera una transliteración correcta del nombre Josué.

Los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron escritos en arameo, un idioma semítico de la misma familia que el idioma hebraico. Pero la mayoría de los estudiosos de la Biblia de hoy intenta quitar importancia a este hecho afirmando que los apóstoles escribieron solo en el idioma griego.

No hay duda de que Pablo escribió a los gentiles en el idioma griego, porque él era un hombre culto, que había recibido una primorosa educación y preparación en Jerusalén, cuando él todavía se llamaba Saulo. Pero el idioma que los discípulos de Cristo conocían y hablaban era el arameo. Los líderes judíos de Jerusalén menospreciaban a los discípulos porque los discípulos no tenían el mismo nivel de educación que ellos. Muchos judíos que en la época vivían en otras regiones dominadas por el Imperio Romano sí que hablaban y escribían en el idioma griego, pero en la región en la que vivían los discípulos en la época de Cristo, el idioma hablado por los judíos era el arameo.

El nombre Jesús solo empezó a ser usado en español a finales del siglo XVII. Jesús es una transliteración de la palabra griega Iesous y de la misma palabra correspondiente en latín, Iesus. Sin embargo, como ya he dicho, Iesous y tampoco Iesus son transliteraciones correctas de Josué. De hecho, si los traductores hubiesen seguido las instrucciones de Dios, ellos entonces tenían que haber traducido ese nombre como Josué. El mismo nombre del Josué que llevó a los hijos de Israel a la tierra prometida después de la muerte de Moisés.

Y aquí está la instrucción que Dios ha dado con el nombre correcto de Su hijo, como debe ser traducido del arameo al español:

El nacimiento de Josué, el Cristo, fue así: Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran se halló que ella había concebido del espíritu santo. José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente. Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del SEÑOR se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella es del espíritu santo. Ella dará a luz un hijo; y le pondrás por nombre Josué [la salvación del SEÑOR], porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que habló el SEÑOR por medio del profeta, diciendo: “He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y su nombre será Emanuel, que traducido quiere decir: Dios con nosotros”. Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del SEÑOR le había mandado y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Josué. (Mateo 1:18-25).

La verdad es que ahora, después de casi 2.000 años, Dios va a enviar a Su Hijo como el Mesías, el Cristo, en primer lugar, para impedir que los seres humanos destruyan totalmente la raza humana y luego establecer el gobierno del Reino de Dios sobre todas las naciones. El último gran error que debe ser corregido en la Iglesia de Dios para que ella esté completamente lista para la venida de Cristo es el nombre de Cristo. Porque el nombre Jesucristo representa todas las cosas equivocadas que comenzaron a ser enseñadas después del año 325 d.C. por una iglesia que se autodenominaba cristiana. El nombre “Jesús” representa las enseñanzas de esa iglesia; doctrinas como la trinidad, la pascua, el culto dominical, la navidad, y muchas otras cosas que no son verdad y que son contrarias a la Palabra de Dios.

Aquel que pronto estará de pie una vez más sobre el monte de los Olivos, después de casi 2.000 años, es Josué el Cristo, el verdadero Mesías enviado por Dios para salvar a los seres humanos.


PESAJ VERSUS PASCUA

Quizás una de las mayores tergiversaciones de lo que está escrito en la Biblia, uno de los mayores embustes del cristianismo tradicional, es el este tema de la pascua versus el Pesaj.

La mayoría de las personas desconoce del todo el hecho de que en el pasado hubo una controversia sobre estas dos observancias. Como he dicho antes, esa controversia llegó a un punto crítico durante el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C. Ese concilio fue convocado y presidido por el emperador romano Constantino. Como ya he explicado, fue entonces que quedó prohibido en todo el Imperio Romano observar el Pesaj, que es lo que Dios nos ordena hacer en el Antiguo Testamento.

En ese Concilio de Nicea ellos decidieron que la pascua era el día de la resurrección de Cristo y que ese día era el día que debía ser guardado. Fue entonces cuando la celebración de la pascua fue establecida como el punto central de la nueva religión del Imperio Romano. Fue entonces que la celebración del Pesaj fue oficialmente reemplazada por la celebración de la pascua en todo el Imperio Romano. Y celebrar el Pesaj quedó terminantemente prohibido.

La palabra pascua no es mencionada en ningún lugar en la Biblia. Y tampoco está escrito que esto es lo que el pueblo de Dios debe guardar. Pero la Biblia sí que menciona el Pesaj. Lo que pasa es que en algunas traducciones la palabra del idioma griego que claramente significa Pesaj es erróneamente traducida como pascua.

Durante muchos siglos, hasta la época de Cristo, la nación de Judá ha celebrado el Pesaj – una santa convocación ordenada por Dios – en la primavera, en el 14º día del primer mes del año, el mes de Abib [o Nissan], en el calendario judío. Cristo y sus discípulos celebraron el Pesaj en el último día de su vida física en la tierra.

La primera vez que el Pesaj fue observado fue cuando los hijos de Israel todavía eran esclavos en Egipto. Dios entonces eligió un momento muy específico para liberarlos del cautiverio en el que ellos estaban. Y, como usted verá en los siguientes capítulos, Dios cumple los acontecimientos proféticos de una manera muy meticulosa y precisa. La Biblia dice que en esa ocasión Dios cumplió eso exactamente de esa manera.

Y pasados cuatrocientos treinta años, exactamente el mismo día, todos los escuadrones del SEÑOR salieron de Egipto. (Éxodo 12:41).

Cristo y sus discípulos observaron el Pesaj exactamente de la manera que los hijos de Israel hicieron esto la primera vez en Egipto. Entonces los hijos de Israel sacrificaron un cordero, asaron ese cordero y lo comieron. Esto simbolizaba a Cristo, que vendría al mundo para cumplir la primera importante fase del plan de salvación de Dios para los seres humanos. Cristo vino como el Cordero de Dios, para ser el sacrificio del Pesaj. Su sangre tenía que ser derramada por los que lo mataron y para que así él cumpliese el papel del verdadero sacrificio del Pesaj por todos los seres humanos.

Llegado a este punto cabe señalar una verdad muy importante que el cristianismo tradicional ha tergiversado y ha utilizado para engañar a las personas, llevándolas a creer algo diferente. Lo que está escrito en la Biblia es en realidad muy claro y revelador. Después que los primeros discípulos ya habían sido elegidos para ser apóstoles y habían sido enviados a los israelitas, Cristo eligió otro apóstol, cuya principal tarea era llevar la verdad de Dios a los gentiles [a los que no eran judíos]. Y esto es lo que escribió ese apóstol, Pablo:

Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, como lo son en realidad sin levadura. [Ellos tenían que quitar toda levadura y productos leudados de sus casas]. Porque Cristo, nuestro Cordero del Pesaj, ya ha sido sacrificado. Así que, celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con pan sin levadura, de sinceridad y de verdad. (1 Corintios 5:7-8).

Los seguidores del cristianismo tradicional no comprenden lo que Pablo dice aquí porque sus predicadores y maestros nunca les han enseñado sobre estas cosas. Lo que esos maestros hacen con versículos como estos aquí es usar la falsa premisa de que Cristo abolió la ley de Dios y que la enseñanza del Nuevo Testamento de que debemos guardar el Sabbat en el séptimo día de la semana, el sábado, (el día después del 6º día de la semana, el viernes), dejó de estar vigente después de que Cristo murió y fue resucitado.

Estos versículos, y los que los versículos antes y después de ellos, fueron escritos más de 20 años después de la muerte de Cristo. Pablo aquí revela claramente que la Iglesia seguía guardando el mandamiento de celebrar el Pesaj y también la Fiesta de los Panes sin Levadura, que es justo después del Pesaj y que dura siete días.

Pablo también enfatiza la importancia de guardar los Días Sagrados anuales (fiesta) que siguen al día del Pesaj, como Dios nos ordena. Pablo aquí no solamente habla sobre la importancia de guardar esos Días Sagrados, pero también explica la intención y el significado espiritual de ellos. Él dice: Así que, celebremos la fiesta…

Los versículos que acabo de citar nos ayudan a entender el significado contenido en el cumplimiento de la observancia de estos Días Sagrados. Dios usa la levadura (la que se usa para hacer pan) como símbolo de lo que el pecado hace en la vida de una persona. Así como la levadura infla la masa con aire el pecado también infla a una persona con orgullo. Dios nos ordena que durante los Días (o Fiesta) de los Panes sin Levadura quitemos toda levadura y productos que llevan levadura de nuestras casas y que comamos pan sin levadura durante este período de tiempo. Esto refuerza la enseñanza de que, de la misma manera que debemos sacar toda levadura de nuestras casas, también debemos deshacernos de la levadura (del pecado) en nuestras vidas. Y durante esos siete días debemos comer pan sin levadura.

La levadura simboliza el pecado y el orgullo. Ser sin levadura simboliza la obediencia (no tener pecado). El pueblo de Dios debe vivir en obediencia a las leyes (los caminos) de Dios en “sinceridad y verdad” como escribió Pablo.

También queda claro aquí que Cristo cumplió el propósito para el cual él vino la primera vez como ser humano: ser el sacrificio del Pesaj, de acuerdo con el plan de Dios. Él fue el Cordero de Dios y no se resistió a la perversa persecución que ha sufrido y tampoco a la muerte. Como un cordero él se sometió a todo lo que le hicieron. Al hacer esto, al morir de tal manera, su sangre fue derramada y él se convirtió en el sacrificio del Pesaj por todos los seres humanos.

Muchos creen que Cristo murió porque él fue clavado en una estaca. Pero esa no fue la causa de su muerte. Él murió porque un soldado clavó una lanza en su costado mientras él estaba colgado en esa estaca y su sangre fue derramada. Este es un detalle muy importante que se debe tener en cuenta más adelante, cuando yo explique otro asunto relacionado con esa historia.

El siguiente pasaje de la Biblia que voy a citar habla sobre la muerte de Cristo. Pero antes es necesario mirar la cronología de los acontecimientos. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad las personas han contado el día comenzando con la puesta del sol, cuando oscurece, y no desde el amanecer, cuando sale el sol. De acuerdo con ese método un día comienza con la puesta del sol y termina con la siguiente puesta de sol. Así es cómo las personas contaban los días en la época de Cristo. El día del Pesaj comienza con la puesta del sol el 14º día del primer mes (Nisán) y está dividido en una parte nocturna y una parte diurna, que empieza cuando sale el sol. Y cuando ese día termina comienza el primer Día Sagrado anual en un nuevo año. Ese día es el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, que, como Pablo escribió, nosotros debemos celebrar.

Teniendo en cuenta que ese era el método usado para contar los días en la época de Cristo, es importante notar que Cristo celebró el Pesaj con sus discípulos comenzando por comer el cordero asado en la parte nocturna del día del Pesaj, que precede a la parte diurna, que fue cuando ellos lo mataron.

Antes de leer estos versículos es necesario entender que el pueblo judío solía tener un día de preparación, el día en que ellos se preparaban para celebrar el Sabbat semanal o los Sabbats anuales (los Días Sagrados anuales). El día de preparación para el Sabbat semanal es el viernes. Ellos entonces hacían todos los preparativos necesarios para poder observar el Sabbat el día siguiente. Para el pueblo judío el viernes (el sexto día de la semana) siempre ha sido un día preparación, porque es el día en que ellos se preparan para celebrar el Sabbat semanal.

El día anterior a cualquier Sabbat anual (Día Sagrado) también es un día de preparación. Aunque en el Pesaj debemos reunirnos en santa convocación, como Dios nos ordena, ese día no es un Día Sagrado anual, pero es un día de preparación. El día del Pesaj es un día de preparación porque el día siguiente es un Sabbat anual, el primer día de los Días de los Panes sin Levadura, como está escrito en Levítico 23.

Entonces los judíos, por cuanto era el día de la preparación [era un día de preparación para un Sabbat anual] y para que los cuerpos no quedaran en el madero [staurus en griego] en el Sabbat, por ser este un día muy solemne, [era un Sabbat anual], rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas [para que así ellos muriesen más deprisa] y fuesen quitados. [Así los cuerpos no quedarían colgados allí durante el Sabbat]. Luego los soldados fueron y quebraron las piernas al primero que había sido colgado el un madero junto con él y después al otro. Pero cuando llegaron a Josué, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Porque antes uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. [Fue entonces que él murió]. (Juan 19: 31-34).

El cuerpo de Cristo fue perforado con una lanza porque era necesario cumplir el simbolismo de la sangre del cordero del Pesaj que era derramada sobre la tierra. Esa fue la causa de la muerte de Cristo. Él no murió al final de la tarde, como los otros dos que también habían sido colgados en una estaca junto con él. Cristo murió justo después de que su costado fuera perforado con una lanza. Y eso sucedió a media tarde.

Desde la hora sexta [12 del mediodía] hasta la hora novena [3 de la tarde] hubo tinieblas sobre toda la tierra. Cerca de la hora novena [3 de la tarde], Josué clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos cuando oyeron eso, dijeron: “Este hombre está llamando a su Dios YAHWEH”. [Y esto ha sido mal traducido como Elia] (Mateo 27:45-47).

Hay que explicar que los traductores han interpretado las palabras usadas en esta narración como el nombre del profeta Elia y lo han traducido como tal. ¡Pero esto no tiene sentido! Cristo no estaba llamando a un profeta que había vivido varios siglos antes y estaba muerto. Él estaba llamando a su Padre, YAHWEH ELOHIM, el Dios Eterno. La palabra elia significa “mi Dios es YAHWEH”, y esto fue lo que Cristo dijo. Él estaba clamando a su Dios, a YAHWEH.

Y de inmediato uno de ellos [uno de los soldados] corrió, tomó una esponja, la llenó de vinagre y, poniéndola en una caña, le daba de beber. Pero otros decían: “Deja, veamos si su Dios YAHWEH viene a salvarlo”. Entonces Josué clamó otra vez a gran voz y entregó el espíritu. [Él murió]. (Mateo 27: 48-50).

La verdad es que Cristo murió a media tarde del día del Pesaj, después de que un soldado perforase su costado con la lanza (Juan 19:34) y su sangre fuese derramada sobre la tierra. Él entonces clamó a Dios, su Padre y entregó su espíritu, cumpliendo así el papel del Cordero del Pesaj. Él murió por los pecados de todos los seres humanos. Esa ceremonia que nosotros celebramos todos los años tiene un importante significado en el plan de salvación de Dios.

¿Y por qué entonces durante el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C., la recién fundada iglesia romana prohibió la celebración del Pesaj e instituyó una nueva celebración llamada pascua? La pascua no es mencionada en ningún lugar en la Biblia, aunque algunos han traducido erróneamente como pascua las palabras en hebraico y en griego que significan claramente Pesaj. Durante siglos muchos maestros y predicadores que se autodenominan cristianos han estado haciendo de todo para borrar por completo toda la verdad y comprensión sobre el Pesaj y la Fiesta de los Panes sin Levadura.


¿MURIO CRISTO CLAVADO EN UNA ESTACA O EN UNA CRUZ?

Esta pregunta puede parecer absurda para muchos, pero es una pregunta que usted debe hacerse ya que las personas nunca han oído la verdad sobre cómo Cristo murió realmente. El sacrificio del Pesaj por todos los seres humanos no murió clavado en una cruz. Hay dos verdades muy claras sobre esto.

La primera, y la más sencilla de todas, tiene que ver con la palabra en el texto original que fue traducida como “cruz”. Aunque a muchos de los llamados eruditos religiosos les gusta argumentar y discutir sobre esto, porque ellos tienen mucho que perder en toda esa historia, la verdad es que ellos no son honestos sobre el hecho de que la palabra usada en el texto original, que también ha sido usada en otros escritos y documentos históricos de esa época, ha sido erróneamente traducida como cruz.

Como usted ha podido leer en el pasaje que he citado antes, en Juan 19, la palabra que en la Biblia ha sido traducida como cruz no proviene de la palabra en griego o en arameo para cruz. La palabra usada en el texto original significa poste, estaca o viga de madera. Los traductores han traducido erróneamente la palabra stauros, una palabra del idioma griego, como cruz. Pero en ningún lugar en la literatura griega esa palabra es traducida como cruz. No hay nada que sostenga o justifique una interpretación tan disparatada de lo que está escrito en el texto original.

Hay otras palabras en griego antiguo que podrían haber sido usadas para describir una cruz, ¡pero, definitivamente, la palabra “stauros” no es una de ellas! Pero como ya he dicho antes, las personas simplemente eligen creer lo que ellas quieren creer que es la verdad.


Porque romperles las piernas

Pruebas incuestionables – y que están por encima de cualquier discusión sobre si esas palabras han sido o no traducidas de la manera correcta – de que Cristo murió clavado en una estaca y no en una cruz pueden ser encontradas en ese pasaje que acabo de citar, donde se puede leer sobre los dos individuos que habían sido condenados a muerte juntamente con Cristo.

Es necesario comprender esta historia en el contexto de lo que es narrado en realidad. Los líderes judíos de la época no querían que los cuerpos de esos tres individuos permaneciesen allí colgados durante ese Sabbat anual, el primer Sabbat anual del año, el primer día de los Días de los Panes sin Levadura. Se acercaba la puesta del sol en ese día, el Pesaj, un día de preparación, y ellos querían que los cuerpos fuesen bajados de esas estacas y sacados de allí antes de la puesta del sol, antes que empezase ese Día Sagrado. Porque ellos no podían trabajar en el Sabbat. Y mucho menos si se tratava de ese tipo de trabajo así y además en un Sabbat anual.

Pero cuando los soldados fueron a romper las piernas de los tres individuos para que ellos muriesen más deprisa los soldados se dieron cuenta de que Cristo ya estaba muerto. Porque antes de esto un soldado le había perforado el costado con una lanza. Y la pregunta es: ¿Cómo puede ser que romperle las piernas a alguien que está colgado en una estaca hace con que esa persona muera más deprisa?

Esto es algo muy sencillo y fácil de entender. Si usted entiende la verdadera y clara respuesta a esta pregunta usted verá que esto revela una innegable verdad.

Solo hay una razón por cual esos soldados fueron enviados para romper las piernas de los tres individuos que estaban colgados allí. Si ellos hubiesen estado clavados en una cruz, romperles las piernas no hubiera resultado en una muerte rápida, que es lo que querían los líderes judíos. Pero ese resultado se logra cuando una persona es clavada en una estaca. Y esta es la verdad sobre lo que realmente sucedió.

Cuando una persona era condenada a morir colgada en una estaca lo que ellos solían hacer era clavar un solo clavo juntando las dos manos (o muñecas) y otro clavo juntando los pies. Las manos (o muñecas) eran puestas una sobre la otra y eran clavadas con un solo clavo en un extremo de una la estaca y del mismo modo los pies eran puestos uno sobre el otro y clavados con un solo clavo en el otro extremo de una estaca.

Si se rompen las piernas a una persona que está colgada en tal posición ella ya no puede empujar el peso de su cuerpo hacia arriba para poder seguir respirando y se asfixia enseguida.

En la profecía sobre la venida del Mesías está escrito que ninguno de sus huesos sería roto. Además, su sangre tenía que ser derramada. Esa tenía que ser la causa de su muerte para que él pudiese cumplir el simbolismo del sacrificio del cordero del Pesaj. Dios no iba a permitir que las piernas de Su Hijo fuesen rotas y tampoco iba a permitir que él muriera asfixiado. Porque si Cristo hubiese muerto de esa manera él no hubiera cumplido con el simbolismo de los corderos que eran sacrificados en el Pesaj.

Si esos tres individuos hubiesen estado colgados en una cruz, no hubiera tenido ningún sentido romperles las piernas, porque entonces ellos aún podrían seguir respirando. Les sería más difícil respirar, pero ellos hubiesen podido seguir respirando durante horas todavía. Y lo que los judíos querían era que ellos muriesen de inmediato.

Cuando una persona es colgada con los brazos por encima de su cabeza, el peso del resto de su cuerpo la tira hacia abajo y esa persona no puede respirar. Esto es simplemente un hecho.

Además, ¿por qué complicarse la vida construyendo una estructura en forma de cruz para colgar a alguien con los s brazos estirado cuando es mucho más fácil simplemente juntar las manos clavarlas en un extremo y juntar los pies y clavarlos el otro extremo de una estaca?

Hay muchos relatos históricos sobre personas que fueron condenadas a morir colgadas de una estaca. Y esos relatos revelan que a lo largo de los siglos muchas variaciones de ese método fueron usadas. A veces ellos solían colgar las personas de una estructura en forma de cruz. En ese caso las personas tardaban más tiempo en morir. Y esto era mucho más cruel que colgarlas de una estaca, porque entonces las personas quedaban más tiempo allí colgadas, su sufrimiento era más largo. Además de sentir hambre, sed y estar desnudas, ellas quedaban más tiempo expuestas a los elementos. El propósito de colgarlas de una cruz era causar mayor sufrimiento. Ese método también incluía varias formas de tortura al que estaba clavado a una cruz.

El método de clavar las manos y los pies de una persona traspasando sus muñecas (o las palmas de las manos) con un solo clavo implica que los brazos de la persona quedan estirados por encima de su cabeza. En tal posición una persona tendría que empujar el peso de su cuerpo hacia arriba con los pies para seguir respirando. Y mismo sin romperles las piernas a esa persona ese método resultaría en una muerte más rápida que clavarla en una cruz.

Usando el método de clavar una persona a una cruz la persona seguía viva por más tiempo y sofría mucho más. Una persona clavada a una estaca moría más rápido porque tenía que hacer más esfuerzo para empujar su cuerpo hacia arriba para poder seguir respirando. Y eso significa que la persona se debilitaba más rápidamente e, incapaz de seguir empujando su cuerpo hacia arriba, moría enseguida. Clavar una persona en una cruz en lugar de en una estaca era un método mucho más sádico y cruel, ya que así la persona podía seguir respirando y seguía viva por más tiempo que si ella era colgada de una estaca. A excepción de esto, ambos métodos de ejecución eran igual de crueles.

Y esto nos lleva a otra pregunta. Si en ese entonces ellos dispusiesen de los avances de la tecnología que tenemos hoy y Cristo hubiese sido muerto con un arma de fuego, ¿llevarían las personas la miniatura de un revolver colgando alrededor del cuello como símbolo de su fe cristiana?

Hay razones muy claras para que después del año 325 d.C. la iglesia de Roma comenzara a promover la idea de que su Cristo había muerto clavado en una cruz y no en una estaca. Fueron ellos que tergiversaron los hechos y cambiaron esa historia. La razón más importante para que ellos hiciesen esto tiene que ver con costumbres relacionadas con la creencia en otras deidades y el uso de cruces en sus rituales. Y también debido a una visión o sueño que Constantino dijo haber tenido.

La historia sobre lo que sucedió exactamente varía mucho y no se sabe al cierto si Constantino tuvo una visión, un sueño o ambos. Pero se dice que Constantino tuvo una visión en la que él vio un símbolo o una señal en el cielo. También se dice que él tuvo un sueño la noche siguiente, antes de una gran batalla, y que en ese sueño Cristo le dijo que para vencer esa batalla él debía llevar la señal que él había visto. Las palabras que él supuestamente escuchó o vio en el cielo fueron: “Con esta señal vencerás”. O, como dice otra traducción, “¡Vence con esto!”. Constantino entonces ordenó a sus soldados que llevasen la señal que él había visto en sus escudos. Al día siguiente su ejército obtuvo una gran victoria en la batalla. Y esto los llevó a creer que Dios estaba de su lado. Todo esto quedó registrado en relatos históricos que se pueden encontrar muy fácilmente.

Con el tiempo la historia de que Cristo murió en una cruz fue ganando popularidad. Aunque señal que la Constantino había visto en su visión quedó registrada de diferentes maneras en cuadros y relatos históricos, más tarde las personas empezaron a usar una cruz en la forma de la letra T como símbolo de la muerte de Cristo. Y al final la mayoría de las personas terminaron por aceptar como verdadera la mentira de que Cristo murió clavado en una cruz.

Pero, de acuerdo con lo que quedó registrado en la historia, la señal que Constantino vio no fue una cruz, en la que Cristo supuestamente había muerto. La señal que Constantino vio tenía más bien la forma de la letra X sobrepuesta sobre la letra P. Ese símbolo se llama Chi-Rho porque está formado por dos letras griegas, la X y la P. Y esto se volvió aún más popular porque estas dos letras griegas son las dos primeras letras en la palabra griega Christos (Cristo).

Usted puede ver como es ese símbolo buscando bajo el nombre Lábaro de Constantino.

Uno de los mandamientos que Dios dio al pueblo de Israel es que no debemos usar ídolos ni ningún tipo de imagen como símbolos para el culto religioso. Pero a las personas les gusta usar todo tipo de imágenes en sus cultos, como símbolos de sus creencias. La cruz, las imágenes de Cristo, las imágenes de Cristo clavado en una cruz, las imágenes de una madre con un hijo en brazos y tantas otras imágenes son símbolos usados por el cristianismo tradicional hoy.

¿Y qué es verdadero y qué es falso en todo esto? ¿Cómo puede ser que durante siglos las personas hayan estado practicando y creyendo cosas contrarias a lo que Dios dice claramente en Su palabra?

Es como si las personas simplemente ignorasen o considerasen irrelevantes los mandamientos de Dios sobre cómo debemos vivir, que están escritos muy claramente en la Biblia. Un ejemplo de algo que Cristo dijo sobre la religión. Cristo dijo claramente que las personas nunca deberían dirigirse a los maestros religiosos usando determinados títulos. Ese principio y esa instrucción no son difíciles de entender.

Pero ustedes, no sean llamados Rabí; porque uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen a nadie su Padre en la tierra, porque su Padre que está en los cielos es uno solo. (Mateo 23:8-9).

Ese principio es muy claro. Nadie debe ser llamado por ningún título religioso que pertenezca a Cristo o a Dios. Sin embargo, muchos líderes y maestros religiosos usan los títulos de rabino, reverendo, padre, santo padre, papa, pastor, obispo, etc. El uso de esas y otras palabras como títulos religiosos es algo que va claramente en contra de los principios y las instrucciones que Cristo ha dado.

Pero cabe señalar que algunas palabras utilizadas en un contexto religioso para referirse a la función o la tarea de un líder religioso no deben ser confundidas con títulos religiosos. Esas cosas deberían ser fáciles de entender para cualquier persona, pero a menudo esto no es así. Hay otros versículos en la Biblia que nos muestran donde está el equilibrio en esas cosas y que es perfectamente aceptable usar palabras como pastor, maestro, ministro, anciano, etc., para describir la función de una persona. Pero esas palabras nunca deben ser usadas como título religioso.


CRISTO NO FUE RESUCITADO EN UN DOMINGO POR LA MAÑANA

La prueba más clara e indiscutible de todas las pruebas que he mencionado en este capítulo de que las cosas que el cristianismo tradicional enseña sobre Cristo son mentiras y falsedades es el hecho de que Cristo no fue resucitado en un domingo por la mañana.


Una única y verdadera señal

Cristo hizo afirmaciones inequívocas sobre quien él es. Él también dijo que solamente una señal sería dada como prueba de que él era realmente el Mesías.

Algunos de los fariseos y de los maestros de la ley le dijeron: “Maestro, queremos ver alguna señal de parte tuya.” Josué les contestó: “¡Una generación malvada y adúltera pide una señal! Pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás. Porque, así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra”. (Mateo 12: 38-40).

Cristo dijo claramente que Dios solo daría una única señal como prueba de quién él era, una señal para identificar al Mesías. Esa señal era que Cristo estaría exactamente tres días y tres noches en el corazón de la tierra, en el sepulcro.

La forma en que esto fue dicho en el idioma griego – y más aún en el idioma arameo – deja muy claro que él estaría en el corazón de la tierra tres días completos y tres noches completas. El hecho de que él también haya dicho que este período de tiempo sería exactamente el mismo que Jonás estuvo en el vientre del gran pez haz con que esto sea aún más específico. En el idioma hebraico, idioma en que esta narración fue escrita originalmente, queda claro que estos tres días y tres noches equivalen a exactamente 72 horas.

Los seguidores del cristianismo tradicional lo tienen muy difícil con esta afirmación de Cristo. Ellos intentan encontrar excusas que justifiquen su interpretación de lo que Cristo dijo aquí. Ellos incluso cambian la definición de un día y una noche y dicen que Cristo murió en otro año, en una fecha diferente a la fecha en que él murió en realidad. Y ellos hacen todo esto porque tienen mucho que perder en toda esa historia. Y por eso ellos tienen que hacer con que su versión de los hechos, que Cristo fue colocado en el sepulcro el viernes por la tarde y fue resucitado el domingo por la mañana, encaje en todo esto.

De hecho, el cristianismo tradicional enseña que en el año que Cristo murió el Pesaj cayó en un viernes (lo que no es verdad, por supuesto) y que “su” Jesús murió en el final de la tarde de ese viernes. Ellos también enseñan que Cristo fue resucitado un domingo por la mañana. Pero nadie puede hacer con que tres días y tres noches encajen en ese período de tiempo. Pero ellos afirman que esto es lo que sucedió y que el período de tiempo del viernes por la tarde al domingo por la mañana cuenta como tres días y tres noches, cumpliendo así lo que Cristo dijo.

Y mirándolo bien, esto significaría que Cristo murió en el final de la tarde del viernes y fue colocado en el sepulcro justo antes del anochecer, antes de que comenzara el Sabbat semanal. Y si como ellos afirman Cristo fue resucitado el domingo por la mañana, eso significa que él estuvo en el sepulcro del viernes por la noche al sábado por la noche; o sea, dos noches. Y entonces los seguidores del cristianismo tradicional se vuelven muy creativos diciendo que Cristo estuvo en el sepulcro tres días (la parte diurna de esos días). Ellos explican que cuando el cuerpo de Cristo fue colocado en el sepulcro el viernes aún era de día y que esto cuenta como el primer día. Entonces Cristo estuvo en el sepulcro durante todo el Sabbat semanal, y eso hacen dos días. Dado que ellos afirman que Cristo fue resucitado el domingo al amanecer, esa corta parte del día en ese domingo por la mañana cuenta como el tercer día.

Pero si sumamos todas las horas comprendidas en ese periodo de tiempo no hay manera posible de llegar a tres días y tres noches. Y mismo que ellos tuviesen razón y esos tres períodos diurnos de esos días pudiesen ser contados como tres días, todavía les falta una noche completa. Por lo tanto, de acuerdo con las propias palabras de Cristo, esto contradice el hecho de que él es realmente el Mesías. Sin embargo, los seguidores del cristianismo tradicional afirman que según ese método de contar “su” Jesús cumplió ese período de tiempo al estar en el sepulcro del viernes por la tarde hasta el domingo por la mañana.

No es difícil comprender la verdad sobre cuándo realmente Cristo fue resucitado. Pero es necesario saber lo que sucedió y cuándo tuvieron lugar los acontecimientos antes, durante y después de la muerte de Cristo para saber cuándo él fue resucitado realmente. Y es increíblemente revelador y muy inspirador cuando una persona entiende lo que realmente sucedió.

La enseñanza del cristianismo tradicional de que su Jesús es el Cristo se basa en el cuento de que él estuvo en el corazón de la tierra solo la mitad del tiempo que Josué, el Cristo, estuvo en el sepulcro, como está escrito en la Biblia. El tiempo que los estudiosos y maestros del cristianismo tradicional afirman que su Jesús estuvo en el corazón de la tierra es en realidad solo la mitad del tiempo que la Biblia dice que Josué, el Cristo, estuvo en el sepulcro.

Los que creen que Josué es el Cristo enseñan que después de su muerte él estuvo en el corazón de la tierra – en el sepulcro- por un período de tiempo de exactamente tres días completos y tres noches completas.

Ahora vamos a mirar lo que pasó realmente. Y usted debe recordar que, de acuerdo con el sistema usado para contar los días en la época de Cristo, un nuevo día siempre comienza al atardecer. Ellos contaban un día de una puesta del sol a otra puesta del sol y no de medianoche a medianoche.

Y fue justamente debido a ese sistema de contar un día que los judíos querían que se les rompiesen las piernas a los tres individuos que habían sido condenados a muerte. Porque entonces ellos iban a morir enseguida y sus cuerpos podían ser bajados de las estacas y sacados de allí antes de la puesta del sol en el Pesaj. Porque cuando el sol se pone en el día del Pesaj comienza un Sabbat anual, el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y en el Sabbat ellos no podían trabajar.

Pero hay mucho más involucrado en todo esto y voy a necesitar un poco de tiempo para explicar de una manera ordenada y clara cuándo exactamente esos acontecimientos tuvieron lugar.

El Pesaj puede caer en diferentes días de la semana de un año a otro. En el año 31 d.C., el año en que Cristo murió, el Pesaj fue en el cuarto día de la semana. Y, como sabemos, según el sistema que ellos usaban para contar los días en ese entonces, en el año que Cristo murió el Pesaj (un día de preparación) comenzó al atardecer de un martes y terminó al atardecer de un miércoles. Ese período de tiempo era considerado el cuarto día de la semana, y en el año 31 d.C. la ceremonia anual del Pesaj fue celebrada en ese día.

En ese martes por la noche Cristo celebró lo que muchos llaman de “la última cena”. Esto fue de hecho una cena y fue la última vez que él cenó en su existencia humana. Pero esto fue mucho más que una simple última cena. Era la cena del Pesaj. Ellos entonces solían sacrificar un cordero, que luego ellos asaban y comían, como parte de la celebración del Pesaj. En ese entonces ellos celebraban el Pesaj de la misma manera que los hijos de Israel celebraron el Pesaj por primera vez, cuando ellos todavía eran esclavos en Egipto.

Después de siglos observando el Pesaj de esa manera, o sea, sacrificando un cordero que ellos luego asaban y comían en noche del Pesaj, Cristo había venido para cumplir el mayor significado de ese día. Él vino para morir como el Cordero del Pesaj por todos los seres humanos, para que a través de su sacrificio todos nuestros pecados puedan ser perdonados.

Esa ceremonia del Pesaj que Cristo celebró con sus discípulos fue la última vez que el Pesaj fue observado de esta manera. Cristo y sus discípulos observaron el Pesaj exactamente cómo Dios ha ordenado, pero después de la cena Cristo instituyó la nueva manera en que el Pesaj debía ser observado a partir de entonces. Ya no era necesario sacrificar un cordero y comerlo. A partir de entonces el pueblo de Dios debía observar el Pesaj de la manera que Cristo mostró en esa última noche de su existencia humana. Debemos tomar un poco de vino y comer un pequeño trozo de pan sin levadura.

Los seguidores del cristianismo tradicional han tergiversado el significado de esa ceremonia anual y han dado a esto un significado diferente. Y ellos llaman su versión de esa ceremonia de santa comunión.

Pero para nosotros tomar un poco de vino y comer un trozo de pan sin levadura simboliza la muerte de Cristo, que murió en nuestro lugar. El vino simboliza su sangre que fue derramada por nosotros como el verdadero sacrificio por el pecado. Ese sacrificio solo podía ser hecho por alguien que hubiese vivido una vida libre de pecado, alguien que fuera digno de ser el sacrificio por el perdón de los pecados. El pan sin levadura que comemos en esa ceremonia simboliza el hecho de que Cristo no tenía pecado – que es lo que representa la levadura – en su vida.

Usted puede comprobar fácilmente que un par de décadas más tarde el apóstol Pablo le recordó a la Iglesia cómo debemos celebrar esa ceremonia anual. Él dijo que debemos celebrar esa ceremonia exactamente de la misma manera que Cristo mostró cuando él hizo esto por primera vez.

Porque yo recibí del Señor la enseñanza que también les he transmitido: que el Señor Josué, la noche en que fue entregado [la noche del Pesaj] tomó el pan [pan sin levadura] y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: “Tomen, coman. Esto es mi cuerpo que por ustedes es partido. Hagan esto en memoria de mí”. [Debemos recordar esto cada año cuando celebramos el Pesaj]. Asimismo, tomó también la copa [con vino] después de haber cenado, [Lucas 22: 17-20] y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Hagan esto todas las veces que la beban en memoria de mí.” [Todos los años en la ceremonia del Pesaj]. Todas las veces que coman este pan y beban esta copa, anuncian [dan a conocer] la muerte del Señor, hasta que él venga. De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. (1 Corintios 11:23-27).


Cuando Cristo murió en realidad

Todos están de acuerdo en que Cristo murió en el día del Pesaj, pero no todos están de acuerdo sobre en qué día de la semana fue el Pesaj en el año que Cristo murió. Se necesita tiempo para leer todos los versículos de la Biblia que hablan sobre esto, pero vale la pena hacer esto, porque esa historia es increíblemente reveladora.

Los seguidores del cristianismo tradicional enseñan que el año en que Cristo murió el Pesaj fue en el sexto día de la semana. Ellos hacen esto porque ellos no reconocen que uno de los Sabbats mencionados en la narración sobre la muerte de Cristo no es un Sabbat semanal. Esto es algo que ellos no han entendido durante siglos, porque ellos no saben cuándo el Pesaj debe ser observado y tampoco entienden la relación entre el Pesaj y los Días Sagrados anuales que empiezan luego después del Pesaj. Ellos no entienden cómo el pueblo judío ha celebrado los Días Sagrados durante siglos, desde la época de Moisés. Todos esos Días Sagrados son mencionados en orden cronológica en el capítulo 23 del libro de Levítico.

Como he mencionado antes, el día después del Pesaj es un Sabbat anual – un Día Sagrado anual – el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura. Ellos tampoco entienden que según la tradición judía el día que precede a un Sabbat es un “día de preparación” para el Sabbat correspondiente.

Los individuos que comenzaron a traducir las sagradas escrituras del griego y del arameo al latín en el año 380 d.C. no comprendían esas tradiciones judías o simplemente las ignoraron. La iglesia de Roma determinó que las sagradas escrituras fuesen traducidas en un único libro, que sería usado por esa iglesia. Ellos entonces encargaron una traducción de las sagradas escrituras al latín, que se conoce como la Vulgata Latina.

La Biblia solo empezó a ser impresa en otros idiomas muchos siglos después, cuando surgió la imprenta. Y el resultado de esto fue una confusión aún mayor y más errores de traducción de las sagradas escrituras.

Cuando esos primeros traductores escribieron sobre la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, ellos se confundieron y no interpretaron de la manera correcta y con precisión lo que había ocurrido realmente, ya que ellos no entendían esto. Al leer sobre un día de preparación ellos pensaron automáticamente que se trataba del sexto día de la semana, el día que conocemos como viernes. Pero ese no era el caso. Y esto queda muy claro cuando usted lee toda la historia.

Entonces los judíos, por cuanto era el día de la preparación [preparación para el Sabbat] y para que los cuerpos no quedasen colgados en el madero en el Sabbat, pues precisamente aquel Sabbat era muy solemne [era un Sabbat anual, un Día Sagrado anual], rogaron a Pilato que se les rompiesen las piernas para que ellos pudiesen llevarse los cuerpos de allí. [Para que los cuerpos no quedasen allí colgados durante el Sabbat anual]. (Juan 19:31).

Entender esto le ayudará a saber exactamente en qué día de la semana el Pesaj cayó en el año que Cristo murió y cuándo exactamente Cristo fue resucitado. Como voy a mostrar, este Día Sagrado anual, el primer Día de los Panes sin Levadura, es siempre el día después del Pesaj. Y en el año 31 d.C., este Día Sagrado cayó en el quinto día de la semana, el día que nosotros conocemos como jueves.

Cuando el sol se puso en el día del Pesaj, que cayó en el cuarto día de la semana (el miércoles), comenzó ese Sabbat anual, ese Día Sagrado anual, el primer día de los Días de los Panes sin Levadura. Los judíos querían que los tres cuerpos fuesen bajados de las estacas y sacados de allí antes de que comenzara ese Sabbat anual. La narración dice que el cuerpo de Cristo fue llevado de allí y fue colocado en un sepulcro.

Había un hombre bueno y justo llamado José, miembro del Consejo, que no había estado de acuerdo con la decisión ni con la conducta de ellos. [Los demás miembros del consejo]. Era natural de un pueblo de Judea llamado Arimatea, y esperaba el Reino de Dios. Este se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Josué. Después de bajarlo de la estaca, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro cavado en la roca, en el que todavía no se había sepultado a nadie. Era el día de preparación para el Sabbat, que estaba a punto de comenzar. (Lucas 23:50-54).

Y nuevamente, para entender esto es necesario comprender muy bien la ley del Antiguo Testamento y cómo los judíos guardaban el Sabbat. Ellos no podían hacer ningún tipo de trabajo en el Sabbat. Y por eso el día anterior a cada Sabbat era un día de preparación. En ese día ellos concluían el trabajo que ellos normalmente hacían los otros días de la semana y lo preparaban todo para poder guardar el Sabbat, ya que ellos no podían trabajar en el Sabbat. Este es un dato muy importante para poder comprender lo que es narrado a continuación.

Las mujeres que habían acompañado a Josué desde Galilea [ellas habían seguido a Josué hasta Jerusalén] siguieron a José de Arimatea para ver dónde estaba el sepulcro y cómo el cuerpo de Josué era colocado allí. Después ellas volvieron a casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Y en el Sabbat ellas descansaron, conforme al mandamiento. (Lucas 23:55-56).

Este es un punto muy importante en la historia, debido a lo que hicieron estas mujeres. En los versículos que acabo de citar está escrito que ellas volvieron a casa para preparar especias aromáticas y perfumes que ellas más tarde iban poner junto al cuerpo de Cristo.

Estas mujeres no sabían de antemano que Cristo iba a ser condenado a muerte y que él iba a morir esa misma tarde, en ese día del Pesaj. Y por supuesto que ellas no habían preparado esas especias y perfumes con antelación. Así que, ellas tuvieron que esperar para poder comprar y preparar todo esto.

Cristo murió y cuando su cuerpo fue colocado en el sepulcro el Pesaj ya había terminado. Y ellas no tuvieron tiempo para ir a comprar esas especias y mucho menos para prepararlas. Ellas no podían ir a comprar porque el día después del Pesaj era un Día Sagrado anual y ellas no podían ir a comprar ni preparar esas especias en el Sabbat.

Está escrito que ellas descansaron en el Sabbat. Y esto debería ser fácil de entender. Ellas no pudieron preparar esas cosas en el Sabbat, el día después del Pesaj. El cuerpo de Cristo había sido colocado en el sepulcro justo antes del atardecer de ese día, del Pesaj. Cuando Cristo acababa de ser colocado en el sepulcro comenzó ese Sabbat anual. Y, como esas mujeres no podían trabajar en ese Sabbat anual, ellas descansaron ese día, de acuerdo con el mandamiento.

¿Pero entonces cuándo ellas prepararon las especias? No fue en ese Día Sagrado anual después del Pesaj, pero al día siguiente, que era el sexto día de la semana (el viernes). Ellas prepararon esas especias y perfumes el viernes, que era el día de preparación para el Sabbat semanal. Sin embargo, ellas tuvieron que hacer otra cosa antes de preparar esas especias y perfumes para enterrar a Cristo conforme las costumbres judías de la época. Hay un versículo en el libro de Marcos que deja esto muy claro.

Pasado el Sabbat, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, fueron a comprar especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Cristo. (Marcos 16:1)

Aquí está escrito claramente que primero las mujeres tuvieron que ir a comprar esas especias antes de poder prepararlas. Ellas compraron lo que necesitan y lo prepararon todo el día siguiente, el sexto día de la semana, el viernes. Ellas no podían comprar y preparar esas especias en el Sabbat.

Dado que los seguidores del cristianismo interpretan erróneamente lo que está escrito aquí ellos llegan a la conclusión de que esto se refiere al Sabbat semanal, porque ellos no saben cuándo los judíos celebraban los Días Sagrados. Pero al hacer esto ellos pasan por alto algo que es obvio. Porque si ese fuera el caso entonces las mujeres no habrían podido ir a comprar las especias hasta el domingo. Pero eso no encaja en la historia y tampoco tiene sentido, ya que queda claro que cuando ellas fueron al sepulcro el domingo por la mañana ellas ya habían comprado y preparado las especias y perfumes.

Ellas necesitaron todo un día para ir a comprar y preparar esas especias. En la narración que voy a citar a continuación queda claro que ellas no tuvieron tiempo para hacer todo eso el viernes y que ellas tampoco pudieron ir al sepulcro ese mismo día para dar al cuerpo de Cristo un entierro según las tradiciones de la época, ya que el cuerpo de Cristo había sido colocado en el sepulcro de manera apresurada en el final del día del Pesaj. El siguiente versículo nos cuenta la continuación de la historia y la secuencia de los acontecimientos.

Muy de mañana el primer día de la semana (el domingo), apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro. (Marcos 16:2)

Estos dos versículos en el libro de Marcos cuentan que las mujeres tuvieron que esperar hasta después del Sabbat anual para ir a comprar y preparar las especias y perfumes para ungir el cuerpo de Cristo. Ellas hicieron todo eso en el sexto día de la semana (el viernes). Y cuando ellas terminaron de hacer eso, en ese día de preparación, ellas descansaron de nuevo, esta vez porque era el Sabbat semanal. Y visto que el Sabbat semanal solo termina cuando el sol se pone en ese séptimo día de la semana, ellas no pudieron llevar las especias al sepulcro porque entonces ya estaba oscureciendo. Ellas tuvieron que esperar hasta la mañana del primer día de la semana, el domingo, y solo entonces ellas pudieron llevar las especias y perfumes al sepulcro y ungir el cuerpo de Cristo.

Si usted entiende cómo el Sabbat debe ser observado, que antes de cada Sabbat hay un día de preparación, entonces todo en esa historia encaja, todo es claro y sencillo. Las mujeres no podían ir a comprar y tampoco podían preparar esas especias en el Sabbat. Y por eso ellas hicieron eso el primer día que ellas sí podían hacerlo. Y esto fue en el sexto día de la semana (el viernes).

Les tomó mucho tiempo prepararlo todo. Cuando ellas terminaron con los preparativos el Sabbat semanal (el sábado) estaba a punto de empezar y ya no les quedaba tiempo para ir al sepulcro y preparar el cuerpo de Cristo para ser enterrado según la tradición. Si ellas hubiesen podido comprar y preparar las especias y perfumes necesarios y llevarlo todo al sepulcro en ese día de preparación (el viernes), por supuesto que ellas lo habrían hecho. Pero ellas tuvieron que esperar y ellas descansaron durante el Sabbat semanal.

El Sabbat semanal terminó cuando el sol se puso en el séptimo día de la semana. Entonces empezó el primer día de la semana y enseguida se hizo de noche. Así que ellas tuvieron que esperar hasta la mañana siguiente para llevar las especias aromáticas y los perfumes al sepulcro.

Cuando usted lee las cuatro narraciones de lo que pasó, que fueron escritas desde diferentes puntos de vista por los cuatro individuos que dejaron constancia de esos acontecimientos, entonces toda esa historia queda aún más clara. Es muy importante incluir y comparar el testimonio de los discípulos y de otros que conocieron los hechos y presenciaron los acontecimientos registrados en los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.


El domingo después de que Cristo fuera resucitado

En la narración de Mateo hay otro hecho que ha sido malinterpretado sobre ese Sabbat anual y ese Sabbat semanal después de ese Pesaj.

Pasado [o después] el Sabbat [en el idioma griego esa palabra está en el plural: Sabbats] al amanecer [cuando el sol sale] del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a mirar en el sepulcro. (Mateo 28:1)

En la narración de Mateo es dicho que los Sabbats ya habían terminado cuando María Magdalena y María, la madre de Santiago, fueron al sepulcro el domingo por la mañana. En la mayoría de las traducciones esto ha sido mal traducido y la palabra Sabbat está en el singular, pero la palabra aquí usada en griego está en el plural. Porque en el año que Cristo murió y fue sepultado después del Pesaj hubo dos Sabbats. Aquí dice que cuando las dos Marías fueron al sepulcro en la mañana del primer día de la semana los Sabbats ya habían terminado.

Queda claro que hay dos Sabbats dentro de ese período de tiempo. He mencionado el pasaje que habla sobre cuando las mujeres han ido a comprar y preparar esas especias. Y también queda claro que el cristianismo tradicional no tiene en cuenta estos dos Sabbats y tampoco el día de preparación entre ellos.

La verdad sobre ese asunto puede resultar muy emocionante, inspiradora y puede aclarar muchas cosas cuando una persona finalmente la entiende. Pero después de haber creído durante toda una vida que Cristo murió crucificado un viernes y fue resucitado un domingo por la mañana, no es tan fácil para una persona aceptar esa verdad y hacer los cambios necesarios en su vida. Y no estoy criticando y tampoco culpando a nadie que ha sido engañado. La culpa es de los que tradujeron erróneamente lo que está escrito en la Biblia y también de aquellos que desde entonces han podido saber y entender la verdad, pero han preferido no enseñar la verdad a otros.

Este asunto de cuándo Cristo fue resucitado también se ve empañado y es mantenido en la oscuridad por la confusión causada por las enseñanzas y tradiciones alrededor de la celebración de la pascua. Ellos suelen celebrar un culto al amanecer, porque se supone que Cristo ha sido resucitado justo en ese momento. Pero esto no se basa para nada en los hechos.

El primer día de la semana María Magdalena fue temprano, cuando aún estaba oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro. (Juan 20:1).

Y está escrito que algunas otras personas llegaron justo detrás de ella, cuando el sol estaba comenzando a salir. Pero cuando María Magdalena y María (la madre de Santiago) llegaron allí todavía estaba oscuro, el sol aún no había salido. Aunque gran parte de esto ha sido mal traducido, la historia es clara y coherente: ambas Marías llegaron allí primero, cuando aún estaba oscuro, y las demás mujeres llegaron con las especias y perfumes justo cuando el sol comenzaba a salir. El mensaje es el mismo: Cristo ya había sido resucitado. Él había sido resucitado antes de que ellas llegasen allí. Él no fue resucitado justo cuando el sol estaba a punto de salir, y tampoco cuando el sol salió. ¡Él ya había sido resucitado antes de esto!

Después del Sabbat, cuando amanecía en el primero de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. (Mateo 28:1)

Después del Sabbat, al atardecer del séptimo día de la semana, empieza el primer día de la semana. Entonces oscurece. Y cuando los rayos del sol comienzan a iluminar el cielo amanece nuevamente y es la mañana del primer día de la semana.

Voy a citar a continuación la parte de la historia que dice que un ángel había quitado la gran piedra que estaba en la entrada del sepulcro. Las mujeres estaban preocupadas porque no sabían cómo iban a mover esa piedra para poder entrar y ungir el cuerpo con las especias y perfumes que ellas habían preparado. Pero cuando ellas llegaron allí la piedra ya había sido quitada y el cuerpo de Cristo ya no estaba en el sepulcro. Porque él ya había sido resucitado antes de esto.

Muy de mañana, el primer día de la semana, fueron al sepulcro apenas salido el sol, y se decían una a la otra: “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Pero cuando miraron, vieron que la piedra ya había sido removida, a pesar de que era muy grande. (Marcos 16:2-5).

En Mateo 28 podemos leer cómo esa piedra había sido removida antes de que ellas llegasen allí. Comenzando en el versículo 1:

Después del Sabbat, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Sucedió que un violento terremoto había tenido lugar, porque un ángel del SEÑOR había bajado del cielo y, acercándose al sepulcro, había quitado la piedra y se había sentado sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias tuvieron tanto miedo que se pusieron a temblar y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: “No tengáis miedo; sé que buscáis a Josué, el que fue clavado en un madero. Él no está aquí, pues ha sido resucitado, tal como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. (Mateo 28:1-6).

Esa narración sobre las dos primeras personas que se enteraron de que Cristo ya había sido resucitado ha sido traducida de muchas maneras diferentes, dependiendo de la versión de la Biblia. Pero da igual cómo esto haya sido traducido, el hecho es que cuando ellas llegaron al sepulcro Cristo ya no estaba allí porque él ya había sido resucitado. En ningún lugar está escrito que él fue resucitado al amanecer o justo antes o después del amanecer. Pero esta es la historia que ellos cuentan, es lo que ellos enseñan sobre la pascua.

No es necesario citar todos los pasajes de la Biblia que narran esta historia, porque en todos ellos se puede leer lo mismo. Cristo ya no estaba en el sepulcro. Él había sido resucitado antes. ¿Y hay alguna forma de saber cuándo exactamente? ¡Sí!

Sería bueno echar un vistazo a lo que Lucas escribió sobre esto.

El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Josué. Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Él no está aquí. ¡Él ha sido resucitado! Acordaos de lo que os dijo cuando todavía estaba con vosotros en Galilea: ‘El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser clavado en un madero, pero al tercer día será resucitado’. Entonces ellas se acordaron de las palabras de Josué.” (Lucas 24:1-8).

Y esto nos lleva de vuelta a lo que Cristo dijo que sería la única señal que Dios daría de quién era el verdadero Mesías. Cristo dijo que él estaría en el corazón de la tierra, en el sepulcro, durante tres días y tres noches y que sería resucitado al tercer día, exactamente al final del tercer día.

Justo antes de la puesta del sol en el día del Pesaj, justo antes de que comenzara el Día Sagrado anual, José de Arimatea colocó el cuerpo de Cristo en el sepulcro. Eso fue justo antes de la puesta del sol en ese cuarto día de la semana, al final del día del Pesaj. Y entonces comenzó ese Día Sagrado anual, el primer Día de los Panes sin Levadura, un Sabbat anual. Y era el quinto día de la semana.

Esto significa que el periodo de tiempo desde justo antes de la puesta del sol en el cuarto día de la semana hasta la puesta del sol del quinto día de la semana (que era un Sabbat anual) fue el primer día en que Cristo estuvo en el sepulcro.

Y entonces justo antes de que ese primer día en el sepulcro llegara al fin, al final de ese Sabbat anual, justo antes de la puesta del sol, comenzó el segundo día, que terminó justo antes de la puesta del sol del sexto día de la semana, que, como sabemos era el día de preparación para el Sabbat semanal (un viernes para nosotros).

El tercer día en que Cristo estuvo en el sepulcro comenzó justo antes de la puesta del sol en ese día de preparación, en el comienzo del Sabbat semanal. Ese tercer día en el sepulcro abarcó la noche del Sabbat semanal y la parte diurna del Sabbat semanal y terminó justo antes de la puesta del sol, que es cuando ese tercer día, que era un Sabbat semanal, llegó al fin.

Para cumplir lo que Cristo dijo sobre el Mesías, que el Mesías estaría en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches, Cristo tenía que ser resucitado en el final de ese Sabbat semanal. Justo antes de la puesta del sol de ese Sabbat semanal, justo antes de que comenzara un nuevo día. Ese nuevo día, que comienza después de la puesta del sol en el Sabbat semanal, era el primer día de la semana: el domingo. El primer día de la semana (el domingo) siempre comienza después de la puesta del sol en el Sabbat semanal, en el séptimo día.

Para cumplir lo que él había dicho sobre la señal de quién era realmente el Cristo, él tuvo que ser resucitado exactamente tres días y tres noches después. Tres días completos después de que su cuerpo fue colocado en el sepulcro. Ese período de tiempo terminó hacia el final del Sabbat semanal. El Cristo, el verdadero Mesías, tuvo que ser resucitado al final del Sabbat semanal para demostrar quién él era. Él no fue resucitado en el primer día de la semana. Él no fue resucitado en un domingo.


DOS CRISTIANISMOS

La verdad es que hay una gran diferencia entre dos grupos opuestos entre sí que se autodenominan cristianos. Hay un grupo que fue fundado en el año 31 d.C. y que se llama la Iglesia de Dios. Pero en el año 325 d.C. surgió otro grupo, un grupo muy diferente, que ha crecido mucho hasta convertirse en lo que se puede describir como “cristianismo tradicional”. Una organización que está formada por decenas de miles de denominaciones y también por iglesias que no pertenecen a ninguna denominación.

Uno de esos grupos cree que Josué, el Cristo, estuvo muerto en el sepulcro durante exactamente tres días y tres noches, hasta ser resucitado en el final de un Sabbat semanal, justo antes que comenzara el primer día de la semana (el domingo). Él entonces fue resucitado como espíritu y recibió la vida eterna

El otro grupo cree que Jesús Cristo fue resucitado un domingo por la mañana al amanecer, en la pascua, después de haber estado en el sepulcro durante un día y medio.

Muy pronto el mundo sabrá quien Cristo es verdaderamente, cuando él regrese con un ejército formado por 144.000 individuos, para establecer el Reino de Dios y reinar sobre todas las naciones de la tierra. Entonces ellos también establecerán una única y verdadera Iglesia para todos los seres humanos.